DUEÑO DE TU SILENCIO

Ante las preguntas de Herodes, Jesús guardó silencio; frente a las acusaciones de los Ancianos judíos, enmudeció. Y cuando Pilato lo interrogó, apenas abrió su boca para decirle ‘tú lo has dicho’.

¿Qué quiso enseñarnos el Maestro de maestros? Esto es lo que yo creo: Silenciar nuestras respuestas –por más razones que tengamos, por más argumentos que poseamos, por más legitimidad que se nos conceda– es un derecho que pocos aprovechan. En una sociedad donde cada vez se responde más desde lo visceral, guardar silencio es una habilidad que se ha perdido porque se confunde con debilidad o falta de elocuencia, pero es todo lo contrario. Cerrar nuestra boca (o el teclado de nuestro celular) es tener el poder sobre la situación, es decidir a quién responder con una explicación larga, a quién con una respuesta concisa y a quién ignorar con nuestro silencio. Este poder ha sido concedido para todos, pero nuestra cultura ‘cantinflera’ nos hace responder a la menor provocación con una mansalva de palabras, a veces sin tino, cayendo muchas veces en peleas absurdas con personas que ni siquiera conocemos (en las RRSS encontramos claras muestras de ello). Por eso la frase tan usada en películas policiales, la cito, ‘tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga podrá ser usado en su contra’, debería ser escrita en las paredes de nuestra habitación, oficina, en los espejos de nuestros baños y carros, y obviamente en las pantallas de nuestros dispositivos; pero mejor aún, deberíamos hacerla parte de nuestro diario vivir pues, ¡cuantas complicaciones nos evitaríamos si respondiéramos menos!

¿Significa entonces que no debemos responder nunca? No he dicho eso. Solo digo que, al igual que el Maestro, sepamos a quién responder, en qué tono hacerlo, qué cantidad de palabras usar y de ser posible, hacer silencio aunque se tengan las ganas y el derecho a replicar. Recordando siempre que: «Es mejor ser dueño de nuestro silencio que esclavo de nuestras palabras».

Guardar silencio en vez de responder es una habilidad que muy pocos dominan o entienden. Yo la estoy practicando hace años y puedo decirles con certeza, ¡funciona!

  • «En las muchas palabras, la transgresión es inevitable, mas el que refrena sus labios es prudente» (Proverbios 10:19).
  • «Las grandes elevaciones del alma no son posibles sino en la soledad y en el silencio» (Arturo Graf)
  • «Más vale permanecer callado y que sospechen tu necedad, que hablar y quitarles toda duda de ello» (Abraham Lincoln)

by Gabriel Gil

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