UNA GENERACIÓN PROACTIVA

12646944_10208623846611267_913993260294638243_nSeguramente la mayoría de ustedes ha escuchado una palabra que por algunos años se ha venido utilizado bastante: PROACTIVIDAD.

Se nos dice que debemos ser personas proactivas, líderes proactivos, una generación proactiva, ministros proactivos, pero… ¿Qué significa esta palabra?

1. DEFINAMOS PROACTIVIDAD

Proactividad es una actitud en la que el sujeto u organización asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias del contexto. La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer”.

Interpretemos la definición presentada.

El concepto de proactividad se ha puesto de moda en el ámbito de la dirección de empresas, en las Organizaciones Inteligentes y en los liderazgos de alta gerencia. Se espera que los directivos y gerentes sean proactivos y también las compañías construyan sus futuros de forma proactiva, aunque no todo el mundo coincide en la forma de definir la proactividad. Este concepto tiene diversas acepciones como sucede con otros tantos términos que se han introducido recientemente en el léxico del mundo organizacional, pero que no se encuentran en el diccionario. Veamos algunas de estas definiciones.

  • Stephen Covey considera que la esencia de la persona proactiva es la capacidad de liderar su propia vida. Al margen de lo que pase a su alrededor, la persona proactiva decide cómo quiere reaccionar ante esos estímulos y centra sus esfuerzos en su círculo de influencia, es decir, se dedica a aquellas cosas con respecto a las cuales puede hacer algo. Para Covey la proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.
  • Ralf Schwarzer sostiene que el comportamiento proactivo es la creencia de las personas en su potencial para mejorarse a sí mismas, su situación y a su entorno. Las personas que se rigen por este comportamiento anticipan o detectan estresores potenciales y actúan para prevenirlos. Según esta definición, la proactividad está estrechamente relacionada con la sensación de control y de autoeficacia. Las personas que se consideran eficaces, que piensan que pueden controlar la situación y solucionar sus problemas, tienen más facilidad para emprender la acción.
  • Para Bateman y Crant la proactividad supone crear cambio, no sólo anticiparlo. Según estos autores ser proactivo no consiste únicamente en tener flexibilidad y adaptabilidad hacia un futuro incierto sino que es preciso tomar la iniciativa para mejorar un negocio.

Frankl

2. VÍKTOR FRANKL, «El Hombre en busca de Sentido»

Sigamos con la definición: El término proactividad lo acuñó Viktor Frankl en su libro Man’s Search for Meaning (El hombre en busca de sentido, 1946). Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió a los campos de concentración nazis. Años después el término proactividad se popularizaría en muchos libros de autoayuda, desarrollo personal y empresarial gracias al best-seller “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas» del autor Stephen R. Covey. 

Frankl nos dice que en los campos de concentración nazi habían dos tipos de reos. Aquellos que “se dejaban morir” ––y de hecho morían––, y “quienes hacían todo lo posible por sobrevivir”. Muchos de ellos sobrevivieron, tal es el caso de nuestro siquiatra.

Pregunta. ¿Qué motivaba a estos prisioneros a luchar por sus vidas?

Nuestro siquiatra nos da una respuesta sencilla pero contundente: “Los prisioneros que poseían «sentido de vida» eran capaces de auto-generar ganas de vivir”.

Así que las personas proactivas son por regla general:

  • Optimistas,
  • Con un claro sentido de dirección,
  • Capaces de sobrevivir cualquiera sea las circunstancias que las rodean.

Ahora bien, al igual que en el campamento nazi, en la vida diaria encontramos dos tipos de personas, las “reactivas” y las “proactivas”. Definamos cada una.

  • Personas Reactivas: Se ven afectadas por las circunstancias, las condiciones, el ambiente social… pero hacen poco o nada por cambiar. Sólo se sienten bien si su entorno está bien. Centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación: en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. No tienen la libertad de elegir sus propias acciones. Critican y no ofrecen soluciones.
  • Personas Proactivas: Se mueven por valores cuidadosamente meditados y seleccionados: pueden pasar muchas cosas a su alrededor pero son dueñas de cómo quieren reaccionar ante esos estímulos. Centran sus esfuerzos en el círculo de influencia: se dedican a aquellas cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, con lo cual amplían su círculo de influencia. Ellos/as no sólo “proponen” (critican, denuncian), también “hacen”.

3. QUÉ NO ES LA PROACTIVIDAD

La proactividad no tiene nada que ver con el activismo o la hiperactividad. Ser proactivo no significa actuar deprisa, de forma caótica y desorganizada, dejándose llevar por los impulsos del momento. Las personas que tienen el hábito de la proactividad no son agresivas, arrogantes o insensibles, como defienden algunos tópicos, sino que se mueven por valores, saben lo que necesitan y actúan en consecuencia. El concepto opuesto es el de reactividad, o tomar una actitud pasiva y ser sujeto de las circunstancias y por ende, de los problemas. La definición extendida por Stephen R. Covey dice que la conducta individual es función de las decisiones propias y no de las condiciones (yo decido como actuar frente a las circunstancias).

4. ¿QUÉ PASAJE BÍBLICO NOS HABLA O MOTIVA A SER PERSONAS PROACTIVAS?

Hay varios pero uno en particular llama mi atención.

Leamos juntos Lucas 15:11-22

 11 Jesús también les dijo: «Un hombre tenía dos hijos. 12 Un día, el hijo más joven le dijo a su padre: “Papá, dame la parte de tu propiedad que me toca como herencia.” Entonces el padre repartió la herencia entre sus dos hijos.

 13 »A los pocos días, el hijo menor vendió lo que su padre le había dado y se fue lejos, a otro país. Allá se dedicó a darse gusto, haciendo lo malo y gastando todo el dinero.  14 »Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre. 15 Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca. 16 Al joven le daban ganas de comer aunque fuera la comida con que alimentaban a los cerdos, pero nadie se la daba.

 17 »Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre. 18 Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. 19 Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.” 20 Entonces regresó a la casa de su padre.

   »Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos. 21 El joven empezó a decirle: “¡Papá, me he portado muy mal contra Dios y contra ti! ¡Ya no merezco ser tu hijo!”.

 22 »Pero antes de que el muchacho terminara de hablar, el padre llamó a los sirvientes y les dijo: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo. Pónganle un anillo, y también sandalias.

5. APLICACIÓN DEL PASAJE: Este joven fue Proactivo porque… 

  • Reconoció su Situación: Una vez que se dio cuenta de su precaria situación ––la cual él mismo había provocado––, decidió remediarla, cambiarla. Esto nos enseña lo importante de hacer un alto en nuestra apretada agenda diaria, sentarnos a reflexionar la vida reconociendo así los aciertos y los errores; si no lo hacemos jamás podremos avanzar a nuevos y mejores niveles (el ejercicio de revisar la existencia es crucial en quienes han hecho de la proactividad un estilo de vida). Bien lo dijo el sabio Sócrates: «Una vida no revisada no vale la pena vivirla». Y por eso también el salmista nos enseña: «En el reposo nocturno examínese el corazón» (Salmos 4:4). Pero…, ¿cómo salir de esa situación que no nos gusta?
  • Planeó una Salida: El joven pródigo una vez reconoció las deplorables circunstancias que lo rodeaban ideó un plan de ataque, un proyecto detallado, minucioso. Luego lo puso en acción. ¿Qué nos enseña esto? ¡Si no tienes un plan de vida seguro vas camino al desastre!. El proverbista enseña: “Planes bien pensados ¡pura ganancia! Planes apresurados ¡puro fracaso! (Proverbios 21:5).
  • Se puso en Acción: Después de concebir tan magnífico plan ––sencillo pero poderoso–– salió de la finca y se dirigió donde vivía su padre donde puso en marcha su plan: pidió perdón con humildad y se sometió a la voluntad de su progenitor. Es decir, no se quedó sólo en “ideas”, las puso en marcha. Y es que esto es vital si deseas mejorar tu vida, «los pensamientos quedan muertos si no se los lleva a la práctica»…, ¡ya deja de construir castillos en el aire y ponte a construirlos de verdad!
  • Obtuvo lo que Quería: Finalmente el joven pródigo volvió a ser admitido en la casa paterna donde su vida mejoró sustancialmente. ¿Qué nos enseña esto? Las personas proactivas consiguen lo que quieren, logran metas, alcanzan objetivos; esto ocurre porque están orientadas a objetivos. Y esto es justamente lo que debemos hacer, focalizarnos, perseverar y conseguir…, ¡fuimos diseñados para conquistar la vida de nuestros sueños!

Lo interesante de este pasaje es que el hijo pródigo “pasó de ser un muchacho consentido, engreído y materialista, a un joven líder, capaz de transformar su realidad para vivir mejor. El pródigo tomó control de su vida y construyó un futuro mejor para sí”. Así entonces nuestro personaje abandonó el club de los reactivos para unirse al de los proactivos.

CONCLUSIÓN

En la iglesia así como en cualquier otra instancia de la sociedad encontramos a los reactivos y los proactivos, los mediocres y los excelentes, los cobardes y los valientes, los criticones y los que producen cambios. A los primeros se los conoce como los que edifican sobre arena, mientras que los segundos son los que edifican sobre la roca, los triunfadores que conquistan metas y bendicen a los demás con su vida (leer Mateo 7:24-27).

Estamos llamados a generar cambios, modificar realidades, impactar sistemas. ¿Cómo hacer esto? NO conformándonos al sistema, sino, influyendo en él, siendo personas PROACTIVAS. Sin embargo, esto jamás sucederá si primero no haces cambios en tu vida…, ¡el cambio empieza por ti!

❈ Este documento ha sido escrito para una charla a los jóvenes de la IDD en la 5ª Región Chile, en una convención a la que he sido invitado como orador.


img_20170122_140549

Gabriel Gil es Coach Integral Sistémico y Mentor de vidas; de profesión teólogo y por vocación divina pastor. Su misión en este mundo es “guiar a las personas hacia Dios ayudándolas a mejorar sus vidas”; lo hace a través de sus escritos, podcast, vídeos y seminarios que imparte en América Latina.

Mis Libros: http://www.sellfy.com/gabrielgil
Mis Vídeos: http://www.youtube.com/gabrielgilarancibia
Mis Audio-Charlas: http://www.spreaker.com/user/gabrielgil
Mis Post: http://www.facebook.com/gabrielgilarancibia