COMPORTATE CON LOS POBRES DE MANERA JUSTA

Proverbios 22:22-23, «No robes al pobre, porque es pobre, Ni quebrantes en la puerta al afligido; Porque Jehová juzgará la causa de ellos, Y despojará el alma de aquellos que los despojaren».

“Después del solemne prefacio ubicado en 22:17-21, esperaríamos hallar algo nuevo y sorprendente, pero no es así; vemos aquí una admonición lisa y llana contra la práctica inhumana de oprimir a los débiles. Gran pecado es robar a cualquier persona, pero mucho peor es robar al pobre, a quien deberíamos aliviar. Quebrantar al afligido, añadiéndole nueva aflicción, y eso en la puerta, es decir, ante el tribunal de justicia, es cosa malvada, vil y cobarde, aprovechándose de alguien que no puede ayudarse a sí mismo; es ser peor que las bestias, puesto que es antinatural. Pero el que de tal manera se comporta, lo hace para su propio mal, pues el oprimido encontrará en Dios su poderoso patrón” (Comentario Exegético-devocional a toda la Biblia. Libros Poéticos – Proverbios, Tomo 2. Editorial Clie).

Los pobres siempre estarán entre nosotros, sentenció Jesús, recordándonos una verdad poco agradable pero certera. Por tanto, es deber de los más afortunados tratar de buena manera a los menos afortunados, los pobres. No hacerlo es, como indicaría Trapp, condenarnos a nosotros mismos: “Si los que no alivian al pobre serán condenados, los que los roban serán doblemente condenados” (John Trapp, vicario de la Iglesia Anglicana, nacido en 1601 y fallecido en 1669. Fue un prolífico escritor, aunque se destacó más por su Comentario Bíblico del Antiguo y Nuevo Testamento, cinco volúmenes completos).

Y este buen trato hacia los pobres debe hacérselo incluso de manera visible: “Ni quebrantes en la puerta al afligido”. La puerta representa para los pobres el único medio de protección contra enemigos externos, por eso los afortunados debían procurar cuidar a los desvalidos, significando incluso llegar hasta la entrada de su casa para bendecirlos, y no entrar a ella sin el permiso del pobre quien aún en su precaria situación es dueño de su vivienda. Respetar al pobre es un valor supremo.

“Incluso si los ricos roban a los pobres, todavía tienen un defensor. Dios mismo juzgará la causa de ellos, y saqueará el alma de aquellos que saquean a los pobres. Al comprender la preocupación de Dios y la protección de los pobres, la sabiduría —bien aplicada— nos lleva a tratarlos honorablemente” (Enduring Word, Proverbios 22, Ricos y Pobres, Criando hijos). Una versión más moderna de este pasaje de Proverbios parece aclararnos de mejor forma el ‘Primer dicho de los Sabios’ (versión TLA – Traducción en Lenguaje Actual):

No abuses del pobre
solo porque es pobre,
ni seas injusto con él
en los tribunales.
Dios es abogado de los pobres,
y dejará sin nada
a quienes les quiten todo.

LECCIÓN:
Compórtate con los pobres de la misma manera (amable y educada) que te comportarías con un rico. Respétalos, hónralos, dignifícalos, trátalos bien; entonces te ganarás su aprecio y el favor del Todopoderoso; recordando además que también nosotros —los más afortunados— debemos tener la actitud de un pobre si queremos entrar al reino de Dios (Mateo 5:3).

Gabriel Gil, Autor
Los 30 Dichos de los Sabios (páginas 32-33)