LOS ASESINOS DEL MINISTERIO

Jesucristo dijo que EL LADRÓN vino a robar, matar y destruir (Juan 10:10) y que además de ese infame propósito fue ‘homicida desde el principio’ (Juan 8:44). Ese ladrón, homicida y ‘padre de mentira’ (Juan 8:44) busca aniquilar el ministerio que el PADRE te dio. Por eso, te presento hoy algunas de las formas que ese asesino toma para engañarte y hacer presa de ti. Mira las diapositivas que te obsequio a continuación y úsalas con sabiduría (Haz clic en el enlace para acceder).

TRABAJA LA PASTORAL

¿Cuál es el trabajo principal de un pastor cristiano -cualquiera sea su nacionalidad, edad, trasfondo socio-económico- ya sea de una denominación o independiente?

– No es construir edificios, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es idear estrategias de evangelización, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es asumir puestos de liderazgo en su denominación, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es tener programas de radio o televisión para compartir el evangelio, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es crear o dirigir colegios, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es dictar clases en seminarios teológicos, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es escribir libros para ayudar a las personas, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es levantar proyectos sociales que afecten positivamente a su comunidad, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es impartir conferencias nacionales o internacionales, si bien eso no es malo, es muy bueno.

– No es fundar iglesias locales en diferentes lugares, si bien eso no es malo, es muy bueno.

Todo lo anteriormente mencionado NO ES MALO, no es anti-bíblico, es más, contribuye a la Obra de Dios y debe hacerse. Pero ese no es el trabajo principal de un pastor/a. El trabajo de un pastor o pastora es éste: «Cuidar, alimentar y guiar a las personas que Dios les dio para que pastorearan». De hecho la palabra pastor proviene del hebreo ra’ah y del griego poimén, ambos conceptos significan lo mismo: ‘Cuidar, alimentar y guiar a un rebaño’. Este concepto lo entendían muy bien los israelitas del A.T. pues su contexto campesino y como criadores de ganado ovino y caprino lo permitía, es más, los judíos peregrinos veían a Jehová como ‘el Dios pastor’… el que los cuidaba de todo mal, el que les proveía alimento, el que los guiaba a Tierra Prometida (Salmos 23, Salmos 80:1; Génesis 49:24; Salmos 95:7; Salmos 79:13; Ezequiel 34:31). Y ese mismo rol asumió Cristo cuando dijo a los discípulos: «Yo soy el pastor, el buen pastor da su vida por las ovejas» (Juan 10:11-16).

Ya que hemos definido que el trabajo principal del pastor o pastora es cuidar, alimentar y guiar a las personas que han sido puestas bajo su cuidado, ¿cómo se hace esto? Os diré cómo, en base a las preguntas realizadas a varios ministros de larga data. Sus respuestas podrán parecer simples -sobre todo paras quienes están acostumbrados a hacer mucho, los trabajólicos pastorales-, pero son contestaciones cargadas de experiencia.

SE CUIDA, ALIMENTA Y GUÍA A UN REBAÑO DE PERSONAS…

– Enseñándoles la Palabra de Dios (por medio de predicaciones o estudios) de manera sencilla, fácil de entender y de forma práctica, para que el feligrés aplique las verdades en su día a día.

– Visitándoles periódicamente (pero sin cansarles). Los miembros agradecen en sobremanera cuando su pastor los visita, porque eso demuestra interés, amor genuino.

– Llamándoles por teléfono (que es mucho más efectivo que solo enviarles un mensaje). La voz del pastor es apreciada por sus ovejas, sobre todo cuando se las llama para preguntarles ‘¿cómo estás?’ y la infaltable forma de concluir la llamada: ‘Oremos’.

– Orando por los feligreses uno por uno -por su nombre-, o cuando la iglesia es muy grande (el rebaño ha crecido), orando de manera general pero con igual pasión que hacerlo por individuo. Pidiendo a Dios los cuide, los libre de males, los sane, les provea para sus necesidades.

– Ayudándoles materialmente (cuando sea posible), por medio de víveres, dinero, o pagando tratamientos médicos, becas para estudiantes, ayudándolos a conseguir muebles para sus casas cuando le necesidad lo amerite.

– Aconsejándoles de manera sabia, y con solidez en la Palabra, para que las vidas de los feligreses sea encaminada en la Verdad de Dios.

– Disciplinando a los que se descarrían o están comportándose de manera que empañen su testimonio, o reprender a aquellos hermanos y hermanas que están causando problemas en la iglesia. Atender esto a tiempo evitará problemas más grandes en el futuro.

Estas siete formas de cuidar, alimentar y guiar a las personas puede parecer simple (ya lo dijimos), pero en realidad es bastante profundo y demanda mucho tiempo del ministro… de aquel que en verdad se dedica a pastorear. El problema es que muchas veces drenamos nuestra energía en ‘las horas extras’ (construir edificios, levantar colegios, fundar iglesias, asumir liderazgos denominacionales, etc.) siendo que lo que deberíamos hacer es, vuelvo a insistir, ‘CUIDAR, GUIAR, ALIMENTAR’ la grey encomendada. Todo lo demás son añadiduras al santo oficio pastoral, pero no su esencia. Por eso los apóstoles reclamaron a la comunidad de Jerusalén al decirles: ‘Entonces los apóstoles llamaron a todos a una reunión, y allí dijeron: —Nuestro deber principal es anunciar el mensaje de Dios, así que no está bien que nos dediquemos a repartir el dinero y la comida’ (Hechos 6:2). Los apóstoles «la tenían clara», y así lo hicieron. Se dedicaron a su oficio apostólico: Ir a predicar el evangelio y fundar comunidades de fe (no eran pastores).

PASTOREEN DE BUENA GANA

Para terminar este incipiente artículo (me hubiese gustado darles más), me remito a lo que Pedro declaró inspirado por el Espíritu Santo: «Pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo» (1ª Pedro 5:2). ¡Wow! San Peter sabía de lo que estaba hablando, el pastorado es un trabajo santo que involucra el velar por las almas encomendadas, y esto debe hacer de buena voluntad (no a la mala), no motivados por el dinero o los beneficios que del oficio pastoril se pueden obtener, sino por un deseo sincero, ¿cuál deseo? Obedecer a Dios, pues es Él quien nos llamó a esta vocación, por tanto debemos hacerlo bien pues, ‘de todo hay en la viña del Señor’ (decía mi abuelita), y tenía razón: En la Obra de Dios hay pastores de excelencia: muy buenos trabajadores, que hacen ‘bien la pega’; y hay pastores que dejan mucho que desear: no trabajan la iglesia, no visitan a su gente, no llaman a sus feligreses, no enseñan bien, no predican con sabiduría, no atienden a los miembros de su iglesia. Quizá son buenos ‘en las añadiduras pastorales’ pero no en la esencia de su oficio (el que entendió, entendió).

Por eso el apóstol Pablo le decía a su joven aprendiz de pastor: «El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero» (2 Timoteo 2:6); o sea, ‘si quieres disfrutar de la cosecha debes hacer un buen trabajo previo’. Sin trabajo no hay resultado, y eso aplica a cualquier oficio o profesión, la pastoral no es excepción.

El asunto es simple, si usted como pastor/a trabaja bien la pastoral, la iglesia encomendada crecerá de acuerdo al crecimiento que el Señor quiere darle.

FINALMENTE…Amado pastor, pastora, su principal trabajo es cuidar, alimentar y guiar a las personas que el Señor ha puesto a su resguardo. No se entretenga con otras cosas, más bien recuerde siempre para qué fue llamado… a pastorear, lo demás pertenece a ministerios asociados a la pastoral, pero no es pastoral.

by Gabriel Gil, 24 años de pastor y aún estoy aprendiendo

¡ESTAD ALERTAS!

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La palabra alerta tiene una etimología muy similar a la de alarma (¡a las armas!). Viene del italiano all’erta… ¡a la erta! Erta es el participio femenino del verbo italiano ergere (erguir, levantar), que viene del latín erigere y significa subida. Era una orden de subir la atalaya (subir a lo alto de la torre de vigilancia), para ver si venía algún enemigo. Por tanto, alerta indica algún estado de vigilancia o de atención, también se dice que hay que estar atento, cuidadoso y observador o vigilante.

Situaciones en las que hay que estar Alerta

«Estad alerta, permaneced firmes en la fe, portaos varonilmente, sed fuertes» (1ª Corintios 16:13).

El apóstol Pablo nos dice algo muy cierto, debemos estar en estado de alerta porque el enemigo está presto a derrotarnos, siempre y cuando se lo permitamos. Por eso, estemos alerta en las siguientes situaciones:

1ª Después de una Victoria: Cuando experimentamos logros ya sea una venta abundante, la culminación de una carrera, cerrar un trato exitoso o haber predicado un sermón poderoso, tendemos a ‘complacernos’ como una forma de premiarnos. Y eso está bien pues nuestro organismo experimentó un desgaste extra en el proceso de conseguir la meta, por tanto necesita recuperarse. Solemos hacerlo compensándonos a nosotros mismos de maneras que aveces no sospechamos. Hay compensaciones que son sanas (dormir profunda y plácidamente, ir de paseo con la familia, comernos ese postre que tanto nos gusta, ver nuestra serie favorita, etc.), pero en otras las compensaciones son erróneas… nos damos licencia para pecar o bajar la guardia con aquello que sabemos estamos luchando, y entonces caemos ¡justo después de ese gran logro! (ver pornografía, fumarnos un cigarro, beber un vaso de Whisky, ‘contemplar a Betsabé duchándose’, etc.). Cuando esto sucede nos frustramos, nos enojamos con nosotros mismos y nos auto-exiliamos, nos sentimos culpables. El caso de Sansón es típico, experimentó no una sino varias victorias (desgarró a un león, mató a soldados opresores del pueblo, se burló de los filisteos no una sino varias veces; así que se dió permiso para ‘ir más allá’ de lo que debía y se dejó seducir por su debilidad, el sexo opuesto (Dalila se dio cuenta de esto y se aprovechó). El resto de la historia ya la sabemos.

2ª Cuando estamos Cansados de tanto Luchar: Al experimentar estados de cansancio prolongados por estar batallando contra una enfermedad, una carencia financiera, demasiadas tareas académicas, un drama familiar o un vicio que no nos deja, el cansancio se apodera de nosotros (y con él la decepción, el estrés, la frustración), entonces bajamos la guardia… estamos tan agotados de luchar que nuestros brazos caen y nos hacemos vulnerables a las acechanzas del enemigo, quien ‘ni tonto ni perezoso’ viene a hacer de las suyas en nuestras vidas dejándonos tirados a orillas del camino. Un caso bíblico de esto lo encontramos en Elías quien batalló durante todo su ministerio contra Baal, Aserá, Moloc y los dioses que Jezabel había introducido a Israel. El profeta bregó para que el pueblo se volviera a Jehová, luchó contra la idolatría enfrentándose para ello al mismo rey Acab quien llegó a odiarlo hasta la muerte. Tal era su cansancio que en su emblemática pelea con los profetas baalicos -logrando vencerlos-, Elías huye desesperado al desierto cuando escuchó las amenazas de la reina y allí, en la soledad del árido destierro añoró la muerte. ¿Por qué quiso morirse? Porque el cansancio de toda una vida le hizo perder el estado de vigilancia. El cansancio es peligroso porque nos deja débiles y por tanto sin fuerzas para combatir, prestemos atención a esto; es preciso entonces hacer altos en nuestro peregrinaje para descansar, tomar nuevos aires y seguir caminando, de no hacerlo corremos peligro de muerte.

3ª Al marchar todo bien: ¡Qué curiosas criaturas somos los humanos! Luchamos toda la vida por lograr y vencer, y cuando todo lo hemos obtenido (la vida de nuestros sueños, las vacaciones doradas, una jubilación de lujo, una estancia financiera privilegiada, un carro último modelo, etc.) nos volvemos complacientes con nosotros mismos. Ya no oramos como antes, ya no pedimos como antes, ya no acudimos a Él como antes… lejos quedaron aquellas madrugadas cuando de rodillas le pedíamos ayuda para vencer la vida. Ahora la vida buena que llevamos hace que nos pongamos gordos, cómodos, con una vida espiritual mediocre, distantes de las disciplinas espirituales. ¿Por qué nos ocurre esto? Porque nuestra vida marcha bien… ¡qué error más colosal! Pues es ahí -en la complacencia- cuando el enemigo nos tumba como nunca antes lo había hecho (por eso solemos escuchar de grandes ministros que estando en la cúspide de su ministerio cayeron bajo, y con errores de novatos que sorprenden). Tal fue el caso del rey David, quien habiendo consolidado su reino, teniendo un prestigio ganado y contando con el favor de todo el pueblo cayó de manera tan estrepitosa que hasta el día de hoy su pecado es considerado vergonzoso, incluso por los más desvergonzados: Tuvo sexo con una mujer a la cual espió mientras se bañaba, la embarazó, quiso hacerle creer al esposo de ésta que era su hijo y como no pudo lo mandó asesinar, luego se quedó con ella y la hizo su esposa. ¿Cuando ocurrió esto? cuando caminaba por su balcón, mientras sus soldados luchaban en el frente de batalla, pero él miraba el cuerpo desnudo de esa mujer que lo hizo caer.

4ª Experimentar estados de Tristeza profundos: La tristeza es un sentimiento que todos experimentamos, suele ser pasajera y es normal que la sintamos (lo anormal sería nunca estar tristes), pero hay un cuadro atípico muy peligroso, la tristeza prolongada (algunos le llaman depresión). Ese tipo de tristeza produce un caldo de pensamientos negativos, emociones desgastantes, arranques de ira, enojos, decepciones y frustraciones que hacen que no queramos más de la vida. Pero de pronto la tristeza se disipa, solo por un momento, entonces viene todo lo contrario, un golpe de adrenalina que hace que nos disparemos a mil por hora… nos alegramos, nos contentamos, el ánimo sube, pero es momentáneo y por tanto una ilusión. Pero es en esos golpes de falsa alegría -producto de la mucha tristeza-, cuando cometemos errores garrafales que no los cometeríamos si estuviésemos en nuestros cabales; no nos damos cuenta pero es la tristeza profunda quien nos hace perder la alerta. Un caso bíblico es el del rey Ezequías, quien después de haber experimentado años de angustia por la opresión de los asirios, quienes incluso llegaron a sitiar Jerusalén en el 701 a.C., experimentó una alegría momentánea al verse librado de ellos por la intervención divina. Estando contento permitió a los embajadores de Babilonia (un imperio que se estaba levantando y que sería enemigo acérrimos de Judá) ingresar a Jerusalén a quienes mostró el palacio, el templo y todos los tesoros… ¡que acción más torpe! pues luego serían los mismos babilonios quienes esclavizarían a Judá, Jerusalén y a todos los judíos. Ezequías falló, su ‘tristeza-alegría-tristeza’ condenó a todo el Reino del Sur.

Resumen

Victorias, cansancio, la buena vida y tristeza son situaciones en las que el enemigo se presenta para tumbarnos, es entonces cuando debemos subir a la torre de vigilancia espiritual y estar alerta de lo que está sucediendo en nuestro interior, pues es allí, no afuera, donde se libra la batalla.

  • Cuando experimentemos victorias aprendamos a regocijarnos y celebrar los logros de manera sana, pero no a darnos licencias para pecar (cada cual sabe su pecado), porque de hacerlo experimentaremos la vergüenza de nuestros actos.
  • Cuando el cansancio venga producto de tanto luchar, hagamos altos para estar solos, y llorar delante de Dios. Pidámosle con ‘desespero’ que no nos deje, que no nos suelte -menos aún estando cansados- porque somos vulnerables al enemigo. Pero además detengamos la marcha y descansemos.
  • Cuando las cosas marchen bien, volvámonos con más fuerza a Dios para agradecerle. No nos convirtamos en «obsesos espirituales», en cambio seamos ‘atletas del Espíritu’; entre mejor nos vaya, más santos seamos… así el enemigo no podrá hacernos zancadillas.
  • Cuando la tristeza sea mucha y el gozo del Señor desaparezca, es tiempo de detenernos por completo pues es el estado más peligroso de los cuatro que he mencionado. Saquemos tiempo para ir a Dios y allí, en su presencia, pedirle su consuelo. Y por supuesto, no tomar decisiones importantes en estos períodos.

JESUCRISTO DIJO: «Estad alertas y velad…» (Marcos 13:33). Él sabía que el enemigo es como un león rugiente que busca a quien devorar (1ª Pedro 5:8). ¿Y a quién cree usted que devorará? A los que están débiles, a los que se quedaron atrás, a quienes bajaron la guardia, a aquellos que no subieron a la torre del atalaya y por tanto no vieron cuando sus pecados, malos hábitos, fantasmas del pasado y luchas internas -que todos tenemos- asomaron para entrar en nuestro refugio.

Pero, ¿cómo estar alerta, de manera práctica?

Les doy diez consejos

  1. No descuide su vida espiritual: Ore mucho, lea la Biblia constantemente, escuche música que nutra su espíritu, escuche la Palabra, asista a la iglesia regularmente, pase tiempo con personas espirituales que lo ayuden a resistir.
  2. Evite personas, situaciones, cosas, imágenes, sonidos y olores que provoquen en usted debilidad. No diré más, «el que tiene oídos que oiga».
  3. Duerma lo suficiente: Siete u ocho horas por noche lo ayudarán a reponer fuerzas, y por tanto a luchar con más energía. Un soldado con falta de sueño es presa fácil del enemigo (esto es algo que descuidamos todo el tiempo).
  4. Coma saludable y tome harta agua: Un cuerpo bien alimentado e hidratado será ‘mejor templo’ para el Espíritu Santo y por tanto podrá resistir los embistes del diablo. Esto no parece muy útil, pero créalo, ¡lo es!
  5. Tenga tiempos a solas con Dios: Jesús lo hacía constantemente, él descubrió que su energía no dependía de sí mismo, sino de su relación con el Padre. Además, pasar tiempo a solas ayuda a poner las ideas en orden y calmar nuestro interior.
  6. Emita gritos de advertencia: Al igual que los atalayas de la antigüedad que debían dar voces de alarma cuando divisaban al enemigo, usted al sentir que el pecado asoma (uno lo percibe en su interior), grite comandos a su mente y dígale: ¡Prepárate, te van a atacar, pero con la ayuda de Dios vencerás! Lo mismo puede hacer con su cuerpo, ¡dele la orden de estar firme! Mente y cuerpo obedecerán a la advertencia.
  7. Sea disciplinado: Orden, metodología y limpieza, son hábitos que ayudan a reforzar nuestro sistema de alerta. Tenga horarios y respételos; limpie su casa-oficina-taller (el enemigo camina en la suciedad) y sea metódico, lea, capacítese, mantenga su mente ocupada en cosas productivas.
  8. Rompa pensamientos negativos con la Palabra: Cuando vengan pensamientos negativos a su mente (los cuales le llevarán a caer), párelos de golpe usando versículos bíblicos. Recítelos en voz alta… ¡funciona!
  9. Desvíe la mirada: Si usted lucha con el sexo opuesto (el que entiende, entiende), acostúmbrese a voltear la mirada cuando algo en él o ella le haga tambalear (un escote pronunciado, un pantalón muy ajustado). No pelee, solo desvíe la mirada.
  10. Sea humilde y conozca sus puntos débiles: Todos conocemos nuestras debilidades, si no es así debería hacerlo. Entonces al saber cuáles son sus flaquezas podrá orar en esa dirección, o estudiar el origen del porqué es débil en ciertas áreas para fortalecerlas. El conocimiento es poder.

Conclusión

¡A LAS ARMAS! No seamos complacientes, no nos durmamos en los laureles, porque nuestro adversario es temible e incansable. ¡REFORZAD LOS MUROS! Porque de no hacerlo acabaremos siendo ejemplo a las futuras generaciones de ‘qué les pasaría si se adormilan como nosotros’.

¡Ayúdame Señor a estar alerta en todo tiempo!

by Gabriel Gil
Cuidado Pastoral para Pastores

TELETRABAJO PASTORAL

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Debido a la cuarentena que por estos días estamos viviendo nos hemos visto obligados a guarecernos en nuestras casas, lo que para muchos ‘hiperquinéticos-extrovertidos’ ha sido un grave problema… ¡parecen leones enjaulados! Los ministros del evangelio no son la excepción, varios se han visto afectados por esto del «síndrome del encierro». En los siguientes tres artículos pueden encontrar excelentes recomendaciones para manejar los síntomas y reconocerlos a tiempo, escritos por profesionales de la salud:

1. Cuarentena: Cómo manejar la ansiedad en el encierro https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/cuarentena-como-manejar-la-ansiedad-en-el-encierro/G5NRZIVIQVFFBLE6Q32EWI2I2I/

2. Cuarentena total: Cómo el encierro afecta psicológicamente a las personas https://www.infobae.com/america/tendencias-america/2020/03/23/cuarentena-total-como-el-encierro-afecta-psicologicamente-a-las-personas/

3. Síndrome de cautiverio: https://www.msdmanuals.com/es-cl/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-nerviosas/coma-y-alteraci%C3%B3n-de-la-consciencia/s%C3%ADndrome-de-cautiverio

TELETRABAJO, ¿QUÉ ES?

El teletrabajo, o trabajo a distancia, permite trabajar en un lugar diferente a la oficina. El trabajo se realiza en un lugar alejado de las oficinas centrales o de las instalaciones de producción, mediante la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs). ​

Es el trabajo realizado a distancia utilizando las TICs (tecnologías de la información y comunicación) para vender productos y servicios al mundo. Las TICs necesarias para estas tareas son básicamente Computadora, Internet, celular y cámara digital, entre otras. Dentro de Internet se engloba principalmente la navegación web y el correo electrónico. Y, según el caso, blogs, sitios web, software de traducción, mensajería instantánea (chat) y telefonía IP (voIP).

  • La Organización Internacional del Trabajo define el teletrabajo como una forma de trabajo que se realiza en una ubicación alejada de una oficina central o instalaciones de producción, separando al trabajador del contacto personal con colegas de trabajo que estén en esa oficina y como la nueva tecnología hace posible esta separación facilitando la comunicación.

¿APLICA ESTO AL TRABAJO DE UN PASTOR CRISTIANO?

Antes de responder tan interesante pregunta debemos entender que pastorear es un trabajo, uno vocacional por cierto, pero es un trabajo con todo lo que eso implica: horas laborales, tareas específicas, responsabilidades, remuneración, conquista de metas y por supuesto, todo esto para gloria de Dios y edificación de las personas a quien se sirve pues el pastorado «es un rubro de servicio», si me lo permiten plantearlo de manera ‘secular’.

De todas maneras no pretendo desarrollar con amplitud el trabajo que los pastores cristianos realizan, para eso escribí años atrás un artículo al que titulé: «Manual de Funciones para pastores», bastante completo por cierto (https://gabrielgila.wordpress.com/2015/06/17/manual-de-funciones-para-pastores/). Pero sí diré que:

“Pastor cristiano, es una persona designada por Dios para cuidar, alimentar y guiar a los feligreses de una iglesia local, procurando hacer de sus seguidores y de él mismo discípulos de Cristo, personas que aporten a la construcción de un presente y futuro mejor de la sociedad” (Rogelio Nonini, Tarea Pastoral).

ENTONCES… ¿cómo hacer teletrabajo pastoral? Nuestro trabajo no se concentra 100% en una oficina, sino que se reparte entre labores de escritorio, administrativas y de campo, y esto último se entiende por: Visitas a los hogares, consejerías, asistencia en los hospitales, cárceles, orfanatos, preparación de los servicios litúrgicos dominicales, bodas, entierros, bautismos, preparar y dar estudios bíblicos a la congregación, otros. Los pastores realizan bastantes labores fuera de su oficina, ¿cómo entonces realizar teletrabajo?

He aquí algunos consejos prácticos, nada complejos, que pueden ser realizados por quienes tienen deseos de ser ayudados en esta área, esa es la intención de este autor:

  • Establece horarios: Hora de levantarse, de comer, de irte a dormir. No pienses que esta cuarentena es una época de vacaciones, aún dentro de casa debes redimir el tiempo ‘porque los días son malos’.
  • Ocupa el tiempo dentro de casa en labores productivas para ti: Has ejercicio físico, has ejercicio mental (lee un libro. Yo tengo varios de mi autoría, te recomiendo «De pastor a pastor», adquiérelo en mi tienda virtual Payhip: https://payhip.com/gabrielgil), capacítate (toma un curso on line), come sano (no engordes), duerme siestas (es algo que muchos no han hecho hace años), etc.
  • Dedica tiempo a tu vida espiritual, utiliza esta cuarentena como un retiro con el Señor: ora más, lee más tu Biblia, dedícate a estudiar a profundidad temas teológico-doctrinales, ayuna, pasa tiempo en silencio y a solas con Dios (dentro de lo que fuese posible).
  • Ordena la iglesia: revisa las cuentas, ordena el libro de membresía (si lo tuvieras), actualiza la base de datos de la congregación, pon atención a aquellos detalles administrativos que no podías atender antes por estar mucho tiempo ocupado, etc.
  • Ten reuniones virtuales con tu equipo de trabajo (pastores o líderes): convócalos a reunión para saber de ellos, motivarlos a orar, y por supuesto, a seguir realizando trabajos eclesiales desde sus casas. Pero sé moderado, hoy abundan las sesiones on line, no abuses, el cansancio de estas reuniones se está haciendo evidente ya.
  • Llama a tus feligreses: Dentro de tus posibilidades llama a tus congregantes, esto es mucho más potente que un mensaje por WhatsApp. Cuando un feligrés recibe una llamada telefónica de su pastor su día cambia para bien.
  • Organiza consejerías on line: Tus discípulos todavía necesitan ese consejo oportuno que solías darle ‘allá afuera’. Hazlo ahora por medio de las aplicaciones que permiten reuniones virtuales.
  • Realiza estudios bíblicos interactivos: No te limites a exponer el estudio bíblico de manera unilateral; procura hacerlo por medio de plataformas que permitan a tu audiencia preguntar, comentar, para que los participantes sientan ‘como si estuvieran en el templo’.
  • Plantéate metas alcanzables: Así mantendrás ‘al león enjaulado’ desestresado. Algunas metas pueden ser escribir artículos o un libro, escribir una canción, perfeccionar la habilidad de tocar un instrumento, levantarte de madrugada durante varios días seguidos a orar, etc. Perseguir metas nos mantienen contentos y con un sentido de propósito.
  • No descuides tu aseo personal y tu apariencia física: Quítate el pijama tan luego te levantes, vístete como si estuvieses en el templo o en visita pastoral, eso te ayudará a ‘sacarte la remolona’ de encima. Báñate, aféitate, perfúmate, ¡vístete para el rey!
  • Limpia tu oficina: Si cuenta con una oficina dedique tiempo a limpiarla, ordenarla, adornarla. Haga lo mismo con su biblioteca. Hacer esto ayuda a mitigar el estrés y le brinda un nivel de paz increíble… uno se siente útil.
  • Repara el templo, por dentro: Si en caso usted vive al lado del templo puede usar esta cuarentena para hacer reparaciones pequeñas dentro del edificio, no fuera. Así el tiempo volará y al final del día sentirá que ocupó la jornada de manera productiva.
  • No te acuestes tarde: Ver televisión hasta altas horas de la noche no contribuye al encierro, en cambio ‘te idiotiza’. Apaga la tele (en lo posible no veas), ocupa ese tiempo en cosas más productivas.
  • Prepara los cultos dominicales y otros con la misma excelencia como si fuesen presenciales: Reúnete con los músicos de la iglesia (on line), con los que trabajan en los servicios y fija las pautas de la transmisión. Y por supuesto, prepara tus sermones con pasión, academia y oratoria superior… ahora hay gente que no es de la iglesia que te está mirando y espera algo bueno de nosotros los cristianos.

AMADO PASTOR-A, con los consejos que acabo de darte (y los muchos que olvidé) tienes para llenar tu agenda diaria, aunque no se trata de activar por activar, sino de darle sentido a tus labores. Pídele ayuda a tus hijos o nietos, piérdele el miedo a las RRSS, has de las cámaras tus amigas y del internet una herramienta poderosa. Pero esto has de saber, el teletrabajo es tan duro como el trabajo presencial (lo digo por experiencia, llevo años en esto). Disciplínate, ocúpate y aprende.

Ánimo, la cuarentena pasará y volverás a salir para hacer lo que has venido haciendo por años; mientras tanto usa este encierro para perfeccionar tus técnicas pastorales, para acercarte más a Dios, para reflexionar la iglesia y ordenar lo que está un poco desordenado. Entonces cuando estés fuera tus feligreses verán que su pastor salió renovado y eso es algo que agrada a Dios, beneficia a tus discípulos y produce grandes dosis de satisfacción para uno mismo.

¡Te quiero sano!

by Gabriel Gil, Autor

PABLO, ¿EL HACEDOR DE TIENDAS?

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Se ha dicho por siglos que el apóstol Pablo no recibió ningún tipo de sustento financiero por su trabajo misionero, que él «fabricaba tiendas como forma de ganarse la vida». Pero tal afirmación no es del todo correcta. Lastimosamente ─y muy convenientemente para algunos─ se ha hecho de un versículo una doctrina que enseña que los que trabajan predicando-enseñando el evangelio no deben recibir ningún tipo de ayuda financiera, y que al igual que el apóstol Pablo deben trabajar ‘en lo secular’ para que así no sean carga para la iglesia. Pero los que afirman tal cosa desconocen el contexto socio-histórico del apóstol.

EL HACEDOR DE TIENDAS: UN VERSÍCULO CONTROVERSIAL

El mentado versículo es este: «Y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas» (Hechos 18:3). Para entender mejor es precioso leer los versículos anteriores y los posteriores, o sea, Hechos 1:1-5,

«1 Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. 2 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, 3 y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. 4 Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos. 5 Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo».

Vemos acá al apóstol llegando al final de su segundo viaje misionero (Hechos 15:36 – 18:22), arribando a Corinto, una ciudad importante del Imperio Romano, siendo una importante encrucijada de comercio y viajes. También fue una ciudad conocida por su hedonismo, inmoralidad y tacañería (nótese esto último, ya hablaré de eso). En los tiempos de Pablo, Corinto ya era una ciudad antigua. Era un centro de comercio con dos puertos y había sido durante mucho tiempo un rival de su vecino del norte, Atenas. Corinto era una ciudad con una notable reputación de libertinaje y especialmente de inmoralidad sexual… pero Pablo fundó allí una iglesia con la ayuda de dos locales, Aquila y Priscila, quienes eran judíos oriundos de Roma, expulsados por el emperador Claudio quien dictaminó en el 49 d.C. que todos los judíos debían salir de la ciudad capital por ser declarados disensiosos y no gratos para el imperio. Así fue como Aquila y Priscila, ya siendo cristianos, llegaron a instalarse a Corinto y para subsistir comenzaron su negocio de fabricar tiendas (o curtir pieles), a lo que Pablo se les unió porque conocía el oficio (no dice el texto ni hay pruebas históricas de que el apóstol se dedicaba a eso antes de su sociedad con este matrimonio, o que lo siguió haciendo después de haber abandonado Corinto). Pablo, como bien sabemos, era un académico (ex-miembro del San Edrin israelita) educado por el famoso maestro Gamaliel, poseía además doble nacionalidad, la romana y la judía. Gozaba de cierta aristocracia pues descendía de la tribu de Benjamín, pero no hay evidencia de que ‘se dedicaba a fabricar tiendas’ como forma de subsistencia. El que supiera fabricarlas no significa que ese era su trabajo. Los paulinologos (estudiosos de la vida de Pablo) sostienen que el apóstol se asoció a Aquila y Priscila como estrategia para ganarse su favor y atraerlos a la causa misionera (su sociedad comercial fue temporaria), y que cuando Timoteo y Silas llegaron desde Macedonia se dedicó de lleno a predicarle a los judíos que Cristo era el Mesías (Hechos 1:5), no menciona que hiciera esto a medio tiempo, sino a ‘tiempo completo’: «Después de que Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo pasó todo el tiempo predicando la palabra. Testificaba a los judíos que Jesús era el Mesías».

PABLO NO QUISO RECIBIR APORTE DE LOS CORINTIOS

Ahora bien, «Pablo parece haber tenido más problemas con la iglesia de Corinto que con cualquier otra. Uno de los problemas que él tuvo, fue específicamente que los corintios sospechaban que Pablo les quería sacar ventaja material. La iglesia primitiva, en respuesta a las enseñanzas de Jesús de vender lo que tenían y dar a los pobres (Lucas 12:32-33), solían vender sus propiedades y dar el dinero directamente a los Apóstoles, quienes se encargaban de repartir los fondos entre todos los que necesitaban (Hechos 2:44-45). Pero Pablo no quería que los Corintios piensen que él les mandaba tales cosas para su propio beneficio, ni que tales rumores pongan obstáculo al evangelio, así que rehusó aceptar sus bienes materiales aun cuando él enseñó que ‘es justo que el que haya alimentando a la gente con lo espiritual sea alimentado con lo material’. Esto lo vemos en 1ª Corintios 9:11-12» (Fuente: https://www.comovivirporfe.com/ensenanzas/dinero-y-avaricia/98-el-mito-de-hacer-tiendas)

Del pasaje mencionado arriba sacamos algunas conclusiones, pero antes leamos lo que dice: «11 Ya que hemos plantado la semilla espiritual entre ustedes, ¿no tenemos derecho a cosechar el alimento y la bebida material? 12 Si ustedes sostienen a otros que les predican, ¿no deberíamos tener nosotros aún mayor derecho a que nos sostengan? Pero nunca nos hemos valido de ese derecho. Preferiríamos soportar cualquier cosa antes que ser un obstáculo a la Buena Noticia acerca de Cristo».

  • Pablo nos enseña una verdad innegable: ‘El obrero es digno de su salario’. Y el trabajo espiritual debe ser reconocido no solo con honores, también con sustento financiero («Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza» 1ª Timoteo 5:17).
  • Pablo nos deja ver que los corintios ayudaban a otros predicadores o apóstoles, ¿quienes? No lo dice, pero la frase del verso 12 es bastante reveladora.
  • Pablo no quiso recibir nada financiero (monetario) ni físico (alimentos/ropa) de los corintios, por dos razones. La primera él mismo la declara: No quería que esto, recibir aportes de esa iglesia significara un obstáculo para que conocieran a Cristo. Y la segunda, si bien no la menciona, está implícita: La cultura de la ciudad (hedonista, inmoral, tacaña) había permeado a la iglesia… el apóstol no quería recibir nada de cristianos tacaños o por obligación.

¿CÓMO ENTONCES SE SOSTUVO EN CORINTO?

Afortunadamente hay bastante información para eso. Leamos lo que el mismo apóstol Pablo declara en 2ª Corintios 11:7-11, «7 ¿Estaba equivocado cuando me humillé y los honré al predicarles la Buena Noticia de Dios sin esperar nada a cambio? 8 Les «robé» a otras iglesias al aceptar sus contribuciones para poder servirlos a ustedes sin ningún costo. 9 Cuando estuve con ustedes y no tenía lo suficiente para vivir, no llegué a ser una carga financiera para nadie. Pues los hermanos que llegaron de Macedonia me trajeron todo lo que necesitaba. Nunca he sido una carga para ustedes y jamás lo seré. 10 Tan cierto como que la verdad de Cristo está en mí, nadie en toda Grecia me impedirá que me jacte de esto. 11 ¿Por qué? ¿Porque no los amo? Dios sabe que sí». Hagamos el mismo ejercicio que con el pasaje anterior, extraigamos algunas verdades reveladoras.

  • Pablo en este pasaje (todo el capítulo 11) defiende su apostolado y por tanto su trabajo. Algunos en la iglesia de Corinto (seducidos por el hedonismo) lo descalificaban, no creían que él fuese una autoridad eclesial.
  • Pablo les enrostra que nunca fue carga financiera ‘para ellos’, no para las otras iglesias (otras congregaciones sí lo apoyaban, lo veremos en las próximas líneas). Es importante distinguir esto pues el apóstol está regañando a los corintios, no a todas las iglesias. No dice que no depender económicamente de los corintios debe ser una norma… es una experiencia personal del apóstol, una desagradable experiencia por cierto (los corintios eran tacaños, por eso nunca quiso nada de ellos).
  • Pablo menciona claramente que otras iglesias lo apoyaron (con víveres, con vestidos, con dinero) mientras estuvo entre los corintios, específicamente la comunidad cristiana de Macedonia: «Cuando estuve con ustedes y no tenía lo suficiente para vivir, no llegué a ser una carga financiera para nadie. Pues los hermanos que llegaron de Macedonia me trajeron todo lo que necesitaba».

LA IGLESIA DE FILIPOS, LOS ‘SPONSOR’ DE PABLO

Pero así como Pablo rehusó toda ayuda de los corintios (por las razones que ya hemos visto), sí aceptó gustoso la ayuda de otra iglesia, la de Filipos. Esta congregación (cuya fundación aún está en disputa), se encariñó tanto con el apóstol que se convirtieron en sus patrocinadores, incluso cuando Pablo ya no estaba con ellos sino que se encontraba en viajes misioneros alrededor del Mediterráneo. En Filipenses 4:15-16 leemos: «15 Como saben, filipenses, ustedes fueron los únicos que me ayudaron económicamente cuando les llevé la Buena Noticia por primera vez y luego seguí mi viaje desde Macedonia. Ninguna otra iglesia hizo lo mismo. 16 Incluso cuando estuve en Tesalónica, ustedes me mandaron ayuda más de una vez». Este pasaje nos muestra la dadivosidad de los cristianos filipenses, ellos fueron quienes sostuvieron a Pablo por varios años, algunos afirman que cuando Pablo envió estos agradecimientos a esa iglesia ésta llevaba 10 años patrocinándolo.

TREINTA AÑOS DE SERVICIO, SOSTENIDO POR DIOS Y POR LOS HOMBRES

La vida del apóstol Pablo siempre ha llamado la atención. Innumerable libros se han escrito de él, cátedras teológicas se han impartido en torno a su pensamiento, su vida ha sido llevada a la pantalla grande y chica en varias ocasiones, y hasta la fecha aún hay muchos enigmas. Uno de ellos es cuantos años sirvió como misionero de Cristo. Fuentes serias dicen que no fueron más de 30 años, pues ya en el 67 d.C. fue decapitado por el loco emperador Nerón. Y durante estos treinta años Pablo fundó varias iglesias (dar un número exacto sería aventurarse demasiado), llegando a escribir trece epístolas (o cartas) para comunidades cristianas fundadas por él y a otras que ya estaban establecidas. Realizó al menos 3 viajes misioneros documentados y un cuarto inconcluso (aunque hay quienes dicen que sí llegó hasta el fin del mundo, para ese entonces España). Pudo además predicarles a doctos, campesinos, soldados, filósofos y hasta autoridades de gobierno… siendo el propio emperador uno de ellos. Pero, ¿cómo pudo realizar todo esto, financieramente hablando? Ciertamente Dios proveyó, pero lo hizo por medio de los hombres pues el dinero no cae del cielo, alguien tuvo que meterse la mano al bolsillo y donar para que la Obra siguiera; eso fue lo que ocurrió con Pablo. Él realizó la obra evangelizadora dependiendo de su Señor, pero éste movió los corazones de personas dadivosas que lo ayudaron con:

  • Hospedaje
  • Comida
  • Pasajes en barco
  • Ropa
  • Dinero en efectivo para comprar el pan diario
  • Logísitica, e
  • Insumos domésticos necesarios para el día a día.

Todo esto salió no solo de los filipenses, sino también de otros cristianos que vieron en él a un trabajador incansable que merecía ser apoyado, respaldado no solo con oraciones, sino también con dinero en efectivo pues a fin de cuentas, «el buen trabajador ─no el holgazán-sinvergüenza─, es merecedor de un salario digno».

by Gabriel Gil.
Para que este artículo sea entendido a cabalidad les invito a leer otros que van por la misma línea, y son:

  1. Cuánto debe ganar un pastor: https://gabrielgila.wordpress.com/2020/03/23/cuanto-debe-ganar-un-pastor/
  2. Cómo se sostuvo financieramente Jesús: https://gabrielgila.wordpress.com/2020/02/20/como-se-sostuvo-financieramente-el-ministerio-de-jesus/
  3. ¿Dad de gracia lo que de gracia recibisteis? https://gabrielgila.wordpress.com/2015/07/10/dad-de-gracia-lo-que-de-gracia-recibisteis-no-te-pases/
  4. Ser pastor ¿es un buen negocio? https://gabrielgila.wordpress.com/2019/03/19/ser-pastor-es-un-buen-negocio/

📌 Algunas Preguntas de Interés:

  • ¡¿Por qué los pastores cobran por predicar el evangelio?! Si Pablo sufrió hambre, persecusión, fue apresado y trabajó haciendo tiendas para no ser carga de nadie… ¿acaso ellos no deberían hacer lo mismo? Respuesta: A quienes les encanta repetir lo que acabo de citar aquí les va mi respuesta: «No entendieron nada -o no quisieron entender- este artículo». Lo cierto es que la ignorancia es atrevida. No hagamos de Pablo un modelo único, hubieron otros apóstoles además de él.
  • ¿Significa entonces que los pastores, misioneros, maestros de Biblia y quienes trabajan en la Obra de Dios deben dedicarse exclusivamente a eso? Respuesta: No he dicho eso, mi artículo tampoco lo afirma. Quienes puedan trabajar ‘en lo secular’ y además en las cosas de Dios, háganlo, pero no conviertan eso en una regla para todos. Hay quienes trabajan tiempo completo en la Obra y quienes a medio tiempo; los unos y los otros son instrumentos de Dios.
  • ¿Qué es mejor para un ministro, dedicarse de lleno a la Obra de Dios o parcial? Respuesta: Cuando un obrero de Dios está abocado 100% a la viña del Señor su trabajo rendirá más; por tanto siempre será mejor dedicarse de lleno a la Obra (sin desmerecer a quienes no pueden). Por eso la iglesia primitiva creció tan significativamente, porque sus primeros obreros se entregaban por completo a la iglesia. Esto sigue siendo un desafío para nuestros tiempos.
  • ¿Por qué no hacen como Jesús? Él no cobraba por predicar el evangelio. Respuesta: Jesús no cobraba, es cierto, pero necesitó -al igual que todo humano- de dinero ‘constante y sonante’ para sostenerse y solventar su ministerio. Mejor lean mi artículo: «¿Cómo se sostuvo financieramente el ministerio de Jesús?»
  • ¿Acaso la Biblia no dice ‘dad de gracia lo que por gracia recibisteis? Respuesta: Sí, la Biblia lo dice, pero muchos mal interpretan ese versículo. Les invito a leer mi artículo, «¿Dad de gracia lo que por gracia recibisteis? ¡No te pases!».
  • ¿Cierto que ser pastor es un buen negocio? ¡Se trabaja poco y se gana mucho! Respuesta: No saben lo que están diciendo, mejor no les respondo como se debe porque me acusarán de grosero; así que lean mi artículo «Ser pastor, ¿es un buen negocio?», y que sean mis investigaciones quienes respondan.

Querido Pastor: ¿POR QUÉ TUS TRANSMISIONES EN VIVO NO TIENEN MUCHOS USUARIOS VIÉNDOTE?

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Debido a la contingencia mundial que estamos viviendo y más específicamente a la orden de quedarnos en nuestras casas, la mayoría de las iglesias (por no decir todas) han debido trasladar sus servicios religiosos a plataformas virtuales para desde allí atender a sus feligreses, lastimosamente a no todas les ha ido bien con esta experiencia. Desde pocas visualizaciones en sus transmisiones hasta hackeos a sus predicadores (poniéndoles en ridículo), los líderes espirituales han debido sortear una serie de obstáculos a la hora de mantener una audiencia fiel.

DATOS IMPORTANTES A CONSIDERAR

Plataformas como Facebook y Youtube (las más usadas para transmisiones en vivo) tienen más de 4.200 millones de usuarios activos, en ellas se comparten a diario más de 5 mil millones de contenido a diario, y esto provoca unos 700.000 comentarios cada 60 segundos. Facebook y Youtube dejaron de ser el Continente Digital para transformarse en el Universo Virtual. Y es allí donde las transmisiones en vivo deben luchar con todos los que a la misma hora publican los más variados contenidos (pastor, no eres el único transmitiendo en vivo). A eso debemos sumar que el alcance orgánico de ambas aplicaciones es cada vez más reducido; por ejemplo, su usted tiene unos 1000 ‘amigos’ en Facebook, su transmisión será mostrada sólo a un 10% de ellos… solo tal vez, las cifras reales dicen que sus contenidos llegan a apenas un 4%. El resto de sus contactos jamás se enterarán de que usted transmitió (a menos que previamente los animes a estar alertas a cierta hora, eso funciona). ¿Por qué ocurre esto? porque usted publica de manera free, para hacer que sus contenidos lleguen a más personas Facebook y Youtube ‘le invitan’ a pagar.

LOS ERRORES COMUNES

Muchos pastores bien intencionados están cometiendo serios errores a la hora de transmitir sus cultos; ellos se han limitado a trasladar lo que hacían el domingo en el templo a la transmisión en vivo. Esto no resulta porque el usuario, el que está detrás de la pantalla, está buscando algo diferente.

Expertos en contenidos digitales como JÜRGEN KLARIC nos dicen que:

  • Las transmisiones tipo vídeo más exitosas son las que duran 3 minutos. Obviamente un servicio cúltico no dura eso, pero usted puede comenzar a enviar cápsulas a sus seguidores con mensajes de esperanza; al no durar más de tres minutos puede enviarlas incluso por WhatsApp (tanto en vídeo como en audio). WhatsApp es otra aplicación de uso masivo.
  • Una transmisión de vídeo de 15 minutos está condenada a tener pocos usuarios mirando, a no ser que el orador sea una figura pública reconocida a nivel mundial. Dante Gebel, Cash Luna, Joel Osteen, Joyce Meyer pueden darse el lujo de estar más de una hora transmitiendo porque sus iglesias locales superan con creces los 10.000 asistentes físicos, así que a la hora de subir un vídeo en vivo ya cuentan con una audiencia asegurada de no menos de 2.000 usuarios viendo. Usted no, por eso debe esforzarme aún más.
  • Los usuarios buscan calidad en las transmisiones. Esto quiere decir que las buenas intenciones de los pastores no bastan, los usuarios castigan aquellos vídeos con mala iluminación, sonido deficiente y un fondo (lo que se ve detrás de los predicadores) feo. Así es, no es suficiente decir ‘es para el Señor’; los usuarios aunque cristianos, tienden a cambiar de perfil cuando ven que lo que están viendo no cumple las expectativas. Es como cambiar de canal en la tele cuando la película no es de nuestro agrado.
  • El contenido debe ser atractivo, pertinente y fácil de digerir. Si para las personas ya es difícil escuchar a un ministro por 50 minutos mientras predica en el templo, menos lo harán de manera virtual. En el templo los feligreses deben quedarse, no tienen de otra ya que levantarse e irse se ve feo, pero no ocurre lo mismo en las transmisiones virtuales; los feligreses simplemente apagan la aplicación o bien, la dejan encendida pero sin estar viendo… la dejan encendida en el vídeo para que su pastor vea que estuvo allí, cuando en realidad no fue así. Triste realidad. Entonces lo recomendable es un sermón de no más de 25 minutos (hablo de las homilías virtuales).
  • La vestimenta del predicador debe ser lo menos vistosa posible. Los colores negro o obscuros favorecen que los usuarios se concentren en el orador; pero además el predicador ha de procurar usar diapositivas, pantallas u otros medios visuales para que el usuario no solo escuche al orador, sino que también pueda leer lo que su pastor está diciendo.
  • Procura usar un lenguaje inclusivo. Términos como «hermanos», «amén», «iglesia», etc. están bien cuando se emiten en el templo físico, pero en una transmisión virtual puede ser un obstáculo para quienes no entienden estos conceptos. Lo mejor es usar otros términos más amigables.
  • Por cierto, JAMÁS pidas ofrendas o dinero cuando transmitas en vivo, esto es un error que te costará caro porque la audiencia tiende a ser cruel cuando ‘perciben’ que se les está cobrando por algo que a juicio de ellos debería ser gratis. Mejor espera mi clase del 11 de abril cuando daré la conferencia: «Cómo colectar diezmos y ofrendas de manera virtual en tiempos de cuarentena, sin morir en el intento»; charla que impartiré en el seminario EMG de IDDLA a través de Zoom (solo para pastores inscritos) 😀
  • Jürgen Klaric nos dice que el espectador está esperando algo bueno de ti. Por tanto no es llegar y comenzar a transmitir, porque en el mundo Facebook y Youtube hay expertos que suben vídeos mucho más atractivos que los tuyos, y si bien ellos no tienen lo que tú, la presencia de Dios en sus vidas, tienen lo que tú no, experiencia en los medios. Debemos ser humildes para aprender de esos maestros.

EL DR. VÍCTOR CRUZ NOS ACONSEJA (Director del Seminario Sudamericano, Semisud)

Debido a que hemos tenido que mover nuestras celebraciones dominicales a los medios sociales quiero compartir unos consejitos sencillos técnicos para los que quieran presentar un producto más profesional, moderno y atractivo. Aunque en nuestra congregación ya hacíamos transmisiones en vivo los domingos, hemos tenido que ir adaptándonos con esta nueva modalidad de un servicio de adoración completamente en línea.

1. Hacer los servicios en vivo es posible, pero se corren algunos riesgos. La tecnología a veces nos hace quedar mal. El ruido ambiental y otras interrupciones pueden dañar la presentación. Nosotros encontramos más práctico grabar anticipadamente las partes del servicio completo y editarlas antes de la presentación del domingo.

2. Si lo grabamos anticipadamente no tenemos que hacerlo todo nosotros porque diferentes personas pueden enviar sus videos a la persona encargada de editarlos y prepararlos para la presentación del domingo. También esto nos ayuda a cumplir con la norma del distanciamiento social.

3. Se puede utilizar un programa de edición de video, tal como iMovie de la Apple, o Adobe Premiere. Para transmitirlo puede utilizar un programa tal como VMIX o algún otro OBS (Open Broadcaster Software).

4. Debemos tener en cuenta el ambiente y la iluminación donde grabamos. El trasfondo o lo que queda detrás de nosotros también debería tomarse en cuenta.

5. El servicio no debería ser muy extenso. Me parece que más allá de 50 minutos es un poco arriesgado porque podemos perder la audiencia.

6. Necesitamos invertir en una computadora con buena capacidad de video, cámara y micrófonos para que se vea y suene más profesional. Una computadora con 16GB de memoria DDR4 de alta velocidad es suficiente para transmitir y codificar videos. Sin embargo, 32 GB garantizarán la experiencia más fluida posible. En cuanto a la tarjeta de video te sugerimos que vayas al menos con la Nvidia GeForce GTX 1050 o GTX 1050 Ti, ya que ofrecen un sólido rendimiento de 60 FPS 1080p.

7. Algunos celulares tienen una buena definición video gráfica, aunque se debe revisar los ajustes “settings” para asegurarse de que está en una definición adecuada (720p HD a 30 fps, 1080p HD a 30 fps, o 1080p HD a 60 fps o la más moderna de 4K).

8. El audio tomado de un celular, sin utilizar un micrófono, no tiene una fidelidad adecuada. Puede ser un micrófono directamente a la cámara o celular, o mejor aún a través de una consola de audio.

9. A continuación, se encuentran unas páginas que ofrecen consejos técnicos muy prácticos para un ministerio de livestreaming:

https://obsproject.com/

https://open.life.church

https://video.space

https://baysidechurch.com.au

https://www.dacast.com/blog/7-best-live-streaming-services-for-your-church/

CONCLUSIÓN

No necesitas ser un gran orador o una estrella de cine para hacer una transmisión en vivo, pero hazlo bien. Dedica más tiempo a aprender (en youtube encuentras miles de tutoriales), a mirar cómo lo hacen aquellos que están más adelantados que tú. Dedica tiempo también a analizar las transmisiones que ya has subido, hazlo de manera objetiva para que descubras los aciertos que tuviste y los errores cometidos. Por último chécate este tutorial de 1 hora de Cómo Hablar en Público (Neuro-oratoria) el cual ha sido visto más de 3 millones de veces… ese número nos dice algo, ¿o no? https://www.youtube.com/watch?v=XKKIEIbzJ2s

Ánimo pastor, esta cuarentena va a pasar y pronto volverás a tu templo, pero toma este ‘encierro’ como una escuela, ¿quien sabe si en el futuro debamos volver a enclaustrarnos? Procura aprender la lección y convertir tu ministerio en una influencia no solo para tus feligreses físicos, también para tus ciber-párrocos.

by Gabriel Gil. Networquer del Reino

FIN DE MI SABÁTICO PASTORAL

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El 31 de marzo del 2019 mi esposa y yo comenzamos un sabático de un año de la pastoral (dejamos de pastorear nuestra iglesia local), para dedicarnos a retomar fuerzas, distraernos del oficio pastoril, abocarnos en la recuperación física de mi esposa (ella padece una enfermedad auto-inmune agresiva), pasar más tiempo en familia y escuchar la voz de Dios de manera más precisa. Nuestras autoridades denominacionales nos dieron el permiso y así nuestro proceso inició. No pretendo contar aquí las razones del porqué nos tomamos un sabático ni los fundamentos bíblicos de esto, para ello les sugiero que lean un artículo que publiqué el 29 de diciembre del 2018, tres meses antes de dejar nuestra iglesia (nuestra salida fue programada, avisada con tiempo y tomando los resguardos necesarios). El enlace para leer dicho artículo es este: https://gabrielgila.wordpress.com/2018/12/29/sabatico-de-la-pastoral/

10 LECCIONES APRENDIDAS

A un año de haber cumplido nuestro sabático estas son las lecciones que nos quedaron:

  1. Hacer un alto en el ajetreado oficio pastoral es posible, es necesario, y es recomendado por la Biblia (lean mi artículo mencionado arriba).
  2. El sabático nos permitió renovar fuerzas físicas, mentales, emocionales y espirituales
  3. Tanto mi esposa y yo pudimos re-inventarnos. Ella dedicó más tiempo a su estética ‘Mundo mujer’ (Fabiola es cosmetóloga profesional) la cual se disparó en clientas y yo, le dediqué más ganas a lo que más me gusta hacer, escribir y enseñar. En mi año de sabático publiqué tres libros: Madrugando con Dios, De pastor a Pastor y Los 30 dichos de los Sabios.
  4. Nuestra unión familiar se incrementó, pasamos más tiempo en familia.
  5. Los paseos, salidas familiares, comidas con los padres, visitas a amigos aumentaron significativamente.
  6. Pudimos ser ministrados en una iglesia local que nos cobijó durante todo el año. Los pastores Franklin y Pilar Iriarte se ‘arriesgaron’ a recibir a dos pastores antiguos como nosotros entre sus miembros. En dicha iglesia sentimos el cariño de la gente, la unción de la Palabra domingo tras domingo y lo mejor, asistir al culto sin tener que nosotros estar a cargo (una experiencia maravillosa).
  7. Nuestras finanzas sufrieron un gran bajón pues ya no tuvimos el sostén mensual que nuestra congregación nos daba, pero Dios proveyó de otras formas: Aparecieron ‘Nicodemos’ que nos patrocinaron, las ventas de mis libros nos ayudaron, el trabajo de mi esposa en su estética fue una gran contribución, y mis seminarios por aquí y por allá también aportaron. Por tanto nuestra ‘fe financiera’ se fortaleció.
  8. Yo, Gabriel, comencé a recibir más invitaciones a dictar seminarios, clases y charlas en diferentes ciudades de mi país y el extranjero, lo cual posibilitó que mi abanico de conexiones se abriera mucho más de lo que ya estaba.
  9. Pudimos entender de mejor manera cómo piensa y actúa un feligrés porque estuvimos un año entero ‘desde la vereda de enfrente’ (habíamos pastoreado 20 años sin parar), lo cual nos ayudó a comprender los errores y abusos que muchas veces los pastores cometemos con nuestra hermandad.
  10. Con mi esposa pudimos recordar y reflexionar aquellas cosas que hicimos bien cuando pastoreábamos y aquellas cosas que hicimos mal y que no volveríamos a repetir, entre ellas trabajar demasiado para la Obra descuidando a la familia y nuestros propios cuerpos.

¿Y AHORA QUÉ?

Hoy 31 de marzo del 2.020 se cumple un año de nuestra salida y por tanto se acaba nuestro sabático pastoral. ¿Qué haremos? La posibilidad de quedarnos así, sin pastorear, siempre existe, pero creo firmemente que el llamamiento es irrevocable (si eres pastor ‘de verdad’ lo serás para siempre), y es que «hay un fuego dentro de mí que me consume y aunque intente ignorarlo no puedo» (Jeremías).

Pero Dios es fiel, por eso a partir de mañana 01 de abril del 2.020 comienzo un nuevo trabajo pastoral. El Rev. Franklin Iriarte, pastor de Iglesia en tu Ciudad (ITC) en Quillota, Chile (comunidad en la que estuvimos por un año congregándonos) me invitó a ser parte de su equipo pastoral desempeñando el cargo de Pastor de Desarrollo de Líderes, donde mi misión será capacitar, equipar, desafiar, formar y mentorear a los líderes de esa congregación, un trabajo que me agrada y que pareciera ‘fue diseñado para mí’. Ruego al Señor hacer una buena labor para la gloria de Dios, para el beneficio de esa linda congregación, para el agrado del pastor principal y también, como un desafío personal.

AGRADECIMIENTOS

Nuestro sabático no habría sido posible sin la autorización de nuestras autoridades organizacionales (gracias), sin el apoyo incondicional de nuestros padres (gracias), sin aquellos patrocinadores a quien yo llamo ‘nicodemos’ que aparecieron sin haberlos llamado (gracias), sin aquellos pastores colegas que felicitaron nuestra decisión (gracias), pero también a aquellos ministros que nos tildaron de flojos, débiles o que estábamos en pecado por ‘abandonar’ el arado (gracias, sus palabras sin tino nos motivaron aún más); a aquellas clientes de mi esposa que le permitieron traer el pan a la mesa (gracias), a aquellos que me contrataron como conferencista y que compraron mis libros (gracias), y por supuesto, a nuestras queridas hijas -Febi y Gabi-, quienes hicieron que todo el año fuese como un eterno paseo en el campo, sus sonrisas, abrazos, oraciones y vítores nos alentaron cada día (gracias mis niñas). Y obviamente, gracias al Príncipe de los Pastores, Jesucristo, que respaldó nuestra decisión de tomarnos un año y que ahora me dice, «es tiempo de volver»…, a ti mi líder excelso las más infinitas gracias.

CONCLUSIÓN

Ser pastor es difícil, no serlo (teniendo el llamado) lo es aún más. Por eso recomiendo cada cierto tiempo tomarse un sabático de este sacro oficio; de esa manera «la tierra se oxigenará y producirá más frutos todavía» (el que tenga oídos que oiga). Esto de oxigenar la tierra es un secreto agrícola de tiempos inmemorables que está registrado en las Sagradas Escrituras, pero que nosotros los ministros ‘hemos decidido ignorar’. Perdónanos Señor!

No me digan que no se puede, mi esposa y yo les decimos… ¡sí se puede, debe hacerse, urge hacerlo!

by Gabriel Gil, Pastor por pura gracia
https://www.iglesiaentuciudad.org/

CUÁNTO DEBE GANAR UN PASTOR

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Iniciaré este artículo con una pregunta que a menudo me realizan, una que merece ser respondida con seriedad y lentitud:

¿ES PECADO QUE UN PASTOR RECIBA DINERO POR LO QUE HACE?

En varias ocasiones me han hecho la pregunta si un pastor evangélico debe recibir algún tipo de reconocimiento financiero por su trabajo o debe hacerlo sin recibir ningún incentivo económico, solo por el honor de cumplir dicha tarea (ad honorem).

La pregunta planteada produce las más variadas reacciones, debido en parte a los constantes escándalos de algunos inescrupulosos que han hecho del evangelio su medio para vivir de una manera exorbitantemente rica, pero decir que todos los pastores operan así sería tanto ignorante como malicioso pues la gran mayoría son personas de buena fe, que hacen su mejor esfuerzo por pastorear a sus feligreses percibiendo muchos de ellos ingresos moderados (me consta).

En mi investigación para este artículo me encontré con una respuesta bien argumentada del Dr. Josías Grauman, director del The Masther’s Seminary que he copiado íntegramente aquí:

La pregunta surge del gran problema que vemos hoy en día de los falsos maestros que predican la prosperidad, y se hacen ricos comerciando la Biblia. Dios aborrece esto. El pastor no debe ser codicioso de ganancias deshonestas, 1ª Timoteo 3, ni tomar la piedad como fuente de ganancia, 1ª Timoteo 6. Y creo que esto hace que ciertos hermanos vayan al otro extremo y dicen que es pecaminoso que el pastor reciba un salario. Pero a mí, me parece que hacerse rico y recibir un salario honesto son cosas muy diferentes. Sin embargo, como siempre cuando tenemos una pregunta, en vez de dar opiniones, la primera idea que debe venir a nuestras mentes es: Qué dicen las Escrituras. Qué dice Dios. Y creo que el pasaje que más claramente habla del tema se encuentra en 1ª Corintios 9. En 1 Cor. 9:13–14 Pablo dice: “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio». Es muy claro. Dios ordenó que los que trabajan en el evangelio, deben recibir ayuda financiera. Y sabemos que se trata de un salario material porque dice dos versículos antes, vs. 11: “Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?”. Entonces, mi respuesta a la pregunta sería que no. En base a 1ª Cor. 9, no es pecaminoso que el pastor reciba un salario. Obvio, habrá pastores laicos que deciden no hacerlo por diversas razones. Pablo mismo se privó de este derecho, teniendo un llamado único en establecer el fundamento de la iglesia. Pero Pablo nos dijo que la instrucción divina es que la iglesia ayude a sus pastores… De hecho, pienso que uno de los factores que debilita la iglesia hispana en particular, es que muchas iglesias no pagan a sus pastores, y esto no les es provechoso. Si el pastor tiene que buscar un trabajo secular, e invierte 40 o 50 horas a la semana en esto, ¿cuánto tiempo le queda para orar por la grey? ¿Cuánto tiempo le queda para aconsejar, y visitar enfermos, cuánto tiempo tiene para estudiar el texto bíblico y preparar el sermón, para así alimentar al rebaño? No tanto. / Fuente: https://tms.edu/es/blog/cual-debe-ser-el-salario-de-un-pastor/

PASTOREAR ES UN TRABAJO

Como trabajo denominamos al conjunto de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, solucionar un problema o producir bienes y servicios para atender las necesidades propias y de los demás.  El trabajo dignifica, el trabajo humaniza, el trabajo nos diviniza porque nos hace más parecidos a Dios.

¿Será que pastorear una iglesia es trabajo? Mi respuesta categórica es sí. Este trabajo conlleva horas de visitación a las cárceles, hospitales, hogares; oración por las almas encomendadas; consejería matrimonial, pre-matrimonial, personal; intervenciones familiares; preparar sermones y predicarlos; investigar y exponer estudios bíblicos; ayudar a la sociedad (orfanatos, comedores, ancianatos, charlas); programas radiales; capellanías comunitarias; construcción de edificios eclesiales; procurar el crecimiento personal y espiritual de los feligreses; oficiar ceremonias como bodas, bautismos, funerales; atender llamadas de auxilio a las 3 de la madrugada y la lista sigue. De todas maneras si piensa que esto de ser pastor no es un trabajo de verdad (no es mi intención convencerlo) le invito a leer tres de mis artículos al respecto:

Pero, ¿el pastorear merece ser pagado financieramente o debe hacerse solo por ‘amor a la obra’? La Biblia es clara al sentenciar que: «No pondrás bozal al buey que trilla; y: digno es el obrero de su salario” (1ª Timoteo 5:18), y además: «El obrero es digno de su alimento» (Mateo 10:10b).

¿Qué nos están diciendo estos pasajes? Todo trabajador es merecedor de su paga, ¿acaso un pastor no? ¡Claro que sí! En 1ª Timoteo 5:17 se nos dice: “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar». Y esto de ‘doble honor’ no debe interpretarse como algo espiritual o afectivo solamente (apreciar al pastor mediante abrazos, palabras de afirmación o buenos deseos está bien, pero nadie vive de eso). Pablo es más práctico. Leamos lo que otras versiones bíblicas nos dicen.

  • Los líderes de la iglesia que hacen bien su trabajo merecen que se les pague el doble, especialmente los que anuncian y enseñan la buena noticia (versión TLA).
  • Los ancianos que cumplen bien con su deber en la iglesia, especialmente los que se dedican a predicar y enseñar, deben ser doblemente apreciados y recompensados (versión NBV).
  • Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza (versión NTV).

¡Santo Dios! Estas versiones bíblicas nos dicen que quienes trabajan para Dios, específicamente predicando y enseñando la Palabra son dignas de recibir remuneración por lo que hacen… ¡y una buena remuneración! Pero hay una condición para ello: DEBEN HACERLO BIEN (‘los ancianos que gobiernan bien…’ RV 1960). Por lo tanto, aquellos pastores flojos, mediocres, que hacen un mal trabajo, o que abandonan sus deberes no son merecedores de reconocimiento alguno (ni honor ni dinero); la Biblia lo afirma: «El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero« (2ª Timoteo 2:6). Pero hay algo más, el pastorado no es un trabajo normal: uno no se hace pastor porque quiso (el llamamiento viene de Dios), es Él quien escoge a sus trabajadores y los designa como sus obreros; además, este santo oficio no es para hacerse rico pero tampoco para morirse de hambre. De eso hablaré casi al final de este escrito.

Así las cosas, ya que hemos establecido que pastorear es un trabajo y que esto merece una buena paga financiera (lea otra vez 1ª Tim. 5:17), entramos ahora a uno de los puntos más álgidos de este artículo el cual desarrollaré en el siguiente punto…

¿CUÁNTO DEBE GANAR UN PASTOR POR SU TRABAJO?

Responder esta pregunta es complejo, por eso investigué y hallé al menos 4 respuestas que parecen contestar, al menos de manera parcial, la cuestión planteada.

  1.  El pastor recibe un sueldo establecido por los diáconos/ancianos/presbíteros de la iglesia local: esta postura se refiere a aquellos pastores que son contratados por una iglesia local cuyos líderes (ancianos gobernantes) designan un salario fijo, el cual es la media del ingreso de los feligreses de dicha congregación. El pastor por tanto es un empleado de la iglesia y debe responder ante sus contratantes.
  2. El pastor se auto-designa un sueldo: esta postura se refiere a aquellos ministros que consultan a un comité financiero de su iglesia local para discutir cuánto debería ganar mensualmente. El comité no es el patrón del pastor, pero le sugiere cuánto debería ganar; el pastor es quien tiene la última palabra y se designa un sueldo. Casi siempre esta designación es en mutuo acuerdo con el comité.
  3. El pastor recibe todos los diezmos como su sueldo: esta postura es muy común en las iglesias de tipo pentecostales donde los diezmos van en su totalidad a las arcas personales del ministro, sean muchos o sean pocos. Esta postura es de las más controversiales, pero ha de respetarse. El problema no se da cuando los diezmos (que son utilizados para sostener al pastor y su familia, lo cual es bueno) son pocos o normales, sino cuando son estratosféricos.
  4. La organización define un sueldo mediante un Fondo común: esta postura se aplica a aquellas denominaciones que dictaminan un salario fijo para sus pastores pero con escalas salariales diferentes de un ministro a otro según sus logros eclesiales, académicos, años de experiencia, tiempo de afiliación a la corporación, rango ministerial, etc. La denominación donde yo camino (IDD) lo hizo así en el siglo pasado cuando A.J. Tomlinson, Supervisor General (1909-1923) dictaminó que los ministros debían enviar todos los diezmos recibidos (en su totalidad) a las oficinas nacionales donde él y un comité financiero los distribuirían a los pastores en el país de manera equitativa, esto porque algunos ministros recibían muy buenos ingresos y otros vivían paupérrimamente. La idea no resultó porque el Supervisor y sus cercanos se apropiaron de los dineros causando un gran dolor en los ministros así como vergüenza a nivel nacional. El señor Tomlinson fue destituido de su cargo después de una costosa disputa legal.

Para ir terminando voy a relatarles lo que un líder denominacional (no de mi organización) me dijo cuando lo entrevisté para armar este artículo. Me dijo que en su corporación todos los pastores sin excepción (novatos o experimentados) comienzan a pastorear recibiendo el sueldo equivalente a un profesor de colegio en Chile (los pastores de esta organización son todos profesionales, tienen títulos universitarios además de estudios teológicos), es decir unos 1.100 dólares; esa sería su base. Pero que no pueden llegar a superar los 2.000 dólares mensuales de sueldo, no importa si su iglesia crece y se hace poderosa financieramente o si ellos son antiguos en la denominación. Por tanto el pastor en esa organización tiene un sueldo base y un techo.

¿Será que esta forma de pagar a los pastores funciona? En esa organización sí. Por lo demás entrevisté a muchos pastores en el Continente a quienes, entre muchas preguntas, les pedí que respondieran dos: La primera, «¿Cuánto debe ganar un pastor?». Todos sin excepción me dijeron que los ministros deben ganar bien. Luego les hice la segunda: «¿Pero cuánto es bien?». Nadie se atrevió a darme una cifra, y es entendible porque el sueldo de un pastor variará de un contexto social a otro, de una comunidad a otra, de una iglesia a otra, o incluso de una expectativa financiera a otra (para un pastor una cierta cantidad de sueldo puede resultar cómodo, mientras que para otro la misma cantidad puede ser motivo de angustia).

CONCLUSIÓN.

  1. EQUILIBRIO BÍBLICO: El proverbista dijo: “Manténme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios” (Pr. 30.8–9). El escritor divino nos anima en este versículo a buscar el equilibrio en cuanto al dinero, ‘ni mucho ni poco’, lo cual aplica perfectamente a quienes trabajan en el ministerio. No fuimos llamados a ser pastores mendigos, pero tampoco ministros ricos (no al menos por medio de las ofrendas y diezmos de los feligreses), pues ambos polos empañan la gloria de Dios y entorpecen nuestro testimonio en el mundo.
  2. AUTORIDADES ECLESIALES: Nuestras autoridades eclesiales (no me refiero exclusivamente a las de mi denominación) deben velar este asunto, sobre todo en estos tiempos porque ‘los de afuera’, más que en ninguna otra época están mirando a la iglesia (y entrometiéndose en cuestiones de las que no tienen idea), y cuestionando a aquellos pastores que a costa de la ignorancia de la gente y su avaricia personal, se han hecho mercaderes de la fe y ricos por medio del evangelio (“Pues no somos como muchos, que medran falsificando -comerciando- la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo” 2ª Cor. 2:17). Si las cabezas denominacionales no le ponen atención a esto el gobierno de cada país lo hará, aunque debo ser honesto… ¡ya lo están haciendo!, por medio de los Ministerios de Hacienda de cada nación.
  3. PASTORES QUE GANAN POCO: Pero no solo se debe observar a los pastores que ganan exageradamente mucho (y hacer algo al respecto), sino velar por aquellos que trabajan diligentemente en la Obra pero esta no les da para su subsistencia básica, y también por aquellos siervos que deben ejercer dos trabajos, uno secular y uno ministerial (los llamados bi-vocacionales, aunque tal término es incorrecto). Esos ministros, los que tienen doble empleo, son tan dignos de admiración como los que están dedicados full time a la iglesia del Señor. ¿Qué haremos con los pastores que durante toda su carrera ministerial han ganando apenas para subsistir? ¿Y qué hay cuando lleguen a la vejez?
  4. COMPLEJIDAD DEL TEMA: En fin, dictaminar cuánto se debe ganar financieramente en el ministerio pastoral -mucho o poco-, es difícil de resolver porque ambos conceptos son relativos (dependen de muchos factores); pero hay que hacer un esfuerzo para tratar de responder responsable y éticamente al asunto de cuánto debe ganar un pastor. Nuestra sociedad lo exige, nuestros ministros también y Dios lo demanda de sus líderes organizacionales.
  5. LO QUE ME FALTÓ: Estoy consciente que hay muchos cabos sueltos, pero el tiempo y mis propias limitaciones me lo impidieron. Una de esas cosas es ¿qué hacemos con las pensiones de jubilación de nuestros ministros? ¿qué pasa con las esposas  de pastores cuando enviudan? ¿por qué a muchos de nuestros ministros no están afiliados a los sistemas gubernamentales de protección social? En fin, estos y otros temas hay que trabajarlos pues también eso es «motivo de doble honor». Por cierto, aprovecho de recomendarles mi libro número 6 donde abordo en parte esta temática: «DE PASTOR A PASTOR», puede bajarlo desde mi tienda virtual (en formato pdf): https://payhip.com/gabrielgil

Una cosa es cierta, el tema tratado aquí es complejo y necesita mucho más que ‘este pobre artículo que escribí’ (pido disculpas); requiere más estudio, análisis, conversaciones, disposición al cambio, empatía y sobre todo, mucha búsqueda de Dios.

by Gabriel Gil, Autor.

  • P.d. 1. Gracias por haber leído mi artículo
  • P.d. 2. Ayúdame mejorando mi artículo. ¿Qué me sugerirías? ¿qué hay que incluir? ¿qué faltó por decir?

TEMAS DE INTERÉS FINANCIERO

  1. Cómo se sostuvo financieramente el ministerio de Jesús: https://gabrielgila.wordpress.com/2020/02/20/como-se-sostuvo-financieramente-el-ministerio-de-jesus/
  2. No logro prosperar en mis finanzas: https://gabrielgila.wordpress.com/2018/04/08/razones-por-las-que-no-prosperas-financieramente/
  3. Principios Financieros: https://gabrielgila.wordpress.com/2014/12/19/principios-financieros-para-este-2015/
  4. Saliendo de las deudas: https://gabrielgila.wordpress.com/2018/04/22/saliendo-de-las-deudas/
  5. Teólogo emprendedor: https://gabrielgila.wordpress.com/2019/08/08/teologo-emprendedor/
  6. Pablo, ¿el hacedor de tiendas? https://gabrielgila.wordpress.com/2020/04/06/pablo-el-hacedor-de-tiedas/
  7. Libro: Creados para Crecer, Creados para Emprender (autor: Gabriel Gil). Puede descargarlo desde mi tienda virtual: https://payhip.com/gabrielgil/
  8. IGLESIA BAUTISTA: El presidente de la Confederación Bautista de la Región Metropolitana de Chile me facilitó información (la cual es pública porque está en la página oficial), donde aparece cuánto ––a juicio de la iglesia bautista––, debe ganar un pastor. Adjunto en PDF, pero además les dejo el enlace de su página si desean saber más: http://www.unapab.cl

Propuestas al sostenimiento pastoral

EQUIPO PASTORAL

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Corría el año 2004 cuando fui invitado a ser parte del equipo pastoral de Capilla del Valle (una iglesia de Dios en el Valle de los Chillos, Ecuador). Era la primera vez que escuchaba hablar de «equipo pastoral», hasta ese entonces pensaba que las iglesias debían ser pastoreadas solo por un pastor y su esposa, al menos eso me habían enseñado (y es lo que había visto en todas las congregaciones que conocía). Yo era un pastor relativamente nuevo y la idea de pertenecer a un equipo de colegas que en conjunto pastorearíamos una congregación numerosa llamó mi atención.

Prontamente me di cuenta que las iglesias grandes (en cantidad de gente) precisan más de un líder para dirigirlas, pues entre más personas en una comunidad más necesidades hay. Moisés necesitó de un Jetro para entrar en razón: «—Lo que estás haciendo no está bien (le dijo su suegro). Tú y el pueblo que está contigo se van a cansar. Este trabajo es muy difícil para ti, no puedes hacerlo solo» (Éxodo 18:17-18). Y dado este consejo le dio además pautas para hacer un trabajo más eficiente, las cuales el patriarca aceptó con gusto: «Ahora escúchame, te voy a dar un consejo para que Dios esté contigo. Tú serás el representante de Dios ante el pueblo y llevarás los problemas de ellos ante él. Enséñales las leyes y las normas y hazles saber de qué manera deben vivir y qué deben hacer. Pero elige hombres buenos, dignos de confianza, que respeten a Dios, que no se dejen sobornar y haz que ellos manden sobre el pueblo. Coloca a unos de ellos a cargo de mil personas, a otros a cargo de cien, a otros a cargo de cincuenta, e incluso otros a cargo de diez… Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo» (Éxodo 18:19-21 y 24).

El pasaje anterior menciona una frase que es el corazón en la formación de todo equipo de trabajo: ‘Elige hombres buenos’ (v. 21). Por buenos, el gestor de esta idea (Jetro) no se refiere únicamente a atributos morales o espirituales (‘dignos de confianza’, ‘que respeten a Dios’, ‘que no se dejen sobornar’, etc.) sino también a hombres con las competencias adecuadas para liderar una nación.

JESÚS Y SU EQUIPO

Ahora bien, es posible que algunos digan: «Moisés debió elegir a esos hombres porque gobernaba una nación de cientos de miles, pero una iglesia en A. Latina apenas supera las 100 personas, al menos en nuestra denominación». Tal afirmación tiene sentido, pero solo en parte, pues el mismo Jesucristo ––príncipe de los pastores–– eligió a 12 hombres para que lo ayudaran en su tarea acá en la tierra sin tener un grupo lo suficientemente grande para «justificar la formación de un equipo». ¿La respuesta? Cristo no estaba pensando en el presente, sino en el futuro. «Jesús llamó a los que él quiso» (Marcos 3:13-14) porque sabía (o al menos eso visualizó) que «la iglesia le crecería después de su partida»… ¡y así fue! Los apóstoles convocaron más personas que el propio Maestro cuando este caminó entre ellos… que sabio fue conformar un equipo ‘antes’ y no después cuando la gente se agolpara. Algo interesante intentó transmitirnos Jesús con esta ‘movida anticipada’.

Respecto al equipo de trabajo de Jesús, el autor John MacArthur nos da bastante información en su libro 12 Hombres Comunes y Corrientes. Recomiendo su lectura, cuando yo lo leí se despejaron muchas dudas concernientes al porqué el Maestro eligió a tal o cual personaje. El libro les sorprenderá gratamente.

DIFERENCIAS ENTRE GRUPO Y EQUIPO

Vamos hilando fino. Un grupo de trabajo no es lo mismo que un equipo de trabajo. En lo personal conozco pastores que creen tener un equipo pastoral pero lo que en realidad tienen es un grupo de trabajo trabajando para él, lo cual no es malo, pero sería mejor si fuese un equipo.

Grupo de Trabajo y Equipo de Trabajo. Definiciones.

  • Grupo de Trabajo: Es un conjunto de personas que realizan dentro de una organización una labor similar. Suelen estar próximas físicamente, tienen un mismo jefe, realizan el mismo tipo de trabajo pero son autónomos, no dependen del trabajo de sus compañeros; cada uno realiza su trabajo y responde individualmente del mismo. Por ejemplo, en un hospital los anestesistas forman un grupo de trabajo: realizan la misma actividad, tienen un jefe común (el jefe de sección), pero cada uno responde de su trabajo (la labor de un anestesista no depende de la de sus compañeros). Puede que un anestesista realice una labor fantástica mientras que el departamento en su conjunto sea un auténtico desastre.
  • Equipo de Trabajo: Un equipo es un grupo de más de dos personas que interactúan, discuten y piensan de forma coordinada y cooperativa, unidas con un objetivo común, se complementan de tal manera que ‘parecen uno’. Un grupo en sí mismo no necesariamente constituye un equipo, pero un equipo se distingue de un grupo porque persigue una meta común, busca el bien de todos sus miembros y los beneficios para la organización son mayores que los reportados por los grupos. Ejemplo: Una empresa que ha crecido exponencialmente en la última década necesita un equipo de ejecutivos que la dirijan, ya no es suficiente con el CEO, ahora es preciso incorporar directores que ayuden a coordinar los esfuerzos, asegurar las ventas, entregar un producto de calidad, ensanchar el terreno de alcance; pero para ello los miembros del equipo directivo ‘deben pensar similar’, no igual, pero muy parecido.

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Hablemos más del Equipo de Trabajo

  • Cada miembro del equipo es responsable de un cometido y solo si todos ellos cumplen su función será posible sacar el proyecto adelante.
  • El trabajo en equipo no es simplemente la suma de aportaciones individuales.
  • Nunca se debe constituir un equipo de trabajo si no hay razones que lo justifiquen.
  • Constituir y hacer funcionar un equipo de trabajo es una labor compleja que exige mucho esfuerzo, por eso debe haber una razón que lo justifique (no vale formar un equipo de trabajo porque es la moda en ciertas organizaciones).
  • El equipo de trabajo se caracteriza por tener las 5 C: COMPLEMENTARIEDAD (cada miembro domina una parcela determinada del proyecto). COORDINACIÓN (el grupo de profesionales que conforman el equipo, con un líder a la cabeza, debe actuar de forma organizada con vista a sacar el proyecto adelante). COMUNICACIÓN (el trabajo en equipo exige una comunicación abierta en todos sus miembros, esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales). CONFIANZA (cada miembro del equipo confía en su compañero, esta confianza permite que cada individuo mengüe su propio éxito personal para que el éxito del equipo brille). COMPROMISO (cada miembro del equipo se compromete a aportar lo mejor de sí mismo, a poner todo su empeño para sacar el trabajo adelante y hacer que la organización sea exitosa).

8 Características de un Equipo de Trabajo Exitoso (por Julia Máxima Uriarte)

  1. Objetivos claros y bien Definidos. Es imprescindible que todos los integrantes del equipo de trabajo conozcan cuál es el objetivo que se desea alcanzar y en qué plazo (si lo hay). Solo de esta manera los esfuerzos serán productivos y conducirán al éxito de la organización.
  2. Sentido de Pertenencia. El sentimiento de pertenencia es muy movilizador para el ser humano; a la mayoría de las personas nos hace bien sentirnos parte de algo, es por esto que un aspecto decisivo del trabajo en equipo es ir generando una identidad común y lograr que los valores y la visión sean compartidos.
  3. Se enriquece con la Diversidad: Un equipo de trabajo integrado por personas diferentes, que pueden aportar experiencias y miradas múltiples para un mismo problema, se transforma en una fuente de creatividad muy valiosa, de la que el grupo en su conjunto generalmente puede tomar provecho.
  4. Se orienta a la solución de los Problemas: Como en todo equipo, en un equipo de trabajo a veces las cosas no salen de acuerdo a lo esperado. Es fundamental que en esos casos todo el esfuerzo se oriente a la solución de los problemas, y no a la búsqueda de culpables. En este sentido es muy importante la actitud que toma el líder del equipo.
  5. Abre las puertas a la Participación: Nunca es conveniente que las decisiones sean tomadas unilateralmente; una parte fundamental del trabajo en equipo será discutir las ideas y hacer partícipes a todos del rumbo que se toma, pues eso retroalimenta el compromiso y la pertenencia. Las personas que integran el equipo de trabajo, aun cuando tengan tareas específicas que cumplir, deben sentirse involucradas en el proyecto global.
  6. Requiere de una cuidadosa Planificación: La planificación es esencial, trazar un plan implica puntualizar los objetivos y diseñar la estrategia que permitirá el logro de ese objetivo; para ello hay que reunir medios, ordenarlos, prever riesgos, etc.; generalmente la planificación queda a cargo del líder del equipo, pero es importante que todo el grupo humano la conozca y la considere apropiada y posible de cumplir. En una planificación todos los miembros del equipo opinan, la voz del líder es una más (es la que dirige, pero no se impone).
  7. Genera Motivación: El equipo debe retroalimentar el estímulo positivo que debe imperar entre todos, haciendo que los objetivos del grupo se perciban en sintonía con los objetivos personales, y en este sentido es muy importante el papel del líder y la fluida comunicación en todo momento. Mantener un ambiente de trabajo grato, ofrecer oportunidades de crecimiento y recompensar el esfuerzo son pilares de la motivación.
  8. Comparten y celebran Logros: El trabajo en equipo tiene un combustible central, que es el reconocimiento permanente y público de los éxitos que se van alcanzando. Es importante en este sentido que todos se sientan parte del logro, ya que, si efectivamente hubo trabajo en equipo, el resultado hubiese sido imposible sin la participación y el empuje de todos.

LA FORMACIÓN DE UN EQUIPO PASTORAL

Aterricemos la información hasta aquí investigada para concretar en lo que nos interesa, la formación de un equipo de pastores para una iglesia evangélica. Para ello me ha parecido necesario citar al destacado escritor y pastor Miguel Núñez, quien escribió al respecto:

El simple hecho de reconocer que no tenemos todos los dones, ni todos los talentos, ni toda la sabiduría, es razón suficiente para comprender que necesitamos otros hombres y mujeres que contribuyan a enriquecer los dones que Dios ha provisto para el desarrollo y fortalecimiento del cuerpo de Cristo. Cada persona tiene por lo menos un don, como nos confirma Pedro: “Según cada uno ha recibido un don especial, úselo sirviéndoos los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pe. 4:10). La no existencia de un equipo de trabajo impide llevar a la práctica esta enseñanza, lo cual deshonraría el nombre de nuestro Dios. Uno de los énfasis de nuestro ministerio es la idea de que cada quien debe funcionar en las áreas donde mejor operarían sus dones y talentos. Cuando tú trabajas fuera de tu don, no estás trabajando en el lugar para el cual Dios te equipó, y los demás tampoco están recibiendo la mejor ministración. Donde mejor funcionas es donde tu don, talento y llamado convergen. Fuente: Miguel Núñez en https://coalicionporelevangelio.org/articulo/pastor/equipo-trabajo/

ALGUNOS PUNTOS DE INTERÉS

📌 Definición de Equipo Pastoral: Grupo de hombres y mujeres cristianos con un claro llamamiento al pastorado, especialistas en su campo, unidos por su amor a Dios, discípulos de Jesús a quien consideran su Maestro y Señor. Los miembros del equipo pastoral se unen de forma voluntaria ─generalmente convocados por un pastor fundador─ para trabajar en una iglesia local a fin de que cumpla la Gran Comisión (predicar el evangelio, hacer discípulos y establecer el Reino de Dios en la tierra). Los pastores no se consideran superiores a los miembros, son, como diría D. Bonhoeffer, «hermanos entre los hermanos».

📌 ¿Para qué sirve un Equipo Pastoral? Un equipo pastoral permite que la iglesia local crezca en todos los sentidos porque recibe más nutrientes espirituales dados por varios pastores (cada uno especialista en su área). Un pastor podrá ‘regar solamente una parte del jardín’, pero varios pastores en un equipo permiten que ‘el jardín en su totalidad sea irrigado’. Y esto hará que la congregación se expanda hacia afuera (misión centrífuga) y hacia adentro (misión centrípeta) porque no habrá uno, sino varios obreros trabajando para que esto ocurra: «El trabajo es mucho y los obreros pocos, roguemos al Dios de la mies que envíe obreros a su mies» (Mateo 9:37-38).

📌 ¿Es Necesario? Hay que tener cuidado a la hora de formar un equipo pastoral, no es algo que deba realizarse a la ligera. El pastor principal (o fundador) debe hacerse algunas preguntas:

  • La primera pregunta es: ¿Es necesario?
  • La segunda, y no menos importante: ¿Quién merece ser parte del equipo?
  • Y por supuesto, ya que la iglesia no es una empresa secular sino divina, la tercera pregunta (que en realidad es la primera en orden de prioridades) debe ser: ¿Es voluntad de Dios formar un equipo pastoral en esta iglesia?

Estas tres preguntas deben ser meditadas, oradas, consultadas con especialistas, investigadas. Si el pastor fundador llega a la conclusión de que un equipo pastoral es preciso en su iglesia entonces viene el proceso de formarlo. Este proceso incluye la búsqueda de candidatos, el análisis de los mismos (estudiarlos concienzudamente), tener conversaciones previas con ellos para conocerlos, invitarlos a comer, conocer a su familia (lo cual es muy importante), saber de sus capacidades, sus aspiraciones al liderazgo, expectativas financieras y después de esto (solo después de haber hecho todo esto), extenderles la invitación a ser parte del equipo.

Esto que acabo de mencionar es muy importante pues: Hay algo mucho más difícil que seleccionar y agregar personas al equipo pastoral…, despedirlos después de un tiempo porque «nunca se ajustaron al perfil». Esto último (sacarlos del equipo) suele ser doloroso para el pastor principal, para el miembro del equipo pastoral y para la iglesia en general. Pero todo ese dolor se habría evitado si el pastor fundador hubiese ido más lento en la contratación ─Albert Mohler.

📌 Perfil de los Miembros de un Equipo Pastoral

➡️ Quienes No deben pertenecer a un Equipo Pastoral*

  • Inconversos
  • Neófitos o nuevos en el evangelio
  • Gente con mala actitud
  • Personas con un testimonio de vida dudoso
  • Líderes arrogantes que buscan plataforma para lucirse
  • Cristianos sin un llamado claro al pastorado
  • Quienes tienen demasiado trabajo ‘afuera’ de tal modo que no puedan dedicar suficiente tiempo al ministerio
  • Sujetos que no cumplan con los requisitos planteados en las cartas paulinas. Escribí un artículo al respecto, quizá pueda ayudarles: «Manual de Funciones para Pastores» https://gabrielgila.wordpress.com/2015/06/17/manual-de-funciones-para-pastores-y-lideres-eclesiales/
  • También aquellos que no tienen claro o no están comprometidos con la visión-misión de la iglesia local
  • Amigos o familiares del pastor que buscan solo una fuente de ingreso financiero y ven en el equipo pastoral una oportunidad para ‘salir de la crisis económica que están viviendo’

*El pastor principal debe cuidarse de ingresar al equipo a personas demasiado rápido, o cubrir plazas por necesidad, o porque «fulano es capaz» (esto también aplica a los distintos liderazgos de la congregación, no solo al equipo pastoral). Tal acción repercutirá en problemas para la iglesia ‘tarde o temprano’. Por tanto, el proceso de formación debe hacerse ‘con mucha oración’ y ‘análisis’: “En esos días Él se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles” (Lucas 6:12-13).

➡️ Quienes sí pueden pertenecer al Equipo Pastoral

La Biblia nos da bastante orientación al respecto. Un pastor que sea asiduo a la lectura bíblica no tendrá problemas en encontrar suficiente información para ello, de todas maneras el artículo que mencioné en el párrafo anterior también puede ayudar (Manual de funciones para pastores). Pero hay un requisito indispensable que todo pastor principal debe encontrar en sus posibles candidatos, este no desacredita los otros requisitos, pero es tan importante que todos los pastores que consulté para este artículo estuvieron de acuerdo en mencionarlo: ACTITUD.

Todo miembro de un equipo pastoral debe tener ‘la actitud correcta’, la cual supera por mucho a la aptitud. La aptitud se refiere a la capacidad del individuo, sus competencias, habilidades, logros, destrezas; pero la actitud va ligada con la disposición del corazón. El pastor principal no saca mucho con llenarse de gente apta para el cargo (con sendas capacidades) si sus actitudes dejan mucho que desear (desleales, impuntuales, malos compañeros, poco amables, arrogantes y pésima disposición al servicio). Se cumple por tanto un viejo adagio muy certero: La actitud vence a la aptitud. Respecto a esto escribí años atrás un artículo que puede contribuir en la búsqueda de miembros para el equipo pastoral: ¿Actitud o Aptitud? https:/gabrielgila.wordpress.com/2018/05/07/actitud-o-aptitud/

EL DR. MIGUEL NÚÑEZ vuelve a instruirnos con las siguientes palabras: «La selección de miembros de un equipo de trabajo para el ministerio requiere de discernimiento para poder identificar quién pudiera estar siendo llamado por Dios para formar parte del equipo; paciencia para poder formarlos, reconociendo que el carácter es más importante que el talento; y oración para buscar la voluntad y el tiempo de Dios. Frecuentemente se ha cometido el error de elegir personas que no estaban listas para servir, y se ha hecho esto en base a la necesidad del momento. No podemos olvidar nunca que la necesidad no define el llamado o la voluntad de Dios».

📌 Mente Maestra en el Equipo Pastoral. Para que el equipo pastoral se diferencie de un grupo de trabajo pastoral será preciso que ‘funcionen como un solo hombre’. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo el concepto es sencillo: «Fue Napoleón Hill quien creó el concepto ‘Mente Maestra’ (máster mind) y lo acuñó en su libro “Piense y hágase rico” allá en 1937. Según Hill una mente maestra es un grupo de personas que trabajan por un objetivo final, que de una u otra forma están relacionadas y donde el beneficio de la otra persona será también el beneficio mío. La mente maestra se compone por especialistas, y entre más experimentados sean sus miembros más posibilidades de éxito habrá en la organización que posea dicha mente. Así por ejemplo, una mente maestra compuesta de 4 individuos teniendo cada uno 10 años de experiencia en algún cargo-oficio-profesión, harán que ese grupo tenga un total de 40 años de experiencia acumulada. ¡Cuarenta años que pueden ser aprovechados por el líder de la organización!». Recomiendo mi artículo «Mente Maestra y 70 Consejos para el Obispo» que publiqué para un grupo de líderes organizacionales internacionales: https://gabrielgila.wordpress.com/2019/10/24/mente-maestra-y-70-consejos-para-el-obispo/

RETÉN LO BUENO, DEJA PARTIR LO QUE DEBA PARTIR

Una de las claves para mantener un equipo pastoral funcionando de manera exitosa es aprender a mantener a los buenos elementos dentro, y dejar partir a aquellos miembros que no se acoplaron, que jamás mostraron compromiso, que nunca cambiaron para bien, que quieren irse porque no se sienten a gusto o que claramente no entendieron la visión-misión de la iglesia. Esto es algo que muchos pastores fundadores detestan pues están ‘programados’ para captar gente, no para sacarla de su comunidad. No me refiero a expulsar lo que no sirve  ─ese no es el trabajo de un pastor, ya se encargará el Espíritu Santo de limpiar la casa─, sino de velar porque el proyecto de Dios se realice con los mejores colaboradores posibles (Jesús no expulsó a Judas del equipo, él solo se marginó… el Maestro no se opuso a ello, «lo que tengas que hacer hazlo ya» ─le dijo, y Judas solito se fue a ‘hacer su vil trabajo’, y con ello sellar su salida del equipo).

Ahora bien, el pastor fundador experimentado en trabajos de equipo debe aprender a soltar a aquellos a quienes el tiempo en el equipo se les cumplió, pero debe esmerarse por retener a aquellos miembros del equipo que son de aporte a la iglesia. Para ello el pastor debe animarlos, motivarlos constantemente, mostrarse como un líder inspirador, pero además realizar una serie de acciones para que ‘su gente de confianza permanezca a su lado’; o sea, equilibrar el «dejar ir a los que tienen que irse y retener a quienes aún deben permanecer». Esto es algo que ningún libro podrá enseñar con tanta claridad como la experiencia, la cual suele ser algo dolorosa.

Recomiendo un artículo publicado una semana antes que este al cual titulé, «Razones por las que tus colaboradores Renuncian», encuéntrelo en este enlace: https://gabrielgila.wordpress.com/2020/03/15/razones-por-las-que-tus-colaboradores-renuncian/

CONCLUSIÓN.

Un equipo pastoral es mucho más que ‘la moda del momento’, es una necesidad para aquellas iglesias que han sobrepasado una cantidad de gente considerable. Es una herramienta que permite el sostén de la congregación, su continuo crecimiento (de manera integral) y facilita que todos los miembros de la iglesia local sean pastoreados no por uno, sino por varios pastores según su especialidad. Los equipos pastorales NO SON GRUPOS DE TRABAJO, van más allá, lo cual permite que todos los feligreses sean conectados con Jesús y así sus vidas sean transformadas.

by GABRIEL GIL. Pastor, Coach-mentor, Escritor. Miembro del equipo pastoral de ITC (Iglesia en tu Ciudad), Quillota, Chile. https://www.iglesiaentuciudad.org

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA