¿ACTITUD O APTITUD?

Aptitudes-y-Actitudes

A Propósito de la Elección del Nuevo Obispo Nacional en mi denominación en Chile…

Este es el tercer artículo que prometí escribir a quienes tienen la gentileza de leer mis contenidos, todos concernientes al próximo evento que como denominación IDD en Chile llevaremos a cabo, la elección del nuevo Obispo Nacional. El primer artículo se tituló EL OBISPO, el segundo lo llamé CÓMO ELEGIR AUTORIDADES ECLESIALES BÍBLICAMENTE HABLANDO, y el de hoy ––como ya se habrán dado cuenta–– se intitula «¿ACTITUD O APTITUD?».

Comencemos con una pregunta, ¿Qué es la actitud y qué la aptitud? Se los voy a explicar con un ejemplo: Tomemos el caso de un un equipo de futbol famoso donde hay jugadores igualmente famosos, pero un jugador en particular sobresale de los demás; es talentoso, hábil, capaz, rápido, con una destreza insuperable y hasta es atractivo físicamente, ¡nadie lo iguala en potencia! Él tiene la APTITUD para el deporte que practica; sin embargo hay un problema. Es indisciplinado, no sigue las instrucciones, llega tarde a los entrenamientos, es fiestero, individualista y mira en menos a sus compañeros, ¡el orgullo lo corroe! Ese jugador no tiene la ACTITUD necesaria para ser parte del equipo. ¿Qué creen que pasará con él? es posible que por un tiempo siga jugando pero tarde o temprano el DT lo relegará a la banca de los suplentes, ¿saben por qué? Porque uno menos «apto» que él pero con mejor «actitud» viene detrás ––creciendo, mejorando, aumentando sus capacidades, siendo obediente y disciplinado––, ese menos apto pero con buena actitud será el nuevo titular del equipo. Y si mal no recuerdo el Maestro de maestros dijo: «los postreros serán primeros», lo cual aplica perfectamente para este ejemplo.

Llevemos esto al campo de la vida eclesiástica, ¿se cumple? ¡Ya lo creo que sí! Ministros, músicos de iglesia, maestros de Biblia, Obispos, Súper Intendendentes y todo tipo de líderes cristianos han sido relegados al banco de los suplentes por falta de actitudes correctas si bien sus aptitudes eran sobresalientes ––predicaban bien, enseñaban bien, cantaban bien, lideraban bien, tenían títulos impresionantes y una basta experiencia eclesial–– no obstante sus actitudes dejaban mucho que desear.

¿Y será que esto aplica a cualquier profesión, oficio u organización? ¡por supuesto! La vida siempre premiará a quienes tienen la actitud que se requiere en cualquier partido que se esté jugando, serán ellos, los de buena actitud los que disfruten las bendiciones (ascensos, puestos de trabajo, contrataciones, aumentos de sueldo, conexiones, etc), mientras que los que tienen sólo la aptitud ––sin cultivar la actitud correcta–– mirarán desde la banca.

Pero, ¿significa esto que no hace falta las aptitudes para liderar una organización tan grande como la Iglesia de Dios en Chile? No he dicho eso, así que me permito profundizar un poquito más a fin de hacer de este artículo una contribución y no una confusión.

  • LA APTITUD (Poder) tiene que ver con las habilidades, destrezas y capacidades físicas, mentales y emocionales para hacer ciertas cosas. Ejemplo: Educación formal, títulos universitarios, recomendaciones, logros reales, diplomas colgados en tu pared, experiencia en el campo.
  • LA ACTITUD (Hacer) tiene que ver con la disposición a llevar a cabo una tarea encomendada, liderazgo, gerencia o misión. La actitud se expresa con virtudes internas que solo aquellos que se han permitido mejorar las pueden expresar: humildad, obediencia, disciplina, disposición a aprender, escuchar a los demás, sencillez y por supuesto espíritu de servicio.

En resumen, la APTITUD tiene que ver con las capacidades de cada individuo (estudios, destrezas, habilidades, experiencia); mientras que la ACTITUD tiene que ver con la manera en que cada individuo usa esas capacidades.

Para liderar una Organización tan grande y compleja como nuestra denominación habrá que combinar de manera equilibrada tanto la APTITUD (las capacidades, estudios y logros del candidato) como la ACTITUD (disposición a ejercer el oficio o misión). Así entonces es críticamente importante tomar en serio esta doble condición, la de la aptitud y la actitud las cuales pueden encontrarse, aunque es difícil, en una persona (el asunto es saber mirar, buscar y discernir). En los grandes clubes de fútbol existen funcionarios especializados en ir a las canchas de barrio a buscar ese tipo de jugadores, los que tengan aptitud (que sean buenos pa’ la pelota) y actitud (los que tengan espíritu de aprendizaje). Cuando encuentran a un jugador así no dudan en recomendar su contratación porque saben que esa inversión será cuadruplicada en beneficio del club años más tarde.

Ahora bien, desde mi humilde punto de vista me permito ofrecer una opinión: La ACTITUD vence a la APTITUD, así lo declara la Escritura cuando vemos a Samuel escogiendo al nuevo rey de Israel, él se dejó llevar por las aptitudes de los hijos de Isaí (buena facha, buen porte, primogenitura, etc.) pero Dios le dijo: «Yo no miro las apariencias (aptitudes) sino el corazón (actitud)» (1ª Samuel 16:7). Y el resto de la historia ya la sabemos, sin embargo no debemos descartar el hecho que con el tiempo David fue puliendo sus aptitudes lo que le permitió ser un mejor rey que su antecesor (tomó seminarios, cursó carreras, obtuvo diplomas, se hizo diestro en liderazgo monarcal, etc. Esto por supuesto es una metáfora para entender mejor mi relato).

Termino con las palabras de Zig Ziglar: «Será tu actitud y no tu aptitud quien determine tu altitud».

Por último recordemos la consigna bíblica que Pablo nos da en su epístola: «La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo» (Filipenses 2:5).

by Gabriel Gil 
Pastor, escritor y Coach-mentor
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* Artículo 1, EL OBISPO: https://gabrielgila.wordpress.com/2018/04/23/el-obispo/

* Artículo 2, COMO ELEGIR AUTORIDADES ECLESIALES: https://gabrielgila.wordpress.com/…/como-elegir-autoridade…/