Mi presentación tiene como objetivo razonar sobre la forma en que los hispanos leen e interpretan el texto bíblico. En efecto, estoy proponiendo un método integrador que lee e interpreta el proceder de los hispanos cuando estudian la Escritura. En la discusión se incluye rasgos históricos, referencias teológicas, aspectos prácticos y elementos que son afines a la identidad hispana. El estudio se enfoca en las tres tradiciones cristianas tradicionalmente conocidas como las de mayor influencia en América Latina—Católica, Evangélica y Pentecostal.
Este estudio no busca combinar puntos de vista, ideas o valoraciones académicos de diferentes concepciones cristianas que asumen cierta compatibilidad al combinarlas y mezclarlas coherentemente, como en el eclecticismo.
Este pretende conciliar diversas teorías y corrientes, tomando de cada una de ellas lo más importante aceptable, permitiendo romper las contradicciones existentes.
Más específicamente este documento propone un diálogo sobre algunos puntos de vista en relación a la interpretación bíblica, tomando en cuenta las tres fuentes de interpretación más conocidas entre los hispanos. Históricamente, la mayoría de los latinos han vivido en un trasfondo religioso católico romano; y aunque algunos hayan renunciado a la Iglesia Católica para unirse a otros grupos evangélicos o pentecostales, aún así sus principios, valores culturales, educativos, familiares, sociales y religiosos, continúan siendo católicos, por antonomasia. La razón es evidente, por más de 500 años el catolicismo romano ha prevalecido en las culturas y sociedades hispanas.
El objetivo de esta ponencia es presentar un cuadro de la realidad hispana en cuanto a su conexión e integración a la fe cristiana. Históricamente la comunidad hispana ha recibido enseñanzas de las iglesias católicas, evangélicas y pentecostales, para mencionar los movimientos de mayor influencia. Así que para elaborar un estudio como éste ha sido necesario revisar algunas obras de escritores tanto católicos como evangélicos y también pentecostales. Por la metodología empleada en la construcción de este documento, el lector se dará cuenta que en la comunidad hispana hay múltiples combinaciones teológicas, las cuales también son observables en el campo de la interpretación de la Escritura.
Bases Históricas
En cuanto al protestantismo y sus ramificaciones más significativas entre los hispanos, esos movimientos llevan alrededor de 100 años de actividad histórica.
En lo referente a tiempo, la Iglesia Católica alcanzó a los hispanos unos 400 años antes que los movimientos evangélicos y pentecotales, lo cual es significativo en lo que se refiere a la influencia histórica de las tradiciones cristianas en suelo latinoamericano. Este marco histórico es muy importante pues nos permite entender mejor el perfil del cristianismo hispano. En el contexto de este estudio es posible afirmar que los hispanos pueden ser evangélicos o pentecostales, pero por lo general, reflejarán el trasfondo católico de su cultura, sociedad, educación y familia, que los distingue y los hace diferentes de otros contextos cristianos.
Por otro lado, en esta presentación haremos la diferencia entre evangélicos y pentecostales, por dos razones: Primero, son dos movimientos diferentes, con doctrinas diferentes y, segundo, su relación con la persona y obra del Espíritu Santo también es diferente. Aunque esta discusión no entrará en el campo pneumatológico, si es importante mencionarlo, ya que entre los hispanos, por lo general estas diferencias no se toman en cuenta, sin embargo si se pueden observar en la implementación de las enseñanzas doctrinales y prácticas del ministerio en la congregación. También es notable observar que algunos pentecostales, los más tradicionales, insisten en identificarse como evangélicos, mientras que los neo-petecostales ya no están tan interesados en esa identidad tradicional, precisamente por su forma nueva de interpretar la iglesia, la Escritura y la manera que practican su ministerio.
Con el surgimiento del pentecostalismo, en el siglo XX, la comunidad hispana experimentó un giro significativo en su forma de apreciar la fe cristiana.
Por ejemplo, los pentecostales enfatizaron una experiencia espiritual más militante en la práctica de la fe cristiana
y en su re-encuentro con el texto bíblico hicieron que la Palabra escrita cobrara vida en la realidad de los creyentes y la comunidad misma. Además de la autoridad del texto sagrado y la revelación del Espíritu Santo, los pentecostales hispanos también incluyeron a los precedentes históricos de la tradición cristiana y a la comunidad de fe en la interpretación de la Escritura. De esa manera su produce una interpretación dinámica, a la cual estos ven como un proceso que finalmente conlleva a discernir la voluntad de Dios para su pueblo en un contexto histórico determinado.
Históricamente, los movimientos misioneros evangélicos y pentecostales hacen su ingreso a la comunidad hispana llevando consigo una perspectiva evangélica y cultural de corte norteamericano. Los misioneros norteamericanos, llegaron con un trasfondo evangélico histórico nacido en Gran Bretaña y criado en Norteamérica. De ahí que al entrar en el mundo hispano, cuyo trasfondo es católico romano, los movimientos evangélicos y pentecostales norteamericanos entraron en contradicciones teológicas significativas, especialmente con la tradición católica que era la que prevalecía entre los pueblos hispanos.
Naturalmente, el campo de esa contradicción eran los “nuevos convertidos” evangélicos y pentecostales
que surgieron como producto de la evangelización entre los católicos latinos.
Para entender mejor este fenómeno veámoslo desde una perspectiva dialéctica
donde se destacan las siguientes contradicciones: Los hispanos, por lo general vienen de un trasfondo Católico Romano (tesis). Por su parte, los norteamericanos vienen de un trasfondo evangélico (anti-tesis). La comunidad hispana actual ha incorporado principios hermenéuticos de ambos trasfondos (síntesis). Para continuar la discusión, debo aclarar que mi propósito no es abogar por uno u otro extremo. Más bien, mi objetivo es explicar la singularidad de los movimientos evangélicos y pentecostales latinoamericanos. Estos por su contexto geográfico e histórico están enmarcados en un zona que evidencia una perspectiva diferente con relación a la vida cristiana. En este marco se puede pensar que en América Latina se ha dado una combinación católico/evangélica o católica/pentecostal, y en algunos casos, la combinación es tripartita: católica/evangélica/pentecostal, lo cual viene a ser la síntesis de la confrontación dialéctica entre los movimientos más promitentes de la fe cristiana en la comunidad hispana.
CONTRADICCIONES TEOLOGICAS (Método Dialéctico)
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Tesis
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Evangélicos y Pentecostales Hispanos
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Catolicismo Romano.
Cultura, educación, sociedad, religión.
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Anti-tesis
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Evangélicos y Pentecostales Norteamericanos
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Evangélicos y Pentecostales Norteamericanos.
Nueva experiencia espiritual.
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Síntesis
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Convergencia de Posiciones Teológicas Opuestas
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Evangélicos y Pentecostales diferentes. Incorporan principios de ambos trasfondos.
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Cuadro No. 1
La discusión anterior obliga a encontrar un punto de convergencia que explique teológicamente a los movimientos evangélicos y pentecostales que surgieron entre los hispanos después del encuentro dialéctico entre ambas corrientes del cristianismo moderno en América Latina. Después de la incursión del pentecostalismo clásico en América Latina, en la década de los 1960s comenzaron a surgir corrientes nuevas que combinaban principios pentecostales y católicos en la vida eclesial y particularmente en la interpretación del texto bíblico. Un ejemplo de esta corrientes fue el movimiento carismático que se dio no solamente en las iglesias protestantes y evangélicas, sino también en la Iglesia Católica misma, con el Movimiento de Renovación Carismática. En este caso y por razón de espacio, nos centraremos en el estudio de la interpretación de la Escritura—un nuevo paradigma para la hermenéutica tradicional, que es crucial para entender a la nueva generación de evangélicos y pentecostales hispanos. Según lo hemos explicado, estos movimientos denotan características muy típicas de su trasfondo y contexto histórico, que debe ser tomado en cuenta a la hora de estudiar el texto bíblico.
Metodología
Tradicionalmente, los hispanos han enfrentado a la Escritura ya sea a través de los métodos utilizados por la Iglesia Católica, o por los métodos históricamente enseñados por los evangélicos y pentecostales.
Por razones de espacio, este documento no discutirá los métodos históricos tradicionales, más bien nos ocuparemos en describir aquellos elementos que forman parte de una metodología que es observable entre la nueva generación evangélica y Pentecostal hispana. Esos elementos forman parte de lo que hemos decidido llamar un método de interpretación integrador. A continuación ofrecemos los elementos más destacables que forman parte del método integrador y que son concomitantes con la conducta, la enseñanza y la predicación de la comunidad hispana, en general.
Un método integrador
Este método es detallado en el libro, El Rostro Hispano de Jesús, y yo lo he llamado método de interpretación integrador. A este hay que entenderlo como aquel proceso de interpretación que (1) integra sistemáticamente las funciones particulares de la revelación escrita de la Palabra de Dios. (2) Incluye también la acción participativa del Espíritu Santo en cuanto al entendimiento, iluminación y decisiones sabias que concuerdan con la Escritura. (3) El intérprete estudia el testimonio de la historia y la influencia de la tradición en la interpretación del texto bíblico. Por último, (4) El intérprete se somete a la autoridad espiritual de la comunidad de fe, cuya función es cuidar que toda interpretación o acción derivada de ésta no contradiga o niegue la verdad y eficacia de la Palabra escrita.
La integración de estos cuatro elementos confirman la legitimidad de una interpretación que es completa y accesible par una comunidad diversa, como la hispana.
En este método se integran la actividad divina y la humana.
Por ejemplo, toda interpretación para ser aceptada o confirmada debe pasar por este proceso de examen riguroso, el cual ineludiblemente legitimará o invalidará la interpretación que se haya hecho al texto. Así que cuando estos elementos, la Palabra Dios, el Espíritu Santo, la historia y la tradición y la autoridad de la comunidad de fe se integran dinámicamente, no hay lugar para el error.
Además, los intérpretes pueden disentir en cuestiones de estrategia, énfasis y aún en la implementación de la revelación. Pero en lo que se refiere a la jerarquía de la Escritura, esta es suprema y está por sobre todas las demás cosas. Luego entonces, la revelación del Espíritu Santo confirma a la Escritura, los precedentes de la historia y de la tradición legitimizan el impacto histórico de ésta; y la autoridad espiritual y el juicio de la comunidad de fe aprueba o desaprueba la aplicación práctica de la interpretación.
Los agentes que intervienen en el método integrador
Este método es muy parecido al neumático, que en su dinámica propone la inclusión de la Palabra, el Espíritu Santo y a la Comunidad de fe.
La diferencia entre el método neumático con este método de interpretación integrador es la inclusión del testimonio de historia y la influencia de la tradición en el proceso dinámico de interpretar el texto. En la comunidad hispana la inclusión de la tradición es vital, precisamente por la influencia católica sobre su teología. En la Iglesia Católica el estudio de la historia y de la tradición es necesario para entender el ejercicio interpretativo del pueblo de Dios a través de las edades. Esta es talvez una de las áreas de mucho cuidado entre los intérpretes evangélicos y pentecostales, cuya relación con la continuidad histórica de la iglesia puede ser afectada por las diferencias denominacionales, precisamente por el interés particular histórico. El desafío acá es cómo conectar objetivamente al proceso de interpretación del texto con la historia de la iglesia cristiana y con la historia de la interpretación del texto mismo. Esto último debe ser tomado en cuenta por los intérpretes de la Escritura a fin de estudiar las evidencias históricas en la proposición de una hermenéutica que afecte a todo cristianismo y no solamente a un segmento del mismo.
Para que este proceso de interpretación se de con objetividad se necesita que los intérpretes se quiten la camisa denominacional y comiencen a ver a la iglesia como un cuerpo, con diferentes miembros, cuyas funciones son distintas, pero que todos contribuyen con el bienestar del mismo. A mi me parece que esto estaba en la mente del Espíritu Santo cuando guió a Pablo a escribir 1 Corintios, Capítulo 12. Para que esto último sea posible, el método integrador propone los cuatro agentes antes mencionados. Dicho método es inclusivo y conlleva una actividad dinámica que representa a los agentes que toman parte en la composición y la interpretación de la Escritura.
INTERPRETACION HISPANA DE LA ESCRITURA
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Método Integrador
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Agentes que Participan en la Interpretación
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Fuente Histórica
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El Espíritu Santo
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La Trinidad (Dios)
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La Escritura Sagrada
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El Texto Bíblico
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Historia y Tradición
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Tradición Católica/Hispana
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La Comunidad de Fe
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Pentecostalismo Clásico
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Cuadro 2
En el caso de los hispanos, la gran mayoría proviene un origen y contexto Católico Romano, donde la tradición ha sido fundamental para entender a la iglesia, el ministerio, la liturgia y la salvación.
Un método que ignore el valor de la historia o el testimonio de la tradición tendría dificultades para ser aceptado entre la comunidad hispana. Lo mismo podría suceder con otras entidades cristianas históricas. Por supuesto, la diversidad de posiciones teológicas y doctrinales entre los movimientos y denominaciones es obvia y, por esa misma razón, la generalización no es recomendable en este caso. No obstante, el estudio de la tradición y la historia del pensamiento del pueblo de Dios tienen un beneficio incalculable a la hora de formarse una idea del origen de la doctrina y la teología.
El mundo contemporáneo pone mucho énfasis en precedentes históricos y muchas decisiones, especialmente de tipo jurídico, social y espiritual se apoyan en antecedentes históricos para fortalecer sus conclusiones, especialmente aquellas de carácter normativo. Así que para recomendar un método que resulte representativo de las teologías hispanas, el mismo debe incluir una evaluación completa de la tradición y el papel de la historia en la interpretación.
En virtud de lo anterior, la dinámica de los elementos que participan e intervienen en la acción del método integrador se presentan de la siguiente manera.
La Palabra de Dios
Entendida ésta como la revelación de Dios al género humano. Dios se comunica con el hombre a través de Escritura, la cual es inspirada y revelada por el Espíritu Santo.
La Palabra de Dios tiene una naturaleza divina y una humana. Es divinamente inspirada por Dios a través de seres humanos sujetos a las limitaciones humanas.
De esa manera el Dios omnipotente hace su incursión en la historia humana y se revela como una Escritura de origen divino documentada por hombres, que no eran robots recibiendo un dictado de Dios, sino personas que escribían a situaciones particulares sobre cuestiones humanas específicas, pero que al hacerlo, documentaban la Palabra de Dios.
La Escritura es la revelación verbal de Dios
La unidad entre Jesucristo y la Palabra es un misterio entendido por la acción reveladora del Espíritu Santo. La Palabra se hizo humana al encarnarse en Jesús. De esa manera, la Palabra es divina y es humana, y su función es integral. En Hebreos 4:12, hay una explicación total de la acción de la Palabra, “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Jesucristo es el origen y el cumplimiento de la Palabra. En la persona de Jesucristo se encarna la plenitud de la deidad en una naturaleza humana sujeta a las limitaciones del mundo humano.
La integración de las naturalezas humana y divina
Así como en Cristo Jesús se juntan ambas naturalezas la divina y la humana, de igual manera en la Escritura se juntan las dos naturalezas. Porque así es como Dios se hace accesible a la humanidad y puede ser entendido en su propósito y su misión para la humanidad.
Debido que la Escritura es divina y es humana, al mismo tiempo, eso facilita la comunicación entre Dios y el hombre. En la persona de Jesucristo, quien es la encarnación de la Escritura, Dios el Padre se da a conocer al hombre en su propia realidad humana. Por ejemplo Milton Jordán Chiqua argumenta que,
“las Escrituras, al ser inspiradas, son en verdad Palabra de Dios. No obstante, su revestimiento humano, la Escritura no deja de poseer un lenguaje divino, donde el lenguaje humano envuelve la Palabra divina o, mejor dicho, es asumido como expresión del lenguaje divino. El lenguaje humano, sin dejar de serlo, ha sido asumido por Dios hasta convertirse también en divino.”
Esto último, según lo describe Milton Jordán, hace que cuando el hispano se convierte asuma conclusiones afines a la idea de que no hay Palabra de Dios sin palabra humana. Dios alcanza totalmente los textos inspirados, hasta en sus menores detalles.
Esta es una de las razones por las que el creyente hispano sacraliza y venera actividades y tradiciones porque él entiende que en estos elementos hay actividad divina. Luego lo confirma cuando en su cristología ve a Cristo totalmente divino y totalmente humano. De igual manera la Iglesia y la Escritura misma son totalmente divinas y totalmente humanas.
El Espíritu Santo
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. El es la fuente de todo conocimiento, entendimiento y sabiduría. Su objetivo hacia el hombre es claramente revelado en la Escritura, para guiar al hombre hacia su destino final en la redención ofrecida por el Padre en su Hijo Jesucristo. El Espíritu Santo revela Cristo en la Palabra. Guía al hombre a entender el evangelio y a aceptar el plan de redención de Dios por medio de la fe. El Espíritu Santo desarrolla y estimula la fe y abre el entendimiento del creyente a fin de que éste pueda conocer a Dios en la persona de Jesucristo.
Con el movimiento Pentecostal, la persona y misión del Espíritu Santo logra un alcance integrador.
Los pentecostales recobran la acción carismática del Espíritu Santo y completan el círculo integral de la misión de la Trinidad en la redención de la humanidad, donde el Padre, envía al Hijo y el Espíritu Santo revela y glorifica al hijo en su plenitud divina y humana para redimir a la humanidad.
La iluminación del Espíritu es necesaria para entender la Escritura
La fe que entiende el plan de redención es originada en el poder iluminador del Espíritu Santo.
Él es quien despierta la necesidad de Dios y quien hace que la Palabra sea accesible al entendimiento del individuo necesitado de salvación. El Espíritu Santo hace que la Escritura cobre relevancia y se vuelva realidad en situaciones y contextos determinados, toda vez que esa revelación tenga como objetivo glorificar a Cristo Jesús y confirmar la verdad de la Palabra revelada de Dios.
El papel de la iluminación en la interpretación
Naturalmente en el proceso de interpretación de la Escritura se necesita la iluminación, la dirección y la revelación del Espíritu Santo. La “profundidad de las riquezas de la Palabra” (Romanos 11:33) puede ser accesible a la persona cuya motivación es propicia para entender las verdades de la Escritura. El Espíritu Santo convence al hombre de pecado y lo guía al arrepentimiento (Juan 16:8). Por medio de la fe, éste acepta la oferta salvadora de Jesucristo y se convierte en discípulo de él para vivir su vida conforme a los valores, enseñanza y propósito de la Palabra.
FUENTES QUE ORIGINAN UNA HERMENUTICA HISPANA
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Tradiciones
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Distintivos
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Desafíos
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El Método de Interpretación Integrador toma en cuenta a las tradiciones más influyentes sobre la hispanidad
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Católica
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Historia: Doctrina, teología, continuidad, tradición
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Revitalización de la santidad y la vida espiritual
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Evangélica
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Santidad: Orden en la iglesia, missio dei, disciplina
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Conectarse con la actividad carismática del Espíritu Santo
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Pentecostal
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Revitalización de la actividad del Espíritu Santo en la iglesia: Creatividad, nuevas posibilidades
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Orden en la iglesia y encontrar su lugar en la continuidad histórica de la fe cristiana
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Cuadro No. 3
La revelación de Jesús Cristo en la Palabra
La verdad sobre la persona, misión y propósito de Jesucristo es revelada en la Palabra de Dios. Esta revelación ocurre bajo la influencia el Espíritu Santo sobre el entendimiento del hombre. Además el Espíritu Santo llena al creyente y le capacita para servir eficientemente a través de dones espirituales que son útiles para el servicio cristiano.
Esto último es un legado profundo del pentecostalismo clásico norteamericano a la comunidad hispana.
El Testimonio de la Historia y la Influencia de la Tradición
El valor de la historia y el testimonio de la tradición en la interpretación de la Escritura se pueden apreciar en la formación doctrinal y teológica de las comunidades cristianas a través del tiempo. Al revisar los dogmas, las doctrinas y los enunciados teológicos de la iglesia, el intérprete de la Escritura llega a conocer la importancia de la tradición en la historia del pensamiento del pueblo de Dios.
La tradición puede tener un lado positivo y otro negativo. El aspecto positivo estimula la formación saludable que permite al creyente entender la Escritura en relación a su mundo. El lado negativo es aquel que detiene el progreso de la revelación y se queda fijado en tradiciones estáticas del pasado, que fueron relevantes a las generaciones anteriores, pero con el tiempo se volvieron irrelevantes e inútiles en las generaciones que siguieron.
El estudio de la tradición permite analizar lo positivo y lo negativo de las tradiciones pasadas para el beneficio de las generaciones actuales.
Este agente también toma en consideración a la metodología que ha sido usada históricamente para interpretar a las Sagradas Escrituras—el método histórico crítico, el gramático histórico, el inductivo y otros que han sido implementados particularmente en la exégesis bíblica.
El método integrador recurre a estos métodos para auxiliarse y comprobar la fidelidad del trato que se le da al texto bíblico. Al hacer esto, el método integrador reconoce la importancia y el valor de aquellos en el proceso histórico de interpretar la Palabra de Dios. En lo que se refriere a la exégesis, propiamente dicha, el método integrador utiliza los servicios de los métodos tradicionales. Aunque en la interpretación que está ligada a la predicación expositiva, éste se apoya más en el método inductivo.
El fundamento doctrinal
El impacto histórico de la Escritura en la historia humana se aprecia más en los fundamentos doctrinales y la teología que han sido desarrollados por el pueblo de Dios a través del tiempo.
Por ejemplo el credo de Nicea ha servido como fundamento doctrinal de la iglesia por muchos siglos y ha permanecido inmovible como testimonio del desarrollo doctrinal de la iglesia. El estudio de las corrientes eclesiales y teológicas de la iglesia a través de la historia ayuda al intérprete a entender el fundamento doctrinal y el pensamiento histórico del cristianismo.
La historia del pueblo de Dios
En la historia de la influencia de la Escritura sobre el pueblo de Dios se observa un alto contenido de verdades, dogmas, principios y símbolos que han sido archivados en la tradición.
Lógicamente la tradición, vista desde una perspectiva meramente humana está enmarcada dentro de un contexto diverso de acciones y decisiones tomadas en diferentes generaciones y contextos humanos. Para entenderla hay que analizarla en el contexto histórico en que se dio.
La historia del pensamiento cristiano
En la interpretación objetiva de la Escritura es necesario estudiar la historia de la tradición y el pensamiento histórico del pueblo de Dios. Hay verdades que fueron descubiertas hace mucho tiempo y no pueden ser ignoradas por el intérprete de hoy. Los símbolos y significados encontrados en el pasado poseen un gran valor para los que buscan evidencia histórica de la fe en el pasado.
El equilibrio entre la interpretación histórica de la tradición y la revelación de hoy conducen a una verdad revelada saludablemente para la necesidad y la realidad contemporánea.
La Autoridad de la Comunidad de Fe en la Interpretación de la Escritura
Este elemento en el método integrador está basado en la experiencia y el consejo de la iglesia. Una interpretación saludable de la Escritura necesariamente reconocerá el valor de la autoridad espiritual en la comunidad de fe, la asamblea de creyentes o la congregación misma.
La iglesia tiene un orden claramente establecido y es deber de los creyentes honrar dicho orden, eso mantiene relaciones saludables y permite que todos los miembros se ubiquen en el lugar que el Espíritu Santo les ha señalado en la congregación.
El examen de los creyentes
La comunidad de creyentes tienen la autoridad para evaluar la revelación que ha sido propuesta por un grupo o uno de los miembros de la comunidad. La sabiduría del grupo establece un balance con todos los elementos propuestos anteriormente y decide si la interpretación es correcta o no. Esto último fue establecido por el Apóstol Pablo para evitar desorden y desobediencia en las congregaciones (1 Corintios 14:29). El examen de la comunidad de fe es necesario para mantener el orden y la salud de la iglesia.
La aprobación de la iglesia
Al igual que Cristo Jesús y la Escritura misma, la iglesia también tiene una naturaleza divina y otra humana. Contrario a lo que enseña el dualismo, estas naturalezas son una constante en la revelación de Dios a la humanidad. Es Dios mismo quien decide irrumpir en la sociedad humana haciéndose accesible a través de la Escritura, visible en Jesucristo; además, revelado y entendido por medio del Espíritu Santo.
La iglesia por lo tanto, tiene la mente del Espíritu Santo, quien le guía a toda verdad (Juan 16:13) y es capaz de decidir conforme a la mente de Cristo en cuestiones relacionadas con la interpretación y la aplicación de la Escritura, en la comunidad de fe.
Obediencia y sumisión a la autoridad espiritual
La obediencia y sumisión a la autoridad del gobierno de la comunidad de fe es indispensable en la aplicación del método integrador. El concepto de membresía cultiva la actitud de sumisión, en la que la salud del grupo o el beneficio de la comunidad es capital.
En las comunidades hispanas se enfatiza la importancia de someter todo asunto al consejo de la comunidad de fe a fin de encontrar equilibrio en el propósito de todo aquello que afecta al grupo o a un miembro del mismo.
Un ejemplo de la interacción dinámica en la interpretación de la Escritura con la participación de estos cuatro agentes se encuentra en el capítulo 15 del libro de los Hechos de los Apóstoles. Veamos cómo se dio esa acción en la iglesia novo testamentaria.
La Práctica del Método Integrador en la Escritura
Durante el concilio de Jerusalén, los creyentes se reunieron para resolver un asunto teológico muy fundamental.
El tema era—la salvación por medio de las obras de la ley o la fe solamente. El capítulo 15 del libro de los Hechos, sirvió como modelo para que los líderes de la iglesia utilizaran el método de interpretación que incluyera cuatro elementos básicos en la interpretación: (1) La dirección del Espíritu Santo, (2) la autoridad de la Escritura, (3) el testimonio histórico de la tradición y (4) el consenso de comunidad de fe. Hechos 16 describe una reunión donde se registra que la decisión del concilio fue una respuesta corporal e integral con relación al asunto de la admisión o no, de los gentiles a la plena comunión de la iglesia. Como resultado, Santiago pudo declarar con solvencia, “nos ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros” (v.28). Los participantes del concilio de Jerusalén tenían certeza de la dirección y la autoridad del Espíritu Santo en sus decisiones. Esto mismo es lo que determina la actividad central del Espíritu Santo en la tarea hermenéutica y en toda la vida de la iglesia en general.
Además, durante esa reunión el concilio apeló a la centralidad de las Escrituras, la dirección del Espíritu Santo en la experiencia de la fe, el testimonio de la tradición y la historia del pueblo de Dios y el uso de la razón consensuada de la comunidad de creyentes. Santiago dijo con plena certidumbre que la Escritura concordaba con el reporte misionero y el argumento de Pedro; y que todos los profetas, particularmente Amós, incluían a los gentiles en la familia de la iglesia, según el propósito eterno de Dios (vv. 14-18: cf. Amos 9:11-12). Por su parte, Pablo y Bernabé también presentaron su reporte de campo y contaron su experiencia misionera en la predicación del evangelio entre los gentiles (v.12). Pedro les recordó a los miembros del concilio sobre su llamado personal de predicarle a los gentiles, particularmente con lo acontecido durante su visita a la casa de Cornelio y sus amigos (vv. 7-11). Pero también es bueno señalar acá, que Santiago igualmente apeló e hizo uso del testimonio de la tradición cuando le pidió a los gentiles que observaran por lo menos aquellas cuatro prohibiciones basadas en la ley (vv. 20-21; cf. Lev. 17:8, 10-12, 13; 18:6-23). Pedro agregó, que los gentiles deberían ser aceptados en el seno de la iglesia, debido la santificación por la fe y el derramamiento del Espíritu Santo que también ellos habían experimentado (vv 8-11). De igual manera, Santiago volvió a argumentar con base en la ley y la tradición, que a los gentiles no se les requiriera la práctica de la circuncisión (vv. 13-21). Obviamente, fue bajo la dirección del Espíritu Santo como el concilio estuvo en común acuerdo y tuvo un final positivo para la iglesia.
Así queda claro que el método que funcionó en la Escritura fue integrador. Incluyó la Palabra de Dios con la dirección del Espíritu Santo, el testimonio de la historia y la tradición, y la confirmación de la comunidad de fe. Este mismo método de interpretación integrador puede ser aplicado en todas las comunidades cristianas hoy, particularmente en la hispana, donde dicha metodología podría funcionar adecuadamente y servir como puente en la diversidad de posiciones teológicas entre los hispanos.
La Práctica del Método Integrador en la Iglesias
Ejemplos prácticos del uso del método de interpretación integrador se observa continuamente en un gran número de iglesias contemporáneas. Por lo general, todo asunto, sea éste doctrinal, espiritual, ético o de carácter congregacional, es sometido en oración, bajo la dirección del Espíritu Santo, primeramente a la autoridad examinadora de la Palabra. Seguidamente se consulta a la sabiduría de los ancianos de la iglesia para asegurarse que la interpretación de la Escritura, y los estatutos—doctrina, reglamentos, tradición—observados en la vida práctica de la iglesia, mantienen su lugar y que todo está en orden.
Esto ayuda a mantener un balance sano en todas las áreas, sean éstas espirituales, organizacionales, éticas, sociales, o simplemente asuntos que tienen que ver con una buena comunicación.
Por lo general, en casos difíciles, los creyentes buscan la dirección del Espíritu Santo antes de proceder. Esta acción crea una conciencia espiritual que se manifiesta en una actitud de reverencia y humildad. Luego proceden a examinar el caso a la luz de la Palabra de Dios para observar si existe algo que sea confirmado o contrario a los principios de la Escritura. En ambos pasos se recurre a la sabiduría y a la admonición de los que presiden en la congregación. Estos juzgan si el juicio es correcto o incorrecto, si contradice o no el orden espiritual, bíblico y eclesial. En cada congregación hay un orden que tiene su base en estatutos denominacionales que han sido establecidos para mantener el orden en la iglesia. En algunos casos se tiene que recurrir a la investigación histórica de antecedentes previos para conocer como se manejó el asunto en generaciones anteriores o en situaciones históricas parecidas. Esta dinámica permite que el asunto sea resuelto correcta y consistentemente y que al final todas las partes involucradas queden satisfechas con las decisiones tomadas por la congregación. Este método es integrador porque involucra a todos los agentes necesarios que dan fe de una interpretación completa, balanceada y total.
Acá es necesario aclarar, que este método integrador, en realidad, no es nuevo, en la vida práctica de la iglesia ya ha sido o se ha venido practicado empíricamente en los círculos eclesiales, especialmente en aquellos donde la interpretación del texto no ha sido tan estricta o rigurosa. Así que esta concepción metodológica no es nueva. Lo que hago acá, más bien, es organizar metodológicamente lo que ya se ha venido practicando desde hace mucho tiempo atrás. Por ejemplo, los intérpretes pentecostales del siglo XX introdujeron formalmente al campo de la hermenéutica al método neumático. Desde esa plataforma el método neumático se convirtió en la herramienta más utilizada por las iglesias contemporáneas en la interpretación de la Escritura. No obstante éstos fallaron al no tomar en cuenta el valor del testimonio ofrecido por los precedentes históricos de la interpretación y las tradiciones históricamente observadas por el pueblo de Dios. Para compensar esa deficiencia algunos intérpretes contemporáneos además del uso del método neumático, se han apoyado en el método inductivo para la predicación y también han utilizado, empíricamente, los recursos de la historia y la tradición para confirmar la certeza de dicha interpretación. De esa manera es como surge la necesidad de organizar al método integrador, el cual es necesario para justificar el uso adecuado de todos los agentes que toman parte en el trato responsable del texto bíblico.
Sobre el Autor:
Miguel Álvarez, PhD (Oxford Centre for Mission Studies), es Director de Ministerios Hispanos de la Iglesia de Dios en el estado de Virginia y profesor de teología y misión en la Universidad Regent de Virginia Beach, Virginia, Estados Unidos.