¡SÉ EL MAL QUE LE HARÁS A MI NACIÓN!

Cuando Ben-adad, rey de Siria (Aram), mandó llamar a Eliseo para consultarle si sanaría de su enfermedad (la fama del profeta había traspasado las fronteras de Israel), hubo un incidente que al ojo común pasa desapercibido, pero que es trascendental: «Eliseo se quedó mirando a Hazael tan fijamente que Hazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se puso a llorar. —¿Qué pasa, mi señor?—le preguntó Hazael. —Yo sé las cosas terribles que tú le harás al pueblo de Israel—contestó Eliseo—. ¡Quemarás sus ciudades fortificadas, matarás a sus muchachos a filo de espada, estrellarás a sus niños contra el suelo y abrirás el vientre a sus mujeres embarazadas! Entonces Hazael le dijo: —¿Cómo podría un don nadie como yo hacer cosas tan terribles como esas? Eliseo le contestó: —El Señor me ha mostrado que tú serás rey de Aram (2 Reyes 8:11-13).

➡️ INTERPRETEMOS EL LLANTO DEL PROFETA

El don y llamado profético de Eliseo a veces era más una carga que una bendición. Podía ver claramente lo que le sucedería a Israel a través de Hazael, pero era incapaz de detenerlo (Guzik).
Mientras más cerca vivimos de Dios, más fluirán nuestras lágrimas por la caída de nuestro pueblo (Meyer).
Sus lágrimas eran por sí mismas señales de su comprensión de la necesidad de esos severos juicios que deben caer sobre la nación culpable; pero éstas eran el resultado de su profundo amor por su pueblo (Morgan).

➡️ HAZAEL, REY
La profecía de Eliseo se cumplió al pie de letra, aunque para ser justos fue Elías, su mentor espiritual, el primero en predecir la ascensión de Hazael (1 Reyes 19:15). Ben-adad fue sanado de su enfermedad, pero murió de todas maneras… ¡asesinado por su oficial Hazael! (2 Reyes 8:15). Jazael o Hazael (hebreo: חֲזָהאֵל‎; «Ha visto Ēl») fue un rey de Aram-Damasco y, antes de asumir el cargo, un alto oficial de Jadadezer (Ben-adad), a quien sucedió en el trono. Bajo su reinado, Aram-Damasco se convirtió en un imperio, que gobernó gran parte de Siria y el Reino de Israel (Freedman, David). Su reinado duró de 842 a 800 a.C. En sus guerras contra Israel, hirió al rey Joram en Ramot de Galaad, tomó de Jehú todos sus territorios de Transjordania y peleó contra Joacaz. Judá también fue la meta de las conquistas militares de Hazael. En resumen, este rey -Hazael o Jazael- fue un azote tanto para Israel y Judá, un enemigo sangriento que trajo mucho dolor a Tierra Santa por cuarenta y dos años.

➡️ APLICACIÓN
Eliseo, por gracia divina, en ocasiones podía abrir ventanas que miraban hacia el futuro. Tal fue el caso con Hazael. El profeta vio el mal que este monarca extranjero le haría a Israel, por eso lo miró con una mirada que le traspasó el alma. No solo lo miró, sino que lo confrontó… «sé el mal que le harás a los israelitas» (2 Reyes 8:12).

La iglesia, si pretende ser la voz profética de los tiempos modernos debe ser capaz de ‘mirar más allá’ de las cuatro paredes de sus templos. Ese mirar debe ser amplio, profundo, analítico, perspicaz y objetivo. Esconder la cabeza como la avestruz nunca es la solución.
Los profetas modernos, si en verdad quieren ser llamados profetas, deben ser conocedores de los acontecimientos nacionales e internacionales, pues la profecía veterotestamentaria era mucho más que visiones y vaticinios, era un observar el panorama mundial y desde allí profetizar, o sea, llamar al arrepentimiento, a un cambio de conducta de gobiernos y gobernados.
El discípulo de Cristo debe ser capaz de mirar la injusticia y denunciarla, así como oponerse a ella; pero también debe mirar los posibles escenarios futuros que se darán si no se obra para detener el mal presente. A veces nos quedamos callados (o inactivos) y luego andamos llorando por algo que ya no tiene vuelta.
Por último, al igual que Hazael (quien se consideraba a sí mismo un perro, versión RV 1960), hay líderes ‘chicos’ que una vez instalados en el trono muestran su verdadera perversión, una que solo traerá desgracias a los que están debajo de él, o ella (‘Dadle poder a un hombre y sabréis de qué está hecho’ -Julio César).

Sin más que decir y gustoso de recibir comentarios que enriquezcan el post, me despido.

p.d. La iglesia no solo debe llorar por los Hazael, sino que debe desenmascararlos antes de que -una vez en el poder- hagan daño al pueblo; aunque a veces, tal como pasó con la profecía de Eliseo, no será posible oponerse al ascenso de los perversos pues es cosa de Dios que lleguen al trono ‘para enjuiciar a la nación corrupta que colmó la paciencia del Señor’.

by Gabriel Gil