EL SECRETO DE LA FUERZA ESPIRITUAL

Aquí está el secreto de Dios para la fortaleza espiritual: “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Isaías 30:15).

La palabra para “quietud” en hebreo significa “reposo”. Reposar significa calmado, relajado, libre de toda ansiedad, estar quieto, acostarse con un apoyo debajo.

Hoy en día, no muchos cristianos tienen este tipo de quietud y confianza. Multitudes están envueltas en un frenesí de actividad, corriendo locamente para obtener riqueza y placer. Incluso en el ministerio, los siervos de Dios corren preocupados, temerosos y buscando respuestas en conferencias y libros “best-sellers». Todos quieren dirección o algo para calmar su espíritu. Buscan soluciones en todas las fuentes excepto en el Señor. No se dan cuenta de que Dios ya les ha hablado una palabra a través de Isaías. Si no recurren a él como su fuente, su lucha terminará en dolor y confusión.

Isaías describe lo que se supone que debe lograr la justicia de Dios en nosotros. “El efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre” (Isaías 32:17). Si realmente andamos en justicia, nuestra vida dará el fruto de un espíritu calmo, reposo de corazón y paz con Dios.

Cuando Isaías miró a su alrededor, vio al pueblo de Dios huyendo a Egipto en busca de ayuda, confiando en los hombres, confiando en caballos y carros. Los embajadores iban y venían. Los líderes estaban celebrando reuniones de estrategia de emergencia. Todo el mundo estaba en pánico, en lamento: “¿Qué podemos hacer?”

Isaías les aseguró: “No tiene por qué ser así. Vuélvanse de su apostasía. Arrepiéntanse de su rebelión, de confiar en los demás. Vuélvanse al Señor y él los cubrirá con un manto de paz. Él les dará quietud y reposo en medio de todo lo que estén enfrentando”.

Amados, lo mismo es cierto para nosotros hoy. El Nuevo Testamento lo confirma. Cristo dijo a sus discípulos: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).

Debemos aferrarnos a esta palabra para nosotros, sin importar las circunstancias que nos rodeen.

by David Wilkerson
Tomado de: https://worldchallenge.org/es/devotion/el-secreto-de-la-fuerza-espiritual

APRENDE A VIVIR CON LA CIZAÑA

cizana-lolium-temulentumLos líderes espirituales deberíamos enseñar a nuestros seguidores que «allá afuera», en el mundo real, la gente mala existe, las situaciones dañinas también, ¿pero saben? tenemos dos opciones claras: Enclaustrarnos en nuestro propio mundo o aprender a convivir con la cizaña que en el campo de la vida encontrarás. Ánimo, en este sermón te presento la segunda opción que a criterio mío es la mejor.

¿QUÉ ES LA CIZAÑA?

  • Hierba silvestre que crece espontáneamente en los sembrados y es muy difícil de extirpar. Su raíz se enreda con la de la semilla plantada ocasionando que al arrancar la cizaña también la planta sale con ella.
  • La cizaña es por tanto una hierba dañina, sus granos son tóxicos.
  • Hay diferentes tipos de cizaña, pero una en especial se parece a la planta de trigo.
  • Toda hierba que crece en un sembrado que no fue plantada allí sino que creció por sí sola es llamada cizaña, o también conocida como maleza.
  • Se emplea la palabra cizaña para referirse a cualquier persona, situación o cosa que hace daño a otra. Ejemplo: A Pedro le gusta meter cizaña; la lengua de María es cizañosa; los amigos de Ricardo son pura cizaña.

PASAJE BÍBLICO DE ESTUDIO (Mateo 13:24-30)

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?

El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

En esta parábola encontramos tres elementos que representan realidades en nuestra vida, elementos que son fáciles de recordar como ya veremos a continuación.

  1. El CAMPO. Representa nuestra vida en las diferentes facetas que ésta pueda tener: vida espiritual, vida matrimonial, vida familiar, vida laboral, vida de estudios, vida de iglesia, etc.
  2. El TRIGO. Representa el esfuerzo que realizas para que tu vida ––en las diferentes áreas–– sea productiva, próspera, sana, feliz. Por tanto, el trigo es todo lo bueno que haces para que tu vida y la de los tuyos mejore. El trigo puede ser: tus buenas decisiones, tus buenas acciones, ideas creativas, planificación estratégica, propuesta de metas, proyecciones de vida, entre otros.
  3. La CIZAÑA. Es todo lo negativo, dañino y peligroso que surge en tu vida ya sea de manera espontánea ––hay cosas que ocurren sí porque sí––, intencional ––por terceras personas––, o producto de ti mismo ––malas decisiones, malas acciones, malas compañías––. La cizaña en tu vida puede tener diferentes formas: Una crisis matrimonial producto de una infidelidad, un negocio que no rinde producto de malas decisiones, una depresión que te tiene por el suelo, una decepción amorosa, un líder espiritual que te engañó, en fin, la cizaña SIEMPRE VENDRÁ A TU CAMPO lo quieras o no, debes estar preparado para ello.

¿QUÉ HACER CON LA CIZAÑA?

En el pasaje de estudio encontramos dos propuestas, cada una de ellas es válida pero la segunda es la mejor, ya te darás cuenta del porqué.

  1. La Propuesta de los Necios (v.28, «Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?»). Los empleados del dueño del campo le dijeron a su patrón «¡arranquemos la cizaña!», una alternativa apresurada, inmediatista y poco sabia, ¿saben por qué? porque la cizaña tiende a enredarse con la planta ––esto ya lo dijimos al principio––. Tal acción, arrancar la cizaña, equivale a preocuparse por situaciones sobre las cuales no tienes ningún control, gastar energía mental en problemas que no desaparecerán por el simple hecho de pensar en ellos, angustiarse por personas que te han hecho daño y que no merecen ni siquiera un suspiro de tu parte. Arrancar la cizaña es dejar de atender el trigo para preocuparse por la mala hierba, esto es «salirte del enfoque». Entiéndelo de una vez, «¡la cizaña siempre estará presente en tu vida!», ¿no lo ves? es parte del guión, el libreto fue escrito así, ¿qué haces entonces desperdiciando tu vida en personas, situaciones o cosas que buscan tu mal?
  2. La Propuesta del Maestro (vv. 29-30, «Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega…»).Jesús, utilizando el papel del dueño del campo, nos dice que dejemos crecer la cizaña con el trigo, que no hagamos nada para que ésta salga de nuestras vidas. ¿Contradictorio? En verdad no. De esta afirmación aprendemos que: a) La cizaña es parte de la vida; b) Seguir trabajando nuestro campo es lo mejor que podemos hacer, es lo más sabio, no permitamos que las personas o situaciones cizañosas arruinen nuestro trigo, sigamos sembrando, creando, negociando, creyendo, procurando mejorar nuestra vida. ¿Desaparecerá la cizaña? No, al menos hasta que Él así lo dictamine.

LA PROMESA DEL MAESTRO

En la última parte del verso 30 Jesús nos da una gloriosa promesa, una que debemos aguardar hasta su cumplimiento final:

  • Vendrá el tiempo de la Siega: Esto significa que si seguimos haciendo el bien (trabajando, estudiando, emprendiendo, creando) tarde o temprano cosecharemos lo que hemos sembrado, es una ley cósmica irrefutable: «No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos» (Gálatas 6:9). Esto debe mantenernos animados, ¿saben por qué? porque aunque la cizaña se haya instalado en nuestro campo procurando nuestro mal de todas maneras recogeremos buen fruto, esto ocurrirá sí porque sí, debes  creerlo.
  • La Cizaña será arrancada: Llegará un día en que las personas, situaciones o cosas cizañosas ya no tendrán ningún poder sobre nosotros, simplemente dejarán de interferir en nuestro progreso. No perdamos la fe, sigamos esforzándonos en nuestro campo y dejemos al Padre Celestial que se haga cargo de la cizaña.

CONCLUSIÓN

No puedes evitar la cizaña, ésta vendrá muchas veces a quedarse, ojalá no fuese así pero debemos ser realistas; no te amargues ni te asustes, aprende a declarar: «Aunque no soy perfecto y en mi vida hay decepciones, problemas, carencias y frustraciones, sé que TODO ESTÁ BIEN, LA CIZAÑA NO PODRÁ CONTRA MÍ».

Aprende a convivir con la cizaña, ésta es importante porque fortalecerá tu vida:

  • Sin Goliat David nunca hubiese sido rey
  • Sin el horno de fuego los tres jóvenes hebreos no habrían sido promovidos
  • Sin cruz no hay gloria

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Gabriel Gil es Coach Integral Sistémico y Mentor de vidas; de profesión teólogo y por vocación divina pastor; además escribe post, artículos y libros. Su misión en este mundo es “guiar a las personas hacia Dios ayudándolas a mejorar sus vidas”.

A PROPÓSITO DE DOMINGO DE RAMOS, ¡JESÚS, ENTRA EN MI CORAZÓN!

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En el mundo cristiano se celebra hoy lo que se conoce como DOMINGO DE RAMOS que es la conmemoración del día cuando Jesús entró de manera triunfal a Jerusalén. Pero, ¿será que esto ocurrió o es un mito? ¿hay prueba de ello? Hoy les presento cuatro predicadores que afirman que tal evento en verdad sucedió, cuatro hombres que testifican  en sus libros lo que hasta el día de hoy hemos leído, acompáñenme a ver sus relatos y obtener ricas enseñanzas.

Les aconsejo que dejen de hacer lo que están haciendo, tomen su Biblia y sumérjanse en el estudio que a continuación les presento.

I. Los Cuatro Testigos.

  • Mateo 21:1-9.

Mateo fue un testigo presencial de lo sucedido, pertenecía al grupo de los doce apóstoles, si bien no al círculo íntimo que lo componían Pedro, Jacobo, Juan y Andrés. Seguramente presenció el hecho de la entrada triunfal a Jerusalén. Su evangelio estaba dirigido en primer lugar a los judíos pues su propósito era demostrar que Jesús era el Mesías prometido en las Escrituras Antiguas, por eso es el único que dice en el verso 4, «esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta», refiriéndose a la profecía plasmada en Zacarías 9:9. Mateo anhelaba que sus lectores interpretaran la entrada de Jesús a Jerusalén como “la del rey volviendo a su reino”.

  • Marcos 11:1-10.

Este evangelista no perteneció al grupo de los apóstoles pero fue el primero en escribir un evangelio (antes incluso que Mateo). Obtuvo la información de su mentor, el apóstol Pedro. Es considerado el evangelio más corto en cuanto a extensión, quizá porque fue escrito para los cristianos en Roma y a ellos no les interesaba tanto las genealogías, citas del Antiguo Testamento y referencias cruzadas que aparecen en otros sinópticos. Por eso este libro -Marcos-, es directo, objetivo y punzante. Leerlo es como escuchar el primer relato de un testigo de un hecho, por eso omite detalles que luego los otros evangelistas  añadieron en sus escritos.

  • Lucas 19:28-40.

Es el evangelista que arroja más detalles de la vida de Cristo a lo largo de su evangelio, y el evento de la Entrada Triunfal no es la excepción (es el relato más largo de los cuatro evangelios). ¿Por qué? Quizá se deba a la doble profesión de Lucas: era Médico e Investigador (Lucas 1:1-4, Hechos 1:1-2, Colosenses 4:14), lo cual hacía de él una persona que indagaba, estudiaba todo a profundidad y tenía mucho que entregar. Es el único de los cuatro evangelios que cita un dicho potente: «Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras» (19:40). Con esto el «médico amado» está declarando la importancia de anunciar el santo evangelio, de no hacerlo la propia naturaleza lo hará (y de hecho lo hace).

  • Juan 12:12-19.

El último evangelista también relata lo sucedido y nos entrega un detalle curioso, las ramas que las personas cortaban y las ponían en el camino eran «palmas» (v. 13); quizá por eso hasta el día de hoy en la tradición católica se acostumbra ir a Misa de Ramos con una hojita de palmera. Pero Juan también nos dice que los fariseos estaban preocupados porque toda la gente estaba creyendo en él: «¡Miren como lo sigue todo el mundo!» (v. 19), lo cual muestra que Jesús a estas alturas era considerado una amenaza pública, esto por supuesto según el criterio farisaíco.

Pero, ¿por qué cuatro relatos? ¿no era suficiente con uno? ¿acaso Dios intenta confundirnos? NO, en ninguna manera. Los cuatro evangelios funcionan como cuatro testigos de un mismo incidente, así recibimos cuatro versiones y cada una se complementa con la otra; hay detalles que aparecen en un relato pero no en el otro, y circunstancias que menciona aquel pero este no; y así se complementa la historia hasta entregarnos un cuadro completo.

Entonces, ¿cuál es el corazón del relato? ¿cuál es la verdad que los cuatro escritores desean entregarnos? Es muy sencillo, los evangelistas remarcan lo siguiente: JESÚS ENTRÓ A JERUSALÉN DONDE FUE RECIBIDO CON VÍTORES Y ALELUYAS CUMPLIENDO ASÍ EL DESIGNIO DE DIOS.

II. ¿Qué Lecciones Aprendemos de los Cuatro Escritos?

1. La entrada triunfal es más que un mito evangélico o una tradición católica, fue un hecho real. Cuatro testigos dan cuenta de ello.

2. Jesús vino a cumplir las profecías que de él se relataron en el Antiguo Testamento y que los evangelistas mencionan en sus relatos (Zacarías 9:9; Salmos 118:25-26)

3. Las mismas personas que aplaudían y gritaban a Jesús ¡Hosanna! fueron los que días después gritaban ¡crucifícalo!, a pesar que Pilatos abogaba por salvarlo. Esto nos enseña que las masas son tontas y volubles…, ¡no vayas tras ellas! Que tu adoración sea genuina y no cambiante.

4. El burrito en el que se montó Jesús muestra la humildad del Maestro quien pudo haber entrado en un carruaje tirado por corceles según la costumbre de los generales victoriosos en la tradición romana; o bien en un camello según los grandes mercaderes de la época; también pudo entrar a pie, pero Jesús optó por montarse sobre un humilde burro, ¿por qué? Porque Dios utiliza lo pequeño, lo humilde, «lo poca cosa para hacer grandes cosas». Vemos en este acto la “teología de lo pequeño”, una escuela de pensamiento que ya Isaías había plasmado en la consciencia colectiva de Israel con los relatos de los cuatro cantos del siervo sufriente (Isaías 42:1-4, 49:1-6, 50:4-9, 52:12-53:13).

III. Lección Final.

Que este domingo de Ramos dejemos entrar a Jesús a nuestro corazón, recibámoslo con aleluyas, aplausos y gozo, pero mantengamos esa actitud no sólo por un par de días, sino constantemente. Hagamos de nuestro encuentro con el Maestro un Domingo de Ramos permanente y no una mera emoción.

«He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta de su corazón, entraré a él y cenaré con él y él conmigo» (Apocalipsis 3:20)


En la playaGabriel Gil es Coach integral sistémico y mentor de vidas, de profesión teólogo. Su Propósito en este mundo es “guiar a las personas hacia Dios ayudándolas a mejorar sus vidas”.

ENAJENACIÓN ESPIRITUAL

Susana
Conocí a esta mujer años atrás, y aunque su caso es radical representa a muchos que viven encerrados en su propio mundo. Ella asistió por años a una iglesia de dudosa doctrina donde «todo lo del mundo era malo» y sólo los que asistían a esa congregación eran «buenos». Tal era el poder de convencimiento de sus líderes que todos creían en sus enseñanzas a pies juntos, sin cuestionamientos, dudas u observaciones. La palabra del pastor era ley, y él hacía y deshacía en la vida de sus feligreses con plena autoridad. No somos secta -afirmaban-, pero la vida de sus adeptos parecían decir otra cosa.

Una característica en común rodeaba a todos las ovejas de este corral, vivían en una especie de esfera donde nadie podía entrar, sólo ellos y sus hermanos de fe; una esfera invisible pero real -al menos para ellos-, donde las luchas con huestes celestiales, reprensiones a Satanás y revelaciones divinas eran pan de cada día. Los servicios dominicales, y también los de entre semana, eran sólo eso: luchar, luchar, luchar… ¿con quién? Anda a saber, pero ellos «luchaban» alzando sus voces con gritos espeluznantes, ademanes con las manos y pies, emitiendo sonidos guturales, induciéndose el vómito para ser liberados e incluso cayendo al piso en una especie de éxtasis paranormal. Toda esta descripción parece invento mío pero no lo es, es algo que existe «aquí y en la quebrada del ají» (chilenismo).

La mujer con la que comencé el relato logró salir de esa iglesia, gracias a Dios. Con lágrimas en los ojos nos relató a todos los que participábamos de la cátedra «Análisis de la Guerra Espiritual y Teología de la Prosperidad», cómo llegó a ese grupo, cómo iniciaron el lavado de cerebro (cita textual) y su posterior deterioro; estábamos atentos a sus relatos pues parecía obra del mismo Hitchkoc (las palomitas de maíz se hicieron nada pues los chiquillos escuchaban y con nervios sonreían comiendo como desesperados jaja). Susana -así la llamaremos-, nos dijo: «Llegué a creer que todo el mundo era malo, eso incluía a mi familia. Andaba por las calles hablando en lenguas, reprendiendo y temblando por la presencia de Dios, o eso creía yo». Nos dijo también: «A veces cuando conversaba con personas sentía cosas raras en mi interlocutor y no tenía reparos en comenzar a ‘reprender al diablo’ mientras la otra persona me preguntaba, ¿estás bien, qué te pasa, por qué dices esas cosas?». Debo reconocer que escuchar a esta dama fue una de las partes más tétricas y apasionantes de la clase, lo digo con propiedad porque yo era el profesor de ese curso. Pero la tragedia no había terminado aún, todo acabó cuando sus hijos debieron internarla en una casa de reposo bajo un diagnóstico médico: ¡se había enajenado!

¿Existe la Guerra Espiritual?
Respecto a esta pregunta no sería justo responderla en un párrafo o dos, al menos con la seriedad que se merece. El curso que dicté en aquel seminario contenía al menos 25 horas presenciales, además de bibliografía para leer, ejercicios en clases, trabajos grupales, debates, exposiciones de temas y también trajimos invitados especiales que nos relataran sus puntos de vista. Todo eso hizo que la clase adquiriera peso académico además de sensibilidad espiritual. Dentro de los alumnos habían unos tres «bandos» o estilos de pensamientos. Estaban los que opinaban que la guerra espiritual sí existe con demonios, luchas, reprensiones, revelaciones y demás, aunque guardando un equilibrio sano; también estaban los alumnos que sostenían que esta guerra era más bien interna, la lucha del cristiano con sus propios demonios; es decir, consigo mismo, con sus malos hábitos, pensamientos y actitudes. Y había un tercer grupo, quizá los más jóvenes que aún no tenían fundamentos claros para tener su propia opinión. Cabe mencionar que los alumnos, en su mayoría eran personas con experiencia pastoral, misionera y de evangelismo, no ha de juzgarse entonces como si se tratase de académicos de oficina ridiculizando una postura, al contrario, siempre se manejó la seriedad del caso aunque a veces era inevitable reír con algunos episodios que escuchábamos, en otros en cambio provocaba llorar de espanto.

Usted ha de preguntar… Gabriel, ¿y usted qué piensa al respecto? Sencillo, al menos para mí (a continuación escribo mi opinión personal, la cual no debe considerarse absoluta o única): La lucha espiritual existe, pero debe darse en un EQUILIBRIO BÍBLICO. No niego la existencia de entidades espirituales -llámense ángeles o demonios-, pero no les doy la importancia que el movimiento Guerra Espiritual les da. La Biblia no se centra en luchas con ángeles, demonios, huestes, principados u otras cosas, pero no las niega. Respeto a mis hermanos que creen en ese tipo de lucha, «cuerpo a cuerpo», pero yo tengo mi propia lucha espiritual. Yo lucho con gabriel, ojo, NO con el ángel Gabriel, sino con mis propios fantasmas (pensamientos, actitudes, temores, palabras, etc)… Y ya tengo suficiente conmigo mismo como para andar luchando con «fulanos espirituales» que en nada aportan a mi crecimiento, pero ojo, también he tenido luchas con demonios y esas cosas, pero no las maximizo.

¿Quiere decir que usted niega la existencia del diablo? -preguntará-, Y yo respondo: Si usted pregunta eso es porque no me conoce, no sabe que mi familia y yo hemos sido misioneros en el campo, hemos estado fuera de las paredes eclesiásticas abriendo obra, enseñando, ayudando a los necesitados aquí en Chile y el extranjero. Y he aprendido algo bíblico e irrefutable: «El diablo, muchas veces somos nosotros mismos, las instituciones, el sistema corrupto, las organizaciones… incluso algunas que pretenden ser cristianas pero no lo son». Ahora bien, esto no significa que rechace a las personas que «están en continua guerra espiritual», más bien las respeto, pero no comparto sus teorías. Yo mismo he tenido encuentros con «demonios de verdad y casos de exorcismo reales», pero han sido pocos, ¿por qué? Porque las estadísticas no mienten: El 98 % de los casos de endemoniados o presencias malignas espirituales son producto de la mente, emociones, temores concebidos o sistemas corruptos de maldad. Eso quiere decir que sólo un 2% es un caso «real» de presencia demoníaca, y entonces reflexiono: ese 2% no puede contra la Sangre de Cristo… ¡¿cuantos dicen Amén?!

Características del Movimiento Guerra Espiritual.
Un estudio al respecto distingue las principales características del movimiento «Guerra Espiritual» que lejos de desaparecer sigue más vigente que nunca, características que pueden encontrarse en iglesias, ministerios, agrupaciones, congregaciones independientes e incluso denominacionales.

– Se debe distinguir entre Guerra Espiritual como estrategia misionológica y la lucha ordinaria de los creyentes con sus pasiones.

– Para los integrantes del movimiento existe una jerarquía satánica, con niveles de autoridad según los demonios y las ubicaciones geográficas donde radican.

– El movimiento sostiene que existe «territorialidad» de los demonios. Así entonces cada país, estado, provincia o región es gobernado por una hueste, unas son más poderosas que otras. Y que el evangelismo sólo será efectivo si antes se «limpia» el lugar a evangelizar por medio de reprender, atar y enviar al hombre fuerte al fondo del mar.

– La oración de guerra es indispensable para este movimiento. Sus adeptos deben star siempre orando, ya sea en la casa, en la Universidad, mientras conducen, en el trabajo. Reprender al diablo no ha de considerarse una opción, sino una obligación. De ahí que los «guerreros espirituales» siempre están reprendiendo, incluso si están conversando contigo, lo más probable es que te estén «atando mentalmente». Los más radicales no tienen tapujos en reprenderte en voz alta así estén conversando contigo en una cafetería, por ejemplo.

– La confesión positiva también es parte del movimiento. Los adeptos siempre confiesan bendiciones. Ejemplo: ¡No estoy enfermo! ¡No soy pobre! ¡Soy princesa de Dios! ¡No soy gordo! Y bueno, los 120 kilos dicen lo contrario 🙂

– Negación de situaciones: Los que entran de lleno a la Guerra Espiritual constantemente niegan situaciones difíciles por las que está atravesando, culpando de sus desgracias al diablo u otros cristianos «menos espirituales». A esto se le conoce como «escapismo».

– La regresión es parte de este movimiento, aunque es practicada a menudo por los líderes en retiros espirituales herméticos, muy místicos, donde sólo los «elegidos» pueden entrar. En estos encuentros se practica cierto tipo de «hipnosis colectiva», donde los adeptos son llevados por sus maestros a reconocer episodios tristes en sus vidas de niñez o adolescencia para practicar «la sanidad interior». Muchos de estos maestros espirituales ni son médicos, ni siquiatras o sicólogos, ¡ojo!

– Por lo general los servicios en las iglesias de tipo Guerra Espiritual son cargadas de alabanzas de guerra, profecías y gritos. Los adeptos no encajarían en otras iglesias porque las encontrarían «poco espirituales». Se ha de considerar que las iglesias guerreras pueden fácilmente cantar hasta 2 horas sin parar antes de entregar al predicador. ¿Qué ocurre con los feligreses? Sicólogos afirman que las canciones repetitivas, con un mismo tono y por largo tiempo provocan una especie de sugestión en los individuos.

– Promesas y más promesas. Las iglesias de tipo Guerra Espiritual mueve sus enseñanzas y predicaciones en base a «promesas de bendición a sus adeptos»; es decir, en los cultos siempre se habla de «la bendición de Dios que ya viene», «que esta vida ya va a pasar y viene la verdadera vida allá en los cielos», y que «todo se arreglará en Dios». No obstante, esto y más provoca serios daños en los «guerreros», ¿cuáles?

Consecuencias en los Adeptos del Movimiento Guerra Espiritual.
– Existen consecuencias sociales como la enajenación o pérdida del contacto con la realidad, como lo fue el caso de nuestra Susana. Esto es muy peligroso porque los adeptos crean su propio mundo, ¿por qué lo hacen? Al no estar conformes con su vida construyen una «vida paralela», donde luchando son felices. Esto es muuuuuy perjudicial para el individuo y su familia.

– Existen consecuencias médicas al rechazar la intervención de la medicina en caso que la necesiten. Se ha sabido casos de personas que han muerto.

– Existen consecuencia de fe, pues el adepto tergiversa sus creencias llegando incluso a la confusión total.

– Existen consecuencias morales pues el adepto evita la responsabilidad del pecado, culpando a otros. También juzga a quienes no son tan «espirituales» como él, provocando así rechazo por parte de los demás.

– Cansancio físico y mental. Al estar siempre en guerra es lógico -dicen los expertos-, que estos individuos anden cansados todo el tiempo, aunque ellos lo negarán, pero sus cuerpos dirán lo contrario: a menudo propensos a enfermedades gastrointestinales.

– Y también hay consecuencias de testimonio. Los adeptos a este movimiento por lo general llevan vidas muy diferentes a las que se espera de un verdadero cristiano, no son creíbles. Disfrazan su falta de espiritualidad con una obra teatral llena de gritos, oraciones y demonios por doquier. Las personas no cristianas se dicen para sus adentros, «¿este es un cristiano? Si así son los cristianos yo no quiero ser uno».

Conclusión.
Medir la espiritualidad de una personas es tanto complejo como arrogante, pero «los resultados no mienten». La verdadera espiritualidad se pesa en base a nuestra relación con Dios que se refleja en nuestro comportamiento diario, no sólo en el templo, sino en la cotidianidad de la vida. Una persona espiritual es aquella que ha sometido todo su ser a la guianza del Espíritu y demuestra con creces el fruto, el fruto del espíritu declarado en el libro de Gálatas 5:22-23.

Quiero animar a aquellos cristianos espirituales a amar, respetar y ayudar -hasta donde sea posible-, a aquellos cristianos que están viviendo «enajenados espiritualmente». Ya vimos las características del movimiento, características que pueden estar ocurriendo en algún familiar suyo, compañero de trabajo, hermano de la iglesia, o con sus propios líderes. Ojo, muy atento a las manifestaciones de enajenación espiritual, al primer síntoma esté alerta.

Etiquetaré a algunos amigos NO porque crea que están enajenados (jeje), sino porque tuvieron la gentileza de comentar o poner «me gusta» en un post anterior a esta nota donde en pocas líneas escribí respecto a esto. También etiquetaré a algunos amigos sicólogos, médicos y siquiatras porque su opinión es muy valiosa en estos casos. Y también etiquetaré a algunos pastores que aprecio mucho porque creo que esta nota pueda ser el inicio de una investigación más detallada de su parte. Recomiendo la lectura de la tesis de la autora Aves, aunque pueda sonar controversial para muchos, su aporte teológico es necesario para equilibrar el punto de vista respecto a la enajenación espiritual.

Un Último Consejo… LA CLAVE ES EL EQUILIBRIO. No todo es espiritual (ángeles, demonios, visiones, exhorcismos), y no todo es ciencia (mente, conocimiento, raciocinio).

¿Capiche?

Un aporte de Gabriel Gil Arancibia, Presidente Ejecutivo de MENTHOR, consultora en desarrollo humano. Por favor, «no me reprenda, no me ate, no me envíe al fondo del mar», mejor reflexiones en esta nota y compártala. Bendiciones para usted.

Bibliografía Sugerida.
A fin de provocar una investigación propia respecto al tema, me permito sugerirle los libros que utilicé para elaborar la cátedra que di en el seminario años atrás. Quizá usted quiera leer más al respecto en los libros a continuación nombrados:

1. Aves, Alejandra. «Tesis de grado: Reflexión Bíblica y Teológica de la Figura del diablo dentro de un Aporte y Perspectiva Pastoral con un Énfasis en el Nuevo Testamento». Quito, Semisud, 1998.

2. Berkhof, Luis. «Teología Sistemática (área de demonología)».

3. Haag, Herbert. «El diablo, un Fantasma».

4. Horton, Stanley. «Teología Sistemática, una Perspectiva Pentecostal».

5. León, Jorge. «Sicología de la experiencia religiosa».

6. Murphy, Ed. «Manual de Guerra Espiritual».

7. Varios autores. «Poder, Misión y Debate sobre Guerra Espiritual en América Latina».

8. Prince, Derek. «Bendición o Maldición».

9. Torres, Hector. «Desenmascaremos las tinieblas».

10. Bonilla, Yattenciy. «Análisis bíblico-exegético de la Guerra Espiritual» (ensayo).

11. Campos, Bernardo. Análisis de la Teoría de la Guerra Espiritual.

12. Apéstegui, Tito. Entrevista.

13. Ramírez Sanz, David. Entrevista.

14. Larochelle, Jean David. Entrevista.