ADMINISTRADOR DE POCOS RECURSOS

apps_finanzasEscuché en cierta ocasión a un economista que daba un seminario para emprendedores cristianos ––yo asistí para recibir capacitación––. Su fluidez era impresionante así como el manejo de conceptos que hasta esa fecha yo desconocía, conceptos que vinieron a enriquecer mi vida y la de todos quienes escuchábamos con atención a este “gurú” de las finanzas. Una de las máximas que ese orador soltó fue ésta: LOS RECURSOS SIEMPRE SERÁN ESCASOS EN COMPARACIÓN CON LA DEMANDA.

Cuando escuché esto me estremecí por completo porque por fin entendí que la lucha que a diario enfrentaba al tratar de levantar mi emprendimiento con los pocos recursos que tenía no sólo era mía, sino de todos los hombres que el Señor había creado. Me sentí entonces aliviado pues hasta ese entonces me culpaba cruelmente porque a juicio mío, la escasez de recursos se debía a mi pecado, irresponsabilidad, mal manejo del dinero y todas esos fantasmas que vienen a la mente de uno cuando las cosas no salen (no obstante que algunos de esos pensamientos están en lo correcto, no los descartemos de plano, pero eso es tema para otra reflexión).

De esto hace ya varios años y desde entonces he venido trabajando los recursos que tengo a mano ––que nunca son suficientes por cierto––, recursos que me han permitido levantar mi emprendimiento-ministerio llamado MENTHOR por medio del cual cumplo mi propósito en la vida: “Guiar a las personas hacia Dios ayudándolas a mejorar sus vidas”.

Durante este tiempo ha habido un pasaje escritural que me ha acompañado “en las buenas y en las malas”, y ha venido a convertirse en una brújula espiritual que me muestra el camino cuando comienzo a perder la ruta, de este logos he descubierto algunas verdades que hoy quisiera compartir con usted.

Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor (Mateo 25:21).

1. ¿Qué es un Recurso? ¿Qué es un Administrador?

  • Definamos lo que es un Recurso: No voy a enredarme aquí con grandes conceptos o significados complejos, tampoco recurriré a diferentes ciencias para explicar qué es un recurso. Me he permitido ser claro y sencillo en la definición que elaboré para ustedes: “Por recurso se entiende todos aquellos elementos ––tangibles o intangibles–– que sirven para alcanzar un objetivo, meta o beneficio”. Así entonces un recurso puede ser el dinero con el que contamos (sea mucho o sea poco), una habilidad con la que se nace (pintar, bailar, enseñar, tocar un instrumento, cocinar), una destreza aprendida (una profesión, un oficio, un arte), un patrimonio adquirido (tierra, campos, herencia), un inmueble (casa, edificio, local comercial), herramientas de trabajo (automóvil, oficina, computador, celular, cocina); suministros que nos facilitan la vida (luz eléctrica, agua potable, internet); un recurso puede ser incluso el propio cuerpo (manos, pies, mente, voz, etc.). En fin, los recursos tienen diferentes “formas, colores y sabores”; no obstante éstos no producirán ningún bien si no se los trabaja.
  • Definamos lo que es un Administrador: “Un administrador es la persona encargada de gestionar los bienes de otro”, y por gestionar debe entenderse la capacidad para potenciar, maximizar, sacar el mejor provecho de los recursos que se les ha confiado. Un administrador ––en cualquier empresa que trabaje–– debe realizar al menos cuatro tareas básicas: Organizar, planificar, supervisar y controlar los recursos, procurando que éstos rindan más de lo que en esencia son a fin de llevar a la empresa al éxito (o al cumplimiento de su misión). Así entonces cada ser humano es un administrador de los recursos que Papá Dios le ha dado, sean muchos o sean pocos, el hombre debe administrarlos de la mejor manera ––según su capacidad–– pues de esta manera podrá acceder a “mayores recursos”. De eso hablaremos en los siguientes ítems.

2. Administradores de los Recursos divinos.

En el versículo que les mencioné (Mateo 25:21) se ven dos principios de economía que pueden ser aplicados de manera universal (les recomiendo leer todo el contexto, es decir Mateo 25:14-30). El primero de ellos es que a todos se nos han dado recursos (tangibles o intangibles), a unos se les da más y a otros se les da menos, esto ocurre según la capacidad del hombre para administrarlos: “Al que tiene más (mayor capacidad de administración, más empuje, más pasión, más proactividad) se le da más, pero al que tiene menos (menor capacidad de administración, por mediocridad, flojera, vergüenza, ignorancia o procrastinación) aún lo que tiene se le quitará” (Mateo 13:12). Esto parece injusto pero no lo es, la vida es sabia y ella no desperdicia recursos en quien no está dispuesto a duplicarlos. El segundo principio que encontramos es que al ser buenos administradores de los pocos recursos ––que es una constante en la vida del hombre––, podremos acceder a más y mejores recursos, pero para que esto ocurra la clave es ser buenos mayordomos de lo poco, de lo escaso, de lo que no abunda; si hacemos esto calificamos para recibir más. Esto mis amados lectores es una ley cósmica y comprobadamente eficaz a quienes la hemos vivido. Se los pongo de esta manera: SI QUIERE GOBERNAR SOBRE MUCHAS CANTIDADES APRENDA A GOBERNAR SOBRE LA ESCASEZ EN LA QUE SE ENCUENTRA.

3. ¡Tu Futuro puede ser Grande!

Lejos de que este subtítulo sea una mera arenga de motivación es una verdad que hallamos en la Biblia, específicamente en Job 8:7 que dice: “Aunque tu principio fue pequeño, tu futuro será enorme”. ¡Wow! ¿quién no se emociona con versículos como éste? Sin embargo para que esto ocurra debemos entender lo siguiente:

  • Siempre se inicia desde abajo: Los más grandes proyectos nacieron de ideas sencillas; las más grandes empresas iniciaron con un capital irrisorio; los ministerios más efectivos fueron producto de gente simple de escasos recursos.
  • Es imposible alcanzar la grandeza sin antes haber experimentado la bajeza, sólo así disfrutaremos la cima…, cuando hayamos vivido todo el sacrificio que significa escalar “desde abajo” entonces y sólo entonces nos deleitaremos al estar arriba.
  • El futuro prometedor que Dios planeó para sus hijos es accesible a todos, pero no todos estarán dispuestos a conquistarlo (es más fácil soñar que hacer, así lo declara Proverbios 13:4).

A MODO DE CONCLUSIÓN:

Invierte, negocia, gestiona…, ¡BAM! Disfruta del éxito

Me resulta sumamente atractivo el contexto en el que se da “el versículo brújula” del cual he realizado este artículo, en él encontramos al Maestro de maestros hablándonos directamente al corazón. Y respecto a esto les comparto una conversación que tuve con el Jefe Supremo cuando me encontraba en el hoyo de la miseria, allí donde quizá también usted ha estado. Siga leyendo pues quizá mi tertulia con el Creador pueda ayudarle.

–– ¿Por qué no me bendices Señor como lo has hecho con mi vecino? Él no te sirve, no te teme y mucho menos te ama como yo, pero a él le va bien mientras que a mí, ¡mírame! apenas si me alcanza para vivir y eso que trabajo para ti.

–– Gabriel ––me dijo––, te he bendecido con recursos de los más variados, tu misión en la tierra es utilizarlos para Mi gloria, para beneficio de otros y para tu propio sustento, ¿lo estás haciendo? No te los he dado para que te compares sino para que los trabajes.

–– ¡¿Cuáles recursos?! No tengo dinero, no tengo título universitario, no tengo un puesto en alguna organización importante, ¡¿cómo te atreves a decirme que me has bendecido con recursos?! Ah si tan sólo tuviera la suerte de otros, ¡a ellos sí que les ha ido bien!

–– ¡¡¿No te he dado recursos?!!, me dijo con voz temible. ¿Y las 24 horas que todos los días fabrico para ti no cuentan? ¿las manos y pies que cuelgan de tu cuerpo no sirven para nada? ¿qué hay de la mente lúcida que contiene tu cerebro…, acaso no es un recurso? ¿Y qué me dices de la buena mujer que puse a tu lado para que te acompañe todos estos años, una esposa que te ama, cuida, te aconseja y hasta cocina para ti, no es ella una ayuda idónea para ti? ¿es que las hijas sanas, bellas y fuertes que te di no son un recurso?

–– Perdóname Señor

–– ¡Calla y escucha! ¿No que te las sabías todas? ¿no que te considerabas muy inteligente? ¿es que querías disputar conmigo? Ahora escúchame bravucón: ¿Acaso no naciste con habilidades especiales, únicas, irrepetibles?

–– ¿Cuáles Señor? Y no pregunto con osadía, ya no, quiero aprender de ti postrado a tus pies.

–– Gabriel, Gabriel, Gabriel, te creé con un Propósito y tú ya lo descubriste, ¿sabes cuantos de mis hijos deambulan de un lugar a otro, de un trabajo a otro, de una relación a otra porque no saben con exactitud para qué vinieron a este mundo? ¡Pero tú sí! Tú mismo lo enseñas, lo declaras, lo afirmas por doquier, ¿quieres que te lo recuerde?

–– No Señor, ya lo sé, “guiar a las personas hacia Ti ayudándolas a mejorar sus vidas”.

–– ¿Y qué crees que es eso? ¡Un recurso! Tu Propósito es un recurso que activa oportunidades, personas, conexiones, ideas…, ¡úsalo! Y junto con ese Propósito te he dado habilidades para enseñar, hablar en público, capacidades para aconsejar y hasta para escribir…, ¿acaso no son recursos esos? ¡Claro que sí! Son recursos que te ayudan a realizar tu Propósito de vida, ¿por qué no los usas entonces?

–– Señor tengo miedo, tengo miedo a hacer el ridículo, a fallar, a que la gente no me escuche, ¿quién querría leerme, escucharme, seguir mis consejos?

–– Pero, ¿no has leído el pasaje cuando mi Hijo habló de los tres administradores? Uno de ellos me recuerda a ti. Cuidado Gabriel no sea que lo que te he dado te lo quite para dárselo a otro.

–– ¡NO MI DIOS! eso no, perdóname…, es que me siento pobre, desnudo, incapaz de sobresalir porque aunque me esfuerce no logro levantar.

–– ¡Basta! Con esto termino Gabriel, ¡jamás lograrás salir adelante si no crees en mí y también en ti! YO SOY la fuente de recursos ilimitados, pero si no recurres a mí jamás podrás acceder a todo lo que tengo para ti. Pero también debes creer en ti, si no lo haces es como decirme que los recursos que te he dado no valen para nada, es como enterrar bajo tierra los talentos que de mí recibiste.

Y cuando ese encuentro terminó (el cual no sé si fue real o producto de mi imaginación), me sentí vencedor, sentí un ardor en mi pecho, como si hubiese sido apaleado hasta más no poder. Lágrimas habían rodado por mis mejillas a mares y mis piernas temblaban porque había estado de rodillas más de tres horas. Sí, fue una teofanía que nunca había experimentado pero que cumplió un objetivo en mí: Sacarme del puerto de la amargura y lanzarme a mar abierto, a la conquista de metas que antes parecían imposibles.

Inmediatamente recurrí a la Biblia y encontré el pasaje que ha sido el centro de esta reflexión (Mateo 25:14-30), descubrí allí que si deseaba salir de mi miseria debía duplicar mis recursos, debía gestionarlos, sacarles el máximo de provecho, ¿pero cómo? Negociando, invirtiendo, capacitándome, agradeciendo lo que tengo y cuidando de los recursos (Proverbios 27:23); pasar de ser “bueno” a ser “muy bueno” y de muy bueno a “experto”, y eso he venido haciendo poco a poquito, ¿saben por qué? porque tengo la esperanza que un día Dios me dirá: “Buen siervo, has sabido trabajar tus recursos ––aunque pocos en principio––, toma aquí tienes más, goza de la vida que tengo para ti”. Y entonces le diré: “Amén Señor, gracias porque los recursos que me diste al principio fueron poquitos, pero eso no importa, he aprendido a trabajar lo que tengo porque así califico para tener más”.

P.D. Esta reflexión contiene ideas extraídas de mi tercer libro, CREADOS PARA CRECER CREADOS PARA EMPRENDER. Si usted desea adquirir póngase en contacto conmigo o visite mi vitrina virtual donde están alojadas mis obras.


– Mis Libros: https://sellfy.com/gabrielgil
– Mis Vídeos: https://www.youtube.com/gabrielgilarancibia
– Mis Post: https://www.facebook.com/gabrielgilministerios/

– Mis audio-Charlas: https://www.spreaker.com/user/gabrielgil

En la playaGabriel Gil es Coach Integral Sistémico y Mentor de vidas; de profesión teólogo y por vocación divina pastor; además escribe post, artículos y libros. Su misión en este mundo es “guiar a las personas hacia Dios ayudándolas a mejorar sus vidas”.

¿CÓMO CONSEGUIR NOVIA A LOS 30?

joven-cristiana-recostada-pensativa-sonriendoCuando le preguntas a un soltero cristiano que bordea los treinta años -más o menos-, del porqué no ha conseguido novia aún, sus típicas respuestas pueden ser:

a) Estoy esperando en la voluntad de Dios,

b) no se me ha presentado la oportunidad todavía,

c) no tengo urgencia,

d) he decidido hacerme monje e hice votos de castidad (esto último no suele ocurrir jeje).

Sin embargo, son pocos los predicadores que entregan a los jóvenes-adultos algunas respuestas que puedan orientarlos en tan importante evento como lo es concretar un proyecto de vida, respuestas prácticas para el aquí y ahora.

Lejos de hacer una mofa presento a mis seguidores de facebook -varones solteros en la edad mencionada-, unos sencillos pero prácticos consejos producto de mis observaciones de la vida. Si te sirven tómalos, si falta agregar añade unos cuantos, si no te sirven sigue navegando en la red. Por cierto que mis consejos no son los típicos que encuentras en las iglesias, ya sabes, «oración, ayuno y todo eso», no que esté mal, pero me doy cuenta que esas nobles recomendaciones no son muy claras para quienes en verdad desean encontrar a la mujer de sus sueños. Así que antes de tratarme de superficial por no ser tan místico, échale una miradita a estas líneas:

1. ¡Deja la casa ya!
Si aún vives con tus padres a tus 30 años es menester que consigas una casa propia o alquilada. Al vivir en casa paterna entregas un claro mensaje a las posibles candidatas, ¿cuál? «que aún no te destetas de tu mami», y las mujeres odian eso pues buscan un hombre con independencia. Por supuesto, el dejar la casa no significa que abandones a tus padres, los sigues visitando y cuidando si fuera el caso, pero recuerda, los hombres nacimos para formar nuestra propio hogar.

2. Aumenta tus finanzas
Cada vez encontramos más féminas que tienen trabajos y reciben paga por ello, esto es muy común en nuestra sociedad, ¿pero sabes? el instinto materno de las chicas las conducirá a buscar hombres con solvencia financiera que pueda ayudarlas a preservar la especie. Ellas fueron dotadas por el Creador con un mecanismo interior que las impulsa a detectar a los «machos alfa» capaces de sostener una familia y con ello, proteger la vida de los futuros hijos. No se trata de que las mujeres son interesadas por el dinero (en ninguna manera sostengo eso), pero vamos, cuando eres solvente en finanzas entregas un mensaje directo…, ¡soy capaz de mantener una familia!

3. Sé más sociable
Si sólo te dedicas a trabajar, trabajar y trabajar, dime, ¿en qué tiempo tendrás oportunidad de conocer mujeres? Debes ampliar tu círculo social, salir más, explorar, navegar, claro, no me refiero a visitar lugares donde un cristiano no debería ir. Quizá la chica de tus sueños no está en tu iglesia porque allí son o muy maduras en edad -tipo ministerio de damas-, o niñitas de Escuela Dominical, ¿capiche? Tu mapa genético dice que eres un explorador, entonces… ¡¿qué rayos haces un día viernes en la noche navegando en internet viendo fotos de chicas atractivas en facebook?!

4. Mantén tu cuerpo en forma
La panza gelatinosa, los muslos gordos, los brazos fofos y un torso flácido no resulta atractivo para nadie, salvo para tu madre que aún te considera «su osito». ¡Pamplinas! Ponte en forma de una vez, sale a caminar, hacer ejercicio, inscríbete en un gimnasio a la brevedad, ellas también se deleitan al ver un cuerpo bien cuidado. Eso que dicen que las mujeres no miran es un mito, sí miran y admiran a un hombre que pone cuidado en su cuerpo.

5. Ocúpate de ser el hombre correcto.
«Antes de preocuparte por encontrar la mujer correcta, ocúpate de convertirte en el hombre correcto para ella». Para esto practica lo mencionado antes y añade una vida espiritual rica en comunión con Dios. Las mujeres solteras cristianas también andan en busca de su príncipe azul, y si ese príncipe tiene a Dios como su Señor, hay más probabilidades de encontrarse mutuamente porque ellas detectan fácilmente a uno que en verdad es hijo de Dios y a otro que aparenta serlo.

Espero no haber sido pesado con estos consejos a los cuales podemos añadir por supuesto la oración, el ayuno y el esperar en Dios; pero vamos hombre, tu Eva no caerá del cielo, a menos que seas Adán, ¡debes mover ese cuerpo e ir por tu reina!

Etiquetaré a algunos pastores amigos y líderes de jóvenes. Ellos ya consiguieron su chica ideal haca años atrás, por lo que este post no es para ellos, sino para que sus jóvenes puedan leer. Les animo a compartir, gracias.

Finalmente…, «encontrar una buena esposa es encontrar el bien, pues eso muestra que el Señor está contento contigo» (Proverbios 18:22)

LABÁN SIEMPRE QUERRÁ GANAR MÁS QUE TÚ

Reflexión para aquellos que ya son emprendedores o están pensando serlo

¡BASTA YA!

Entonces Jacob le gritó a su suegro todo lo que tenía en el fondo de su corazón y que nunca le había dicho, quizá por temor, vergüenza o qué se yo; simplemente se lo había guardado por años. Pero ese día el enojo acumulado hizo erupción en él -bendito sentimiento que bien canalizado puede llevarnos a conseguir más de la vida…, el enojo nos permite expresar ¡basta ya!-. Fue así que le dijo: “tú bien sabes cómo he trabajado, y cómo gracias a mis desvelos han mejorado tus animales. Lo  que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, el Señor te ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia” (Génesis 30:29-30), y podemos imaginarnos que su pecho agitado comenzó a calmarse, las lágrimas que rodaron por sus mejillas ya no estaban y el color rojo de su cara producto del ofusco comenzó a desaparecer…, la bestia que llevaba dentro había salido al fin.

Pero Labán no quería perderlo así que ignoró esa altanería, “sería un imbécil si permito que se vaya” -se dijo para sus adentros-, no en vano su yerno era el mejor de sus trabajadores, con ciertas regalías por ser esposo de sus dos hijas y padre de sus nietos, pero empleado al fin. “¿Cuanto quieres que te pague?” -le dijo-, un tanto desconcertado porque nunca nadie le había hablado así. Pero la respuesta de su interlocutor lo dejó más perplejo aún: “No tienes que pagarme nada, pero hagamos un trato” (v. 31), y el resto de la historia ya la conocemos.

LAS SEÑALES

Empero ahí no termina la aventura de nuestro personaje. Luego de quedarse y comenzar a formar su propio ganado según lo acordado con su ex-jefe y ahora socio, las cosas anduvieron bien algunos años pero llegó un momento en que las circunstancias declaraban a todas luces que era tiempo de salir. ¡Qué importante es poner atención a las señales que te da la vida! Si hiciéramos esto nos ahorraríamos muchos dolores de cabeza (hay personas que siguen por años en la misma empresa u organización cuando hacía tiempo que debieron salir pero siguen allí como esperando “un cambio”, pobres ilusos incapaces de discernir los estadios y  luego se quejan del porque sus vidas son tan sombrías).

  • Primera señal: Los hijos de Labán andaban diciendo que Jacob se había enriquecido a costa de su padre, sus propios cuñados hablaban mal de ék (31:1). ¿Cómo creen que esto le hizo sentir?
  • Segunda señal: Labán ya no lo trataba como antes (31:2). ¿Te ha pasado esto, cuando percibes que algo se “rompió” en tu empresa, cuando el encanto ya no está en la Organización a la que perteneces?
  • Tercera señal, y la más clara de todas: Dios le habló claramente y le dijo que se fuera a tierra de sus padres (31:3). Sólo los rebeldes y obstinados persisten en algo que Dios ya ha desechado.
  • Cuarta señal: Su suegro y “socio” lo seguía tratando como a un jornalero, además de engañarlo y cambiarle el sueldo muchas veces (31:7). Fue Silvester Stallone quien en la película Rocky VI desafía a su hijo con estas palabras: “Si crees que vales más de lo que te pagan, entonces sal y consigue lo que tú crees que vales, pero debes estar dispuesto a recibir los golpes que la vida te dará”, este diálogo sencillamente me encanta y nos haría bien en anclar.
  • Quinta señal: Sus esposas – Raquel y Lea-, apoyaban cien por ciento a Jacob en la nueva aventura que se estaba gestando, es decir, salir de la sombra de Labán pues “ni ellas mismas recibían buen trato de parte de su padre” (31:14-16). Y debo agregar: Cuando un hombre es respaldado por su esposa en cualquier emprendimiento, ten por seguro que tienes hartas probabilidades de triunfar.

LA DISCUSIÓN FINAL

Finalmente Jacob huye de Labán -un paso no recomendado si deseas comenzar un proyecto propio, es mejor renunciar de frente, con dignidad-. Y es que “el usurpador” estaba acostumbrado a huir, pero alabado sea el cielo pues en Dios incluso “los perros viejos pueden aprender nuevos trucos”, tal fue el caso de Jacob, pero eso es material para otra reflexión.

Para ir terminando ya en Génesis 31:36-43 vemos a Jacob sacando la voz una vez más enfrascándose en otra discusión con su suegro: “Veinte años han pasado desde que llegué por vez primera a tu casa” -le dijo-, (v. 38) y a pesar de que he aprendido el negocio y me he enriquecido… no soy feliz (esta última línea es mía, es parte del guión). Y es que Jacob necesitaba independizarse, ser su propio jefe, expandir su tienda a diestra y siniestra sin tener que pedir permiso de nadie, salvo Dios…, ¡Jacob era un emprendedor y su corazón así lo indicaba! Recomiendo leer los versos 36 al 42, los conmoverá pues allí encontramos el relato de un trabajador cansado de los abusos, la rutina, la poca valoración, la desmotivación, la poca paga, etc., situaciones que quizá más de alguno de ustedes ha vivido en carne propia.

En el verso 43 notamos la arrogancia de Labán al decir, “estas mujeres son mis hijas -refiriéndose a Raquel y Lea-, los muchachos son mis nietos; mías también son las ovejas; todo lo que ves me pertenece”. ¿Todo me pertenece? Jaja, qué arrogancia de este tipo y es que ya se los dije en el título de esta reflexión, “Labán siempre querrá ganar más que tú”. Para él todo era suyo, una mentira tan absurda que ni él mismo podía creer, fue así que para salir del paso y no reconociendo su derrota le ofreció a Jacob un pacto (v. 44), algo así como, “Jacob, permito que renuncies, y que no se diga que soy mal jefe, sigamos en paz, ¿okey?”. ¡Tramposo y embustero!, pero al fin de cuentas dejó en libertad a Jacob, no le quedaba otra, ¿cómo podría retener a uno que estaba destinado a ser grande? ¡imposible! Los emprendedores siempre quedarán en posición de emprender y ningún Labán podrá retenerlos.

¿QUIÉN ES TU LABÁN?

La respuesta a esta pregunta se las daré en una siguiente entrega, ¿cuando? quién sabe (jeje).

p.d. ¡Ánimo emprendedores!

EL QUE SE CONECTA CON DIOS RESULTA EN BENDICIÓN PARA MUCHOS por Tito Apéstegui

Sermón predicado el domingo 18 de febrero del 2007, por Tito Apéstegui en «Capilla del Valle», Valle de Los Chillos, Ecuador. Editado por Gabriel Gil.

TEXTO DE ESTUDIO en 2ª Reyes 7:3-10, «Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
7:4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
7:5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
7:6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
7:7 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas.
7:8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron.
7:9 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey.
7:10 Vinieron, pues, y gritaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les declararon, diciendo: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que no había allí nadie, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campamento intacto».

INTRODUCCIÓN.  El trasfondo histórico del pasaje es éste:

  • Corría el siglo VIII a.C. El poderoso imperio asirio sitió (rodeó) la capital de Israel, Samaria. Por largos meses los caminos y ríos de Samaria fueron bloqueados, poco a poco el hambre comenzó a hacer presa de los israelitas (ver 2ª Reyes 6:24-30) a tal punto que las cabezas de los asnos y el estiércol de las palomas se vendían a precios muy altos, incluso el canibalismo se dejó ver entre los samaritanos sitiados.
  • El profeta Eliseo inspirado por Dios emite un mensaje de esperanza para el pueblo de Dios: Jehová mostraría su poder a través de medios insospechados (ver 2ª reyes 7:1-2). Recordemos siempre esto: “Dios utiliza lo ordinario para realizar lo extraordinario”.
  • El hambre y la sed serían por fin aplacadas por Dios, pero para esto el Señor se valdría de cuatro leprosos, hombres afectados por una de las enfermedades más terribles y asquerosas de todos los tiempos. Cabe hacer notar que para los tiempos antiguos los leprosos simbolizaban la maldición de los dioses, esta regla no era una excepción en Israel. Dios nos quiere dar una lección aquí: “Él convierte nuestra maldición en bendición”.
  • Estos cuatro hombres leprosos se convertirían en los salvadores de Israel. ¿Cómo? Ellos decidieron ser de bendición para los demás, ellos decidieron compartir la bendición de Dios a los necesitados.

Los personajes de la Biblia que han tenido un encuentro con Dios no se han quedado sólo con la experiencia del encuentro, ellos han ido más allá. Luego de ese encuentro  han recibido una misión. Es decir que “un encuentro divino debe llevarnos a una misión”.

Tenemos ejemplos como Abraham, Moisés, Isaac y tantos más que luego de haberse encontrado con Dios fueron comisionados por Él con una misión específica.

Debemos conectarnos con Dios, pero ¿para qué?. Nos conectamos con Dios para ser de bendición a otras personas. Cuando uno se conecta con Dios debe convertirse necesariamente en un puente, un canal un conducto de bendición para la comunidad. Así entonces el cristiano debe bendecir a otros, ¿cómo? Compartiendo a Cristo a los demás.

Algunas preguntas se hacen  necesarias antes de continuar nuestro sermón. ¿Estoy sirviendo a los demás? ¿Estoy siendo de bendición para otras personas? Recordemos las emblemáticas palabras del Dr. Martin Luther King, “Cuando el hombre no sabe servir, no sirve para vivir”.

CUERPO O CONTENIDO.

En los versículos leídos (2ª Reyes 7:3-10) encontramos algunos pasos para ser bendición a los demás, esa en nuestra misión como cristianos e Iglesia.

1º Tomar conciencia de mi situación (v. 3). Nótese la pregunta que se hicieron los leprosos, una pregunta que denota su estado de conciencia. ¿Para qué estoy aquí? ¿Qué hago en Capilla del Valle? El primer paso es tomar conciencia de lo que estoy haciendo en la iglesia, qué estoy haciendo como cristiano. Para ser bendición a otros lo primero es analizar mi situación, ¿soy un cristiano pasivo o activo?

2º Trazar estrategias (v. 4). Los leprosos se pusieron a pensar y a planificar en lo que debían hacer respecto a su deplorable situación de hambruna. Luego de tomar conciencia es necesario planificar qué hacer. No basta entonces con preguntarnos por mi situación presente en la iglesia, ahora debemos planificar para el futuro, es decir; ¿qué haré mañana en la iglesia? ¿cómo puedo servir más y mejor en mi comunidad cristiana? Es necesario crear estrategias para esto, es necesario hablar con algún líder o pastor de la congregación para manifestarle mi interés en trabajar en la Obra del Señor.

3º Actuar (v. 5). Podemos notar que con toda resolución los leprosos decidieron actuar, ellos se levantaron y fueron al campamento militar de los asirios. Una vez que hemos pensado en lo que queremos hacer en la Obra del Señor (ujier, hospitalidad, solidaridad, barrer el templo, predicar a los enfermos, etc., etc., etc.), debemos poner manos a la obra. No basta las intenciones, esas intenciones deben poner en marcha. “Cuando el hombre actúa, Dios también actúa”. Dios no utiliza a los pasivos, sino a los activos. Dios no utiliza a gente desocupada, sino a los más ocupados.

4º Ver el obrar de Dios (vv. 6-7). Cuán grande fue la sorpresa de los leprosos que ellos vieron el obrar de Dios, el campamento de los asirios estaba abandonado y en él quedaron la comida, dinero, caballos y muchas cosas más. Sólo cuando el ser humano actúa Dios obrará en poder y gloria, solo entonces veremos el portento de Dios, pero para ello es necesario actúar primero.

5º Disfruta las bendiciones (v. 8). Los leprosos se dispusieron a disfrutar las bendiciones de Dios, ellos no menospreciaron las bondades del Creador, ellos a pesar de su maléfica enfermedad gozaron la gracia del Señor. Las bendiciones de Dios se dejan ver constantemente, pero no sólo debemos ver esas bendiciones, debemos disfrutarlas. Aprendamos a disfrutar las bendiciones de Dios. Hay personas que no disfrutan las bendiciones de Dios, hay personas que no viven la vida, hay personas que se amargan tanto por lo que no tienen que no disfrutan lo que sí tienen. Un cristiano sano es aquel que ha aprendido a disfrutar la vida (Juan 10:10).

6º Compartir las bendiciones (vv. 9-10). Sin embargo, los leprosos no fueron egoístas, ellos reflexionaron y dijeron: “No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva y nosotros callamos… Vamos pues, ahora, entremos y demos la buena en casa del rey”. No hay que ser egoístas, como cristianos debemos compartir las bendiciones a los demás. El egoísmo, la mezquindad, la tacañería no deben ser parte de la cristiandad. Dios quiere utilizarnos para compartir las buenas nuevas de salvación a toda la humanidad. La iglesia no debe “engordarse”, esto no es sinónimo de crecimiento sano; sino, debe crecer en todas las direcciones. El cristiano crece cuando comparte las bendiciones a otros. Debemos compartir a Cristo a las personas que no le conocen.

CONCLUSIÓN.

Que Dios nos ayude a conectarnos con Él para así bendecir a otros. No debemos ser cristianos estériles, sino fértiles, ¿cómo? Predicando de Cristo, anunciando la salvación a mi familia, amigos, compañeros de trabajo y estudios.

Los cuatro hombres leprosos anunciaron a la ciudad de Samaria las bondades de Dios, ellos fueron hasta la ciudad y dijeron al pueblo que en el campamento asirio había comida, bebida, vestidos, animales, oro, etc. Al igual que ellos debemos dar de comer al hambriento y beber al sediento, debemos anunciar al mundo que Cristo es pan y vino, luz y sal, sanidad y salvación. Amén!

Sermón: ¡LEVÁNTATE! CONVIERTE TUS FRACASOS EN ÉXITOS

Introducción.

¿Qué es el fracaso? El diccionario de la lengua española lo define de una manera austera, seca y hasta déspota, pero de forma real: “Fracaso, es no tener éxito”. Algunos sinónimos para fracaso son: “Revés, decepción, caída, fallo, hundimiento, frustración, descalabro”.

Ahora bien, todos los aquí presentes sin ser necesariamente expertos en la lengua española hemos experimentado el fracaso, en mayor o menor magnitud, con mayores o menores consecuencias. El fracaso es parte de nuestras vidas, no lo podemos evitar, es “la otra cara de la moneda”. Así que, a menos que usted sea un extra-terrestre, el fracaso ha sido parte de usted desde sus primeros meses de vida, ¿verdad?

En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que fracasaron, a pesar de contar con todas las condiciones para lograr el éxito. Pero déjeme referirme a dos personajes en particular.

A. Sansón, el Fracaso de un Héroe.

En Jueces capítulo 16 hallamos la vergonzosa historia de Sansón y Dalila.

Como ustedes saben, Sansón era un hombre hebreo que fue designado por Dios para guiar a su país, Israel, hacia la victoria contra los filisteos. Para esto, el Señor dotó a Sansón de una fuerza física extraordinaria, algo así como un Hércules o un superman. La fuerza de este sujeto era realmente extraordinaria; sin embargo, tenía una debilidad: Se dejaba seducir por el placer sensual del sexo opuesto. En otras palabras, el fracaso estaba a las puertas de la vida de este hombre. Y de hecho, la Biblia no duda en mencionar que Sansón cayó en un estado de fornicación vergonzoso aún para nuestros tiempos: Dalila, una encantadora joven filistea lo condujo al punto del quiebre, la caída y al pecado total. Sí mis amigos, la Biblia nos dice que Sansón fracasó en su misión de liberar a Israel, Sansón fracasó a pesar de contar en un principio con el respaldo de Dios, su familia, sus compatriotas.

¿Qué pasó con él? No nos apresuremos a condenarlo -algo muy típico en nosotros los humanos-, Sansón era tan hombre como muchos de los que están aquí. La Biblia si bien condena el pecado, enseña un mensaje de esperanza para el pecador; es decir, siempre muestra una salida para quienes han fracasado. Entiéndanme bien, no estoy justificando el hecho de pecado entre Sansón y Dalila; sino, trato de rescatar la persona de Sansón como un hombre que fracasó en su vida.

B. Una Mujer de Dudosa Reputación.

Ahora bien, ¿Recuerda usted el pasaje donde Jesús dijo: El que esté libre de pecado arroje la primera piedra? (Juan 8:1-11). Ese pasaje se refería a la mujer sorprendida en adulterio. Según el relato bíblico, los residentes de la ciudad se apresuraron a condenar el acto de la mujer, lo cual no debe ser motivo de admiración, ¿cuantas veces nosotros los propios cristianos, nos apresuramos a criticar el fracaso de una persona? Volviendo a Jesús, el pasaje bíblico nos enseña que aquellos que condenaban a la mujer se retiraron uno a uno y finalmente quedaron solos Jesús y la mujer. ¿Alguien se acuerda lo que Cristo le dijo a la mujer? “Mujer, ¿dónde están los que te condenan? Ni yo te condeno, vete y no peques más” (Juan 8:11). ¡Esta respuesta es sencillamente genial!

Tanto Sansón en el Antiguo Testamento y la mujer adúltera en el Nuevo Testamento fueron redimidos por Dios, si bien pagaron cada uno las consecuencias.

Lo que quiero decir con esto es: La Biblia habla de hombres y mujeres que fracasaron, pero también habla del amor de Dios que perdona y restaura.

¿Cuántos de los que estamos aquí hemos experimentado el dolor del fracaso? Estoy seguro que hay personas en esta audiencia que han vivido el dolor del fracaso en su matrimonio, el fracaso con sus hijos, el fracaso en su empresa o negocio, el fracaso en sus estudios, el fracaso en su vida personal. ¡Hey, yo también he fracasado! Pero algo te digo: En su voluntad perfecta Dios utiliza nuestro fracaso como una segunda oportunidad para triunfar en la vida, ¿cuántos lo creen?

C. El Fracaso como Una Oportunidad para Crecer.

Al escribir este sermón estuve investigando algunas frases de personas célebres que experimentaron el fracaso, éstas son sus palabras:

  • Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender (Charles Dickens, escritor británico).
  • El fracaso es, a veces, más fructífero que el éxito (Henry Ford, industrial estadounidense).
  • El fracaso fortifica a los fuertes (Antoine de Saint, escritor francés).

En Proverbios 24:16 se nos enseña que aún siendo cristianos tenemos derecho a caer, fallar, errar el blanco, fracasar, equivocarnos; sin embargo, también ese versículo nos enseña que tenemos derecho a levantarnos, sacudirnos el polvo de la vergüenza y rehacer nuestras vidas en algo mejor.

No obstante, esto de levantarnos no es tan simple. El común de las personas pasan mucho tiempo, tal vez toda su vida, lamentando su fracaso, pero son pocas quienes aceptan haberse equivocado y toman la decisión de comenzar de nuevo.

Algo pasa en  nuestras vidas que nos impide levantarnos después de las derrotas, y esto es algo extraño pues fuimos diseñados por Dios para levantarnos cada día. Esto lo vemos marcadamente en los niños pequeños, específicamente en los bebés. Todos nosotros fuimos bebés en el principio de nuestras vidas, y todos nosotros aprendimos a caminar a golpes, caídas, resbalones, tropiezos, etc. Y sin embargo, cada vez que nos caíamos nos volvíamos a levantar. Esta conducta en los bebés no es algo aprendido, sino innato.

CONCLUSIÓN.

La Biblia nos dice que no importa cuantas veces fracasemos, Dios siempre estará dispuesto a levantarnos, Dios siempre estará ahí para socorrernos.

Sigamos los siguientes consejos para convertir nuestros fracasos en éxitos:

  1. Acepte que hay una gran diferencia entre las personas que triunfan y las mediocres.
  2. Aprenda una nueva definición de fracaso.
  3. Elimine el “yo” de su fracaso.
  4. Entre en acción y reduzca su miedo.
  5. Cambie su reacción ante el fracaso aceptando su responsabilidad.
  6. No deje que el fracaso externo se meta dentro de usted.
  7. Dígale adiós al ayer.
  8. Cambié usted, y su mundo cambiará.
  9. Despreocúpese de usted y comience a darse a los demás.
  10. Busque el beneficio en cada mala experiencia.
  11. Si tiene éxito al primer intento, busque algo más difícil.
  12. Aprenda de una mala experiencia y transfórmela en una buena experiencia.
  13. Trabaje sobre las debilidades que lo debilitan.
  14. Entienda que no hay mucha diferencia entre fracaso y éxito.
  15. Levántese, recupérese y siga avanzando.