UN AÑO SABÁTICO DE LA PASTORAL

La expresión «año sabático» viene de la Biblia, específicamente de la ley mosaica. En ella se consigna a Israel a dejar descansar la tierra por un año, después que ésta haya sido trabajada seis. Veamos donde se registra tal orden:

El SEÑOR le dijo a Moisés en el monte Sinaí: «Diles a los israelitas que cuando entren a la tierra que les voy a dar, la tierra cada siete años debe descansar todo un año, en honor al SEÑOR.  Durante seis años pueden sembrar sus campos, podar sus viñedos y recolectar los frutos,  pero el séptimo año será un tiempo de completo descanso para la tierra, en honor al SEÑOR. Ustedes no deben sembrar los campos, podar las viñas,  cosechar lo que crezca por sí solo, ni recolectar las uvas de los viñedos sin podar. Ese será un año de completo descanso para la tierra. Pero lo que la tierra produzca por sí sola en el año de descanso será de ustedes, para que lo coman ustedes, sus sirvientes, sus trabajadores y los extranjeros que vivan con ustedes. También será para que coman su ganado y los animales salvajes del país; se podrá comer todo lo que la tierra produzca ese año» (Levítico 25:1-7).

¿POR QUÉ ESTA ORDEN?

Dios sabe que no solo el hombre necesita descansar de sus labores ––en el decálogo estableció la regla «seis días trabajarás y uno descansarás»––, sino también la tierra. Al dejar que el campo de cultivo repose durante todo un año, el séptimo, le permite que recobre sus nutrientes, que se oxigene, que el sol, el viento y la lluvia la renueven para que así la tierra reponga fuerzas, pero para que esto ocurra debía estar «sin movimiento» durante todo un año. A esto se le conoció como «año sabático».

Un poquito de Etimología 

La expresión «sabático» viene de sábado y éste a su vez del hebreo šhabbat  (שַׁבָּת) que significa «día de descanso». El descanso para Dios es una actividad espiritual que afecta positivamente el área física, mental y emocional del ser humano, y también es un acto de cuidado hacia el entorno (familiar, trabajo, organizacional, ministerial); en este caso hacia la tierra.

El shabbat judío es un elemento pedagógico por medio del cual Dios enseña: Es preciso que descansen en lo personal y en lo natural. Y esta enseñanza, si bien al principio concernía solo a los israelitas ha venido a ser universal por medio de Jesucristo. Por tanto el שַׁבָּת puede y debe aplicarse también a nosotros, no solo una vez por semana, sino también cada siete años. Sin embargo, ¿cómo podríamos tomarnos un año sabático si no poseemos campos de cultivo, si no somos campesinos, si no trabajamos la tierra?

APLICACIÓN HOY

Cada vez hoy encontramos más profesionales ––de distintas ramas–– aplicando el concepto judío a sus «propios campos», o sea, tomándose todo un año de reposo de sus labores para dedicarse a otros menesteres como: Estudiar, viajar, pasar tiempo en familia, crecer en lo personal, terminar la construcción de su casa, criar a un hijo recién nacido, dormir, etc. Para que estas nuevas labores sean beneficiosas para el sabatino* deben contribuir a «aliviar su vida y no a hacerla más pesada», de ahí que cada persona que se tome un año sabático debe seleccionar muy bien qué hará durante su jornada de reposo.

Para algunos será energizante dormir cual osos en hibernación durante todo un año y para otros en cambio lo será viajar por todo el mundo, y quizá para otros les resulte más descansador sacar algún grado académico durante su sabático (aunque esto último suene extraño lo cierto es que muchos utilizan este año para estudiar, siendo para ellos una completa fascinación). En fin, en el año de reposo se debe procurar la desconexión del profesional de lo que acostumbraba a hacer para hacer otras cosas que le devuelvan sus fuerzas, vitalidad, creatividad, energía y pasión. Por eso la orden bíblica es tan clara: «Ustedes no deben sembrar los campos, podar las viñas,  cosechar lo que crezca por sí solo, ni recolectar las uvas de los viñedos sin podar. Ese será un año de completo descanso para la tierra» (Levítico 25); o sea, no hagas más de lo mismo, desconéctate, haz otras cosas, invéntate un hobby, un proyecto, un nuevo trabajo que te alivie y no que te abrume. Descansar durante el año sabático no debe verse solo como «cruzarse de brazos y dormir en una hamaca debajo de unas palmeras en una playa paradisíaca durante un año completo» ––aunque eso no me molestaría, sino, hacer otro tipo de acción diferente a la que se venía haciendo.

Tengamos cuidado entonces de confundir «año sabático con inactividad», nunca fue el propósito divino que se entendiera así. Comprende esto: estar unos cuantos meses sin trabajar de manera remunerada ni recibiendo educación formal no tiene por qué ser perder el tiempo, en el Universo de Dios lo natural es antinatural para nosotros. Así que tomarse un tiempo para descansar, estudiar, acabar un proyecto, viajar o simplemente no pastorear (durante un año) siempre será una inversión sana y provechosa. Tus hijos lo agradecerán, tu esposa igualmente y el Reino será beneficiado.

MI RESOLUCIÓN: DEJARÉ DE PASTOREAR DURANTE TODO UN AÑO

Mi esposa y yo tenemos 22 años de matrimonio, veintiún de los cuales los hemos dedicado a ministrar comunidades cristianas. Seis iglesias han sido pastoreadas por nosotros y eso ha producido una serie de gratas experiencias, anécdotas chistosas, amistades cultivadas y colegas de ministerio a quienes apreciamos mucho…, tantos años en la pastoral nos ha hecho crecer como personas de manera formidable. Pero también hemos experimentado una serie de dificultades, decepciones, frustraciones y problemas que quienes han ejercido este sacro oficio seguro entenderán. No vale la pena aquí «llorar por la leche derramada».

Sin embargo hemos cometido un craso error, al igual que los israelitas ignoramos conscientemente el mandato bíblico del año sabático. Durante nuestros 21 años de pastorado «nunca nos hemos tomado un año de desconexión total». Seguro algunos pensarán que tal acción es innecesaria, es exagerada, es de gente débil o que esto simplemente es imposible (por factores financieros básicamente); bueno yo era uno de ellos y sin embargo de algo estoy seguro: EL CANSANCIO NOS PASÓ LA CUENTA. Por tanto decidimos dejar de pastorear localmente.

Las razones específicas las enumero a continuación:

1º EL EJERCICIO DE 21 AÑOS DE MINISTERIO SIN DESCANSO, VACACIONES Y/Ó ALTOS NOS PASÓ FACTURA. Fabiola y yo olvidamos que somos humanos y que el cuerpo es frágil, pensamos que nunca pasaría pero pasó, el cansancio cobró lo que tenía que cobrar y nosotros no teníamos para pagar. Me refiero a «cansancio crónico».

2º LA ENFERMEDAD DE CASI 5 AÑOS DE DURACIÓN DE MI ESPOSA NOS AGOTÓ (enfermedad que sigue activa y la cual espero podamos vencer ¡en el nombre de Jesús! y con los tratamientos médicos a los que ella está siendo sometida). La enfermedad es parte de la naturaleza humana y debemos aceptarla, pero cuando ésta es prolongada surte un efecto nocivo en las emociones, mente y cuerpo de quien la padece y por ende, de quienes rodean al enfermo. Tal fue el caso de nuestra familia. ¡Nos enfermamos todos!

3º LA FALTA DE RECURSOS FINANCIEROS CONTRIBUYÓ A NUESTRA DECISIÓN. Con mi esposa tenemos claro que no se entra al ministerio para hacerse rico, tampoco se asume el pastorado con las expectativas de lucrar, sino para trabajar para Dios en el cumplimiento de la misión; pero lo cierto es que la falta de un flujo constante de finanzas (más decreciente que creciente), contribuyó a desanimarnos.

4º LA FALTA DE RESULTADOS EN NUESTRA ÚLTIMA IGLESIA LOCAL NOS DESMOTIVÓ. La congregación actual ––la que estoy pastoreando todavía–– ha sido la que más nos ha costado levantar, educar, comisionar. Los escasos resultados en cuanto a compromiso, lealtad, generosidad y entrega a la missio dei fueron haciendo mella en mí. Finalmente reconocí que esta congregación tiene potencial suficiente para crecer y ser mejor (es una buena iglesia, no me quejo de ella), pero no conmigo al frente, sino con un pastor con todas las baterías cargadas. Decidí por tanto dar un paso al costado para que uno mejor que yo asumiera, mi iglesia local lo merecía.

5º LA MUERTE DE VARIOS DE NUESTROS COLEGAS NOS HIZO REFLEXIONAR. Por último, y no por eso menos importante, la muerte prematura de varios compañeros de ministerio en nuestra denominación por causas relacionadas al cansancio extremo hizo sonar una campana de alerta en mi interior. Me di cuenta que a pesar de ser más joven que esos santos difuntos yo también terminaría así si no hacía algo al respecto. No quería ser «uno más de las estadísticas mortales del pastorado».

¿FUE FÁCIL NUESTRA DECISIÓN?

¡Claro que no! Fue un proceso largo de un año de oración, consultar a pastores-mentores, hablar con nuestras autoridades y escudriñar las Escrituras para ver qué es lo que ellas tenían que decir. La confirmación vino a mí en cierta noche de insomnio cuando leía el pasaje de Levíticos 25:1-7 del cual ya hablé al principio de este artículo. Cuando acabé de leer la Santa Palabra exclamé: ¡Eso es justamente lo que mi esposa y yo necesitamos! Descansar de la pastoral local y de todo lo que eso involucra por un año.

ALGUNAS PREGUNTAS QUE NOS VINIERON

• ¿Nos alejaremos de la iglesia, el ministerio y todo lo que huela a cristianismo durante este sabático? ––nos preguntamos––. ¡Claro que no! ––fue nuestra respuesta. Mi compromiso con la denominación seguirá intacto, mis invitaciones a enseñar también así como mi apoyo al Obispo de mi Territorio en el departamento de Cuidado Pastoral para Pastores. Simplemente dejaremos de dirigir una iglesia local por un año.
• ¿Somos cobardes por hacer esto? ¿Nos faltó fe? ¿Fue una decisión apresurada? ¿Estamos dando mal testimonio con este actuar? ¿Somos unos debiluchos? ––fueron otras preguntas que vinieron a nuestra mente. Y yo mismo me respondí: «Lo que estamos haciendo no es nuevo, varios profesionales seculares hacen arreglos para tomarse un año de desconexión. Ellos entendieron de mejor manera lo que nosotros, los ministros de Jesucristo debíamos entender, «que la tierra necesita recuperar fuerzas para la siguiente temporada». Tal es nuestro caso, tal nuestra decisión». Por tanto, no somos cobardes, no nos faltó fe, no fue una decisión apresurada, no estamos dando mal testimonio (al contrario), ¡no somos débiles!
• ¿Cómo vamos a sobrevivir financieramente hablando durante este tiempo? ––es una pregunta que todavía ronda mi corazón sembrando en él angustia, lo admito. Sin embargo creo en el Dios de los milagros, en el Dios que abre puertas, en el Dios que honra a quienes le honran. Y tomarnos este sabático es honrar sus mandamientos, es creer que si Él dijo que debemos dejar reposar la tierra por un año es porque proveería a sus trabajadores de igual o mejor manera durante esa jornada: «Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo» (Levítico 25:6).

¿POR QUÉ LOS MINISTROS EN A. LATINA NO SE TOMAN AÑOS SABÁTICOS?

Si bien las instrucciones bíblicas son claras, precisas y sabias en cuando al descanso también lo es que nuestra realidad latinoamericana no nos permite ––o así lo creemos–– tomarnos un año entero sin trabajar en la pastoral local. Las siguientes son las principales causas del porqué nos cuesta tanto dar el paso de tomarnos un año sabático del pastorado.

1. El factor «financiero»: Al tomar un año sabático el ministro dejaría de percibir un sueldo mensual pues ya no trabajaría en su iglesia. Este es el principal factor del porqué no se toma este año (un factor completamente legítimo que yo mismo estoy viviendo).
2. El factor «qué dirán»: Los ministros suelen compararse con otros, muchas veces compiten con sus pares. Se requiere humildad para reconocer que «estamos agotados, no soy capaz de seguir». Muchas veces «el qué dirán mis colegas» pesa más que nuestra salud.
3. El factor «súper hombre»: Por muchos años se nos ha enseñado que el pastor es una especie de «super-man», uno que no se cansa, no llora, no se enferma, no se deprime. Tal pensamiento es nocivo para el colegio pastoral pero sigue vigente en muchos ministerios.
4. El factor «es pecado»: Varios ministros piensan que descansar es pecado, negando con esto el principio bíblico del reposo. Si hasta Jesús necesitó desconectarse…, ¡cuanto más nosotros, simples mortales!
5. El factor «culpa»: Lo crean o no este factor es posiblemente el más poderoso de todos, es un sentimiento que carcome la mente del ministro silenciosamente. Pesa más la culpabilidad de dejar de pastorear que los múltiples beneficios que un año sabático otorga.
6. El factor «estoy en control»: Estar en control es una ilusión, la vida no fue diseñada para eso, tampoco la pastoral. Sin embargo no pocos ministros no soltarían su iglesia porque ésta les da cierto control sobre las personas, la adrenalina de poder consume a muchos.
7. El factor «ignorancia»: La Biblia dice en Oseas 4:6 que el pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento. Bueno, muchos ministros están siendo destruidos porque ignoran ––consciente o inconscientemente–– el mandato bíblico del año sabático. Un principio que debe ser estudiado a fondo y aplicado.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE TOMARSE UN AÑO SABÁTICO?

He consultado con personas que lo hicieron ––y algunos que lo están haciendo––, lastimosamente ninguno de ellos es pastor pues no hallé siquiera uno (lo cual es contradictorio). Los entrevistados me nombraron algunos beneficios de este tiempo de licencia:

1. Descanso mental
2. Conexión con uno mismo
3. Más tiempo para la familia
4. Se conoce más gente
5. Las fuerzas se renuevan
6. Nacen nuevas ideas
7. Se fomenta la espiritualidad
8. Se rompe la adicción al trabajo
9. Se aprende a «ceder el control»
10. La alegría, pasión y energía vuelven a uno

FINALMENTE…

Oren por nosotros, bendíganme con palabras de aliento, ayúdenme a creer que Dios no nos dejará y que de alguna manera misteriosa el Señor proveerá financieramente más de lo que nuestra iglesia local nos daba. ¡Sí, amén! creo que este año nos repondremos de nuestro cansancio, mi esposa será sana, nuestras finanzas mejorarán y los resultados de nuestro ministerio subirán.

Por cierto, no me crean un «tipo irresponsable». Además de pastorear localmente yo trabajo como Coach-mentor (conferencias, mentorías personalizadas y libros) y mi esposa por su parte como cosmetóloga profesional. Seguiré en mis trabajos de coaching y ella en los de embellecer mujeres. Además mis autoridades denominacionales me dieron su venia para tomar este sabático, no lo hice sin contar con su aprobación (en la obediencia hay ganancia, y en la sumisión a tus líderes también).

Desde la pastoral de campo los saludo, espero no ser juzgado y si lo soy nada puedo hacer para evitarlo, solo les recuerdo que quien le escribe es uno que ha caminado los caminos de la pastoral por muchos años, y los seguirá caminando cuando haya sido renovado.

ORACIÓN: Señor, gracias te doy por las claras instrucciones dejadas en la Biblia, allí encuentro órdenes precisas respecto a mi reposo. Te pido perdón por no respetar el principio del descanso, perdóname porque mi cansancio obedece a mi exceso de trabajo, el creerme invencible, súper-hombre, autosuficiente. Ahora te pido me ayudes a «descansar bien», que este año sea diferente para mi esposa y para mí, que podamos hacer las cosas bien y que de alguna manera esto que estamos haciendo sea de enseñanza para muchos, empezando por nuestras hijas. Amén!

by Gabriel Gil, «aprendiendo los misterios del Año Sabático».

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Recomiendo las siguientes lecturas relacionadas:

• Teología del descanso para Pastores: https://gabrielgila.wordpress.com/2018/07/19/teologia-del-descanso-para-pastores/
• La depresión, un asesino silencioso de Pastores: https://gabrielgila.wordpress.com/2015/06/08/la-depresion-un-asesino-silencioso-de-pastores/
• Pastor, uno de los trabajos más difíciles del mundo: https://gabrielgila.wordpress.com/2018/07/04/pastor-uno-de-los-trabajos-mas-dificiles-del-mundo/
• Para pastores, ocúpate de ellos, no te preocupes: https://gabrielgila.wordpress.com/2015/04/05/para-pastores-ocupate-de-ellos-no-te-preocupes/